El mes de junio marca la llegada del verano y el final del curso académico, y con ello las calificaciones. Con ese espíritu voy a evaluar los principales acontecimientos del mes recién terminado en relación a la evolución de la pandemia a escala global y nacional. Ha habido de todo, aunque indudablemente junio ha tenido una calificación media bastante positiva.
Notable en vacunación
Si hay algo que casi nadie discute es que la vacunación es la única salida posible de la pandemia, además de la mejor política económica por la que puede optar cualquier país. Tras la comercialización de las vacunas y el arranque de la vacunación en el primer trimestre, en abril y mayo destacaron algunos países de forma puntual.
Así, al acabar mayo, solo un puñado de estados de un cierto tamaño habían conseguido alcanzar el 50% de la población con al menos una dosis suministrada: Israel, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Qatar, Bahréin, Mongolia, EEUU. Canadá, Uruguay, Chile y, dentro de Europa, Malta, el Reino Unido, Hungría e Islandia. El mundo en su conjunto apenas llegaba a un 11% de su población vacunada con al menos una dosis.
Al acabar el mes de junio, se detecta un avance significativo, tal y como recoge el Gráfico 1. En el total mundial ya hay un 24% de la población vacunada, aunque la cifra recoge el afloramiento estadístico de China, que el 10 de junio reportó sus datos, lo que elevó la cifra mundial en 8 puntos. Pero, aun así, el avance es significativo, en particular en la Unión Europea, que en junio alcanzó en promedio el 51% de su población vacunada con al menos una dosis, 12 puntos de subida con respecto a finales de mayo, con un 39% de la población.
Al acabar junio eran innumerables los países con más de un 50% de la población vacunada (con al menos una dosis). Entre ellos, buena parte de los miembros de la UE, con la excepción de muchos de los países del Este, como Bulgaria, Rumanía, los tres bálticos, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia, Chequia y Grecia, aunque estos 3 últimos superaban el 45% de la población. En realidad, dentro de la UE sólo dos estados miembros merecen un suspenso en vacunación: Bulgaria (12%) y Rumanía (24%), ambos países con importantes movimientos migratorios hacia España.
En el resto del mundo sigue sorprendiendo la lentitud en la vacunación de los países exitosos en la gestión de la pandemia, probablemente porque no sienten la urgencia de vacunar para poder reactivar sus economías. Sus políticas, cercanas al modelo Covid 0, ya habían permitido reabrir la actividad económica interna hace más de un año. Así, por ejemplo, Vietnam (4% de vacunados), Nueva Zelanda (15%), Australia (24%), Japón (25%) y la propia China (43%).
Más preocupante resulta la escasa vacunación de África, que terminó mayo con un 1,9% de población con al menos una dosis y apenas ha subido hasta el 2,7% al acabar el mes de junio. Pese a la relativamente baja incidencia de la Covid-19 en el continente africano, completar su vacunación deberá ser una prioridad global a partir del otoño.
Notable en incidencia
El mes de junio ha sido el que ha marcado el final de la segunda oleada a escala planetaria, que ha sido tan demoledora en términos de fallecimientos como la primera. Esta ola, que empezó en febrero de este año, alcanzó el pico a finales de abril y empezó a descender con fuerza durante mayo, pero sobre todo lo ha hecho en el mes de junio, tal y como ilustra el Gráfico 2.
Sin embargo, es cierto que, en la última parte del mes muestra un estancamiento. Y lo curioso es que este mínimo es prácticamente el mismo que el alcanzado a final de la primera larga ola: en torno a 300.000 nuevos casos diarios, lo que muestra un preocupante “suelo” en la evolución de la incidencia global.
En la Tabla 1 presento, como todos los meses, la tabla habitual de la incidencia del Covid19, medida por el número absoluto de nuevos casos, para un conjunto representativo de países del mundo, con los códigos de color verde (si descienden), rojo (aumentan) y negro (si no presentan variaciones significativas. Lo primero que llama la atención, en contraste con mayo, calificado como “el mejor mes de la pandemia”, es que ahora se ven más colores rojos que en dicho mes. Pero esa impresión es falsa.
La reducción de la infección en junio ha sido espectacular, con 8 millones menos de casos en el total mundial, frente a los -3 millones de mayo. Y, como decía antes, el número de casos ha sido prácticamente el mismo que el de febrero (algo más de 11 millones). Es cierto que en Europa (excluyendo Rusia y Turquía) la mejoría no ha sido tan intensa como en el mes anterior, pero aún así se ha reducido la cifra a menos de la mitad, bajando del millón de nuevos casos por primera vez desde agosto de 2020.
En Asia destaca la gran mejoría de la India, algo que llamará la atención de muchos lectores, que probablemente siguen asociando a la India como el principal foco de la pandemia, por ser el origen de la variante Delta. Pero lo cierto es que ha recortado el número de casos a la cuarta parte en este último mes. También han sido significativos los avances de EEUU y de Japón, la mitad y un tercio de los casos de mayo, respectivamente. Dentro de Latinoamérica, el balance es mixto. Chile y Argentina han mejorado, aunque no de forma significativa. Pero han empeorado México, Brasil y Colombia, que ha sufrido el peor mes de la pandemia.
