No hay ninguna evidencia empírica de que la bolsa caiga más en agosto que en cualquier otro mes del año. Yo creo que el mito se ha creado porque esas caídas no se olvidan, ya que son las que más duelen. No solo estropean el resultado de tus inversiones sino que además te estropean las vacaciones. Por el contrario, nadie piensa que bien se lo pasó tal o cual verano porque subió la bolsa.
Lo de octubre se debe a que las dos caídas más famosas de la historia bursátil, el “crack” del 29 y el “crash” del 87, se produjeron en ese mes. En realidad ha habido caídas igual de potentes en septiembre o en marzo, como la crisis financiera de 2008 o la del coronavirus. Pero para el imaginario colectivo las grandes caídas bursátiles se producen en octubre. Y es lo que hay.
Lo del verano es algo tan comúnmente aceptado que hace poco, en un coloquio, me preguntaban cuáles serían los fondos de inversión adecuados para hacer frente a la caída del mes de agosto. Lo planteaban como un hecho, no como una posibilidad. La duda no era si ocurriría, sino cómo posicionarse ante la evidencia, que, como digo, no es tal.
No hay ninguna evidencia empírica de que la bolsa caiga más en agosto que en cualquier otro mes del año
Pero vamos al verano que llega. Y si vamos a realizar una predicción, que sea sobre bases sólidas, incluidas las estadísticas. Así que lo primero que tenemos que saber es que estadísticamente no hay más probabilidades de que el verano sea malo que de que sea buenos. Por lo tanto pasemos a analizar algo sobre lo que si que hay sobrada evidencia empírica, y es qué la fuerza más importante a la hora mover los mercados es lo que diga la reserva federal de los Estados Unidos. Y digo “lo que diga” y digo bien, puesto que cuando lo ejecutan ya suele estar descontado en los precios.
Esto último es importante, porque el próximo impacto que recibirán los mercados financieros será el anuncio del tapering, es decir, el anuncio de que la Fed empieza a reducir sus compras de bonos, que ha sido sin duda uno de los motores de la subida de las bolsas. Y mi opinión personal es que ese anuncio se producirá a la vuelta del verano.
La cuestión es si el mercado ha asumido ya este movimiento y se lo espera, es decir, si es algo que está descontado en los precios, o si es algo que le va a sorprender. Porque así funcionan los mercados: descontando acontecimientos futuros. Y, a más esperados, menos impacto en los precios de los activos. Y viceversa.
Mi opinión es que el tapering está en gran medida descontado en los precios. Pero no totalmente, porque siempre hay gente despistada y porque muchos inversores piensan que el anuncio se producirá al final del año, no a la vuelta del verano
El 'tapering' está en gran medida descontado en los precios, pero no totalmente. Siempre hay gente despistada.
En este contexto, lo normal sería que tuviera un impacto negativo sobre las bolsas, pero no excesivo, es decir, una corrección. Y esta podría producirse en verano, puesto que antes del anuncio vendrá algún globo sonda importante para ir preparando a los inversores. Ya ha habido unos cuantos, pero este sería el definitivo. Y como espero que el anuncio oficial del “tapering” sea a la vuelta del verano, el globo sonda podría caer en verano.
La buena noticia es que, además de que el tapering está bastante descontado, tapering no significa cerrar el grifo, significa reducir el flujo. No se detiene completamente la compra de bonos, simplemente se modera (que es más o menos la traducción al castellano del verbo to taper, que es de donde viene lo del tapering).
Más grave será si el globo sonda veraniego viene acompañado de datos de inflación preocupantes, aunque también es cierto que el repunte de la inflación, consecuencia del desequilibrio entre la oferta y la demanda que produce la salida de la pandemia, también está parcialmente descontado.
Los inversores más sensibles a la volatilidad harán bien en bajar su nivel de riesgo antes de irse de vacaciones. Pero solo como precaución, no porque vaya a bajar la bolsa. Es más: aunque bajara, no olvidemos que lo importante es la tendencia subyacente de largo plazo, y esa, por el momento, es claramente alcista.
Tampoco olvidemos que, con la vuelta al crecimiento económico, mejorarán los resultados empresariales. Incluso podrían darse sorpresas positivas que compensarían el daño del tapering. Así que si el verano le da miedo, no sufra: reduzca su perfil de riesgo, disfrute de las vacaciones y retome posiciones a la vuelta. Pero no lo haga porque en el mes de agosto baje la bolsa. Como decía el escritor Mark Twain, “agosto es un mes peligroso para invertir en bolsa. También lo son septiembre, octubre, noviembre, ..” Y así seguía hasta completar todos los meses del año.