¿Cómo puedo gestionar mi patrimonio si el mercado es eficiente?
Burton Malkiel, economista de la Universidad de Princeton, es un viejo conocido de las personas que nos dedicamos a la gestión de activos, fundamentalmente por la publicación en 1973 de su famoso libro Un paseo aleatorio por Wall Street, libro que ha dejado una huella imborrable en muchos de nosotros y que abrió un debate entre los profesionales de la industria sobre la eficiencia del mercado, debate que hoy en día continúa en boga.
Según Malkiel, un mono lanzando dardos a la sección de cotizaciones de un periódico financiero podría componer una cartera donde, con seguridad, el resultado no diferiría mucho del logrado por un profesional. En 1992, John Stossel, reportero televisivo, decidió llevar a cabo el experimento de Malkiel.
Sustituyó al mono por su propia pericia como lanzador de dardos contra una diana sobre la que había situado la página de cotizaciones de The Wall Street Journal. La cartera resultante de esos lanzamientos superó al 90% de las carteras construidas por expertos financieros. Las preguntas que surgieron a continuación del experimento no se hicieron esperar: (i) ¿es el mercado financiero eficiente?; (ii) ¿para qué sirve buscar "alfa"?; y (iii) ¿qué sentido tendría entonces pagar por los servicios de un asesor financiero?
Vayamos por partes, porque las respuestas no son obvias ni binarias y, por ello, se han vertido ríos de tinta al respecto. Sin embargo, las conclusiones están bastante respaldadas por la teoría económica.
El mercado es totalmente eficiente y la existencia de un minúsculo grupo de inversores que sí han conseguido batir a los índices en el largo plazo sólo podría ser fruto de la suerte
¿Es el mercado de renta variable eficiente? Aquí sólo hay dos posibles respuestas, (i) sí, son totalmente eficientes; o (ii) sí, son muy eficientes. (i) La primera respuesta indica que no sería posible batir al mercado sin información privilegiada, dado que la información es pública y llega a los agentes financieros de manera casi instantánea, por lo que los precios reflejarían esa nueva información de inmediato.
Por tanto, el mercado es totalmente eficiente y la existencia de un minúsculo grupo de inversores que sí han conseguido batir a los índices en el largo plazo sólo podría ser fruto de la suerte. Estadísticamente se puede demostrar con facilidad que los resultados de estos "genios" financieros podrían ser sólo fruto del azar. Si se partiese de 1.000 "genios" financieros y el experimento consiste en lazar una moneda -cara, mercado al alza en el año, y cruz, lo contrario-, después de un año nos quedarían 500 "genios", después de dos años, 250, y así sucesivamente hasta llegar al año nueve con 2 "genios" financieros.
(ii) No obstante, se podría argumentar también que la existencia de este grupo de "genios" financieros podría no ser consecuencia del azar y ellos mismos serían la confirmación de la eficiencia del mercado. Es decir, su existencia es la constatación de que el mercado es muy eficiente y que funciona como una distribución normal para la mayoría de la gente.
Solo un grupo muy reducido de inversores puede ver lo que otros no son capaces, son los que están a la derecha de la distribución normal de rentabilidades. Su existencia es la prueba de la eficiencia del mercado.
El patrimonio financiero de un inversor debe diversificarse y, para ello, los fondos de inversión son la herramienta fundamental
Sea por la suerte, por la excepcionalidad de esos inversores, o por una combinación de ambas, estos inversores existen y, por tanto, la búsqueda del exceso de rentabilidad, "alfa", aunque complicada y ardua, es posible.
Siendo el mercado eficiente para la mayoría de la gente, ¿cómo debe un inversor abordar la gestión de su patrimonio financiero?
Tres son los mandamientos a seguir:
1. Diversificación: este es el mandamiento principal. El patrimonio financiero de un inversor debe diversificarse y, para ello, los fondos de inversión son la herramienta fundamental, lo que no invalida que la cartera pueda tener algún "satélite" en directo que complemente el factor diversificación.
Los vehículos de inversión pueden ser fondos índices o ETF; es decir, no buscar "alfa" sino replicar un índice, aunque para los partidarios de la alta eficiencia del mercado, pero no total, podrían utilizarse fondos que busquen "alfa" en alguna de las temáticas que compongan. Sin embargo, la mayor parte del exceso de rentabilidad vendrá de la composición de la cartera; es decir, de su asignación de activos y no tanto de la inclusión de fondos "alfa". Es aquí donde la búsqueda del "exceso de rentabilidad" cobrará más importancia y donde la presencia de un asesor financiero será clave.
2. Gestión global: en un mundo global la gestión del patrimonio financiero debe ser también global, teniendo la posibilidad de acceder a todas las temáticas de inversión en cualquier lugar y posibilitar la amortiguación de la cartera a los distintos ciclos económicos.
3. Costes razonables: la rentabilidad, en líneas generales, se conseguirá en el largo plazo gracias a una gestión adecuada y a través de la capitalización de los retornos anuales. Los efectos de la capitalización de dichos retornos en el largo plazo son sorprendentes (aquello de que "el interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo", que dijo Churchill) siempre que estos no hayan sido menguados sensiblemente por unos costes de gestión desproporcionados.
Póngase en manos de un profesional de las inversiones que cumpla los tres mandamientos. Si yo estuviese en su lugar no tendría duda alguna e invertiría mi patrimonio en SPBG Cartera Premium Sicav, vehículo colectivo de SPBG, SGIIC comercializado por la Banca Privada del Grupo Santander, cuya gestión la lleva a cabo un equipo altamente especializado y experimentado liderado por el estratega de SPBG, Alfonso García Yubero, y cuyos tres mandamientos los hemos resumido con anterioridad. Nunca una decisión complicada fue tan fácil.
*** Pedro Mas Ciordia es director general de Santander Private Banking Gestión