Dentro de Europa tenemos, sin embargo, varios “suspensos”, señalados en rojo. El más llamativo es el del Reino Unido, que había sido uno de los países estrella en abril y mayo, gracias a sus niveles de vacunación mencionados al principio de este artículo. Sin embargo, en junio ha multiplicado por más de 4 los casos registrados el mes anterior. Algo parecido ha ocurrido con Portugal, un país con estrechos vínculos con el Reino Unido y que probablemente abrió sus fronteras demasiado pronto.
En ambos países, se supone que ha sido la variante Delta la responsable de estos repuntes. También es llamativa la evolución en Rusia, que ha registrado su segundo peor mes del año. Turquía, Grecia y Polonia, que fueron muy golpeados en abril y mayo, han recortado sus casos a menos de la mitad en junio, un resultado más que notable. Si nos fijamos en los 5 grandes países europeos, recogidos en el Grafico 3, la evolución es muy dispar, no solo entre sí, sino a lo largo del mes de junio.
Los mejores países a principios de mes, Reino Unido y España, terminaron siendo los peores y viceversa. En el conjunto de junio, Alemania redujo sus casos un 84%. Italia, que ha ido de la mano de Alemania, un 78%, y Francia un 74%. Sin embargo, España sólo lo ha hecho en un 20%. La razón de este comportamiento dispar ha sido la evolución relativa de la pandemia en España en las dos últimas semanas, en las que ha ganado en número de casos a los 3 grandes países de la UE. Además, en la última semana, el número de casos ha crecido con respecto a la semana anterior, algo que ha ocurrido en el Reino Unido, pero no en el resto de los grandes países europeos.
España, sobresaliente en vacunación y pinchazo en incidencia
En lo que se refiere a vacunación, seguramente lo más importante, España ha pasado de un 39% de población con al menos una dosis al acabar mayo, a un 55% al terminar junio. Ello supone colocarse no sólo por encima de la media de la Unión Europea (51%) sino superar incluso a EEUU (54%), algo que recoge el Gráfico 4.
Hay que resaltar que España está siendo enormemente exitosa en vacunación desde que ha dejado de compararse con otros países, como se hacía hasta el mes de abril, y empezó a compararse con los propios objetivos nacionales anunciados por el presidente del Gobierno a principios de mayo, estableciendo un objetivo final (33 millones de españoles con pauta completa el 18 de agosto, los famosos “cien días”) y una serie de objetivos intermedios hasta esa fecha, hitos que se han ido cumpliendo con bastante exactitud.
En lo que se refiere a las infecciones, sin embargo, en la última semana se ha producido un giro inesperado en la reducción de las incidencias, que se recogen en el gráfico 5. Además del cambio de signo, ha sorprendido la virulencia del repunte, con unos ritmos de subida no vistos desde la escalada de la tercera ola, el pasado enero. Especialmente intensa es la subida de la curva de infectados con inicio de los síntomas en los últimos 7 días, que es un indicador adelantado tanto de la incidencia acumulada a 14 días, la que se suele reportar habitualmente, como la acumulada en los últimos 7 días.
Muchos se preguntan ¿qué más da?, a estas alturas de la pandemia con esos porcentajes de vacunación, el número de casos, si éstos se van a dar fundamentalmente entre jóvenes, que no van a sufrir consecuencias graves en caso de infectarse. Ya hemos discutido esta posición varias veces en estas páginas. Hace dos meses, en el artículo Balance de abril y modelos de salida para la Covid de este diario, planteaba que, al llegar a un nivel de vacunación elevado, podría caerse en la tentación de aplicar el modelo de salida de “inmunidad de rebaño natural”, es decir, dejar que se contagien los jóvenes y, de esta forma, acelerar la consecución del objetivo de la inmunidad de grupo por dos vías.
Por un lado, la “inmunidad inducida” por la vacunación, sobre todo de los grupos de mayor edad, superior a los 40 años, y la “inmunidad natural” a través del contagio de los más jóvenes. Este, desde luego, no es el modelo de salida de la pandemia planteado por ningún país, al menos de forma explícita. Y creo que no lo es por 4 motivos:
(I) Aunque la correlación entre casos, hospitalizaciones y fallecimientos (que en cualquier caso tienen un retraso de 2-3 semanas) haya caído significativamente con la vacunación, no es nula y, por tanto, seguirá habiendo un número, aunque sea pequeño, creciente de ingresos y fallecimientos, en comparación con un escenario de baja incidencia, que resultaría en unos niveles casi nulos de ambas variables
(II) El “long Covid” o efectos a largo plazo de la enfermedad sobre algunos de los que hayan sufrido la infección, también de los jóvenes, algo que está en estudio
(III) El riesgo de mutación o aparición de nuevas variantes, que es mayor cuanto más alta sea la circulación del virus
(IV) Aunque a nosotros nos “diera igual el número de casos”, a otros países, en particular, nuestros principales emisores de turismo, puede que sí les importe la incidencia, lo que podría dañar nuestra temporada turística. Lo ocurrido con la lista ámbar del Reino Unido, de la que sólo se ha excluido a Baleares, puede interpretarse como un primer aviso.
Lo mejor, probablemente es seguir avanzando, lo más rápidamente posible, en la vacunación, incluyendo el mes de agosto, y controlar, aunque sea parcialmente, el actual repunte de las incidencias, que probablemente nos vuelva a situar por encima de una IA14 de 250 (“riesgo extremo”). Esto parece a corto plazo más difícil, por la fatiga pandémica de los más jóvenes y la imposibilidad de imponer medidas restrictivas, más allá del ocio nocturno en lugares cerrados. Crucemos los dedos.