Por fin parece que la CEOE despierta de su falso idilio con la ministra de Trabajo, la señora Yolanda Díaz ¿Qué podía esperarse de una militante del PCE (sí, del Partido Comunista de España)? ¿Una reforma laboral liberal? Todo lo contrario. Por eso parece que, por fin, Garamendi y sus colaboradores han despertado. Lo pedí hace unas semanas en este mismo medio. Ahora es tiempo de reconocérselo.
Las intenciones del Ministerio, socapa de acabar con lo que llaman la "precariedad laboral", son: a) volver a la autorización administrativa en decisiones laborales relativas a la autonomía de la empresa y sus sindicatos; b) recuperar la jerarquía de los convenios sectoriales sobre los de empresa; c) limitar los contratos por obra y servicio, especialmente en las subcontratas, algo complejo, que en el sector de la construcción puede dificultar su productividad, etc.
Propuestas con un falso sonido social, porque llevan a aumentar la rigidez del mercado laboral. Con ello crece el coste salarial dificultando la creación de puestos de trabajo en una economía con un insoportable 16% de desempleo registrado.
¿Es el momento de revertir la Reforma Laboral de 2012? Una reforma que ha conseguido ayudar a crear puestos de trabajo con crecimientos incluso inferiores al 2% del PIB. ¿Es social dificultar la creación de empleo con un paro juvenil de casi el 40%, el más alto de la eurozona? No lo parece.
¿Es social dificultar la creación de empleo con un paro juvenil de casi el 40%, el más alto de la eurozona? No lo parece
En consecuencia, oponerse a esas intenciones del Ministerio de trabajo es lo verdaderamente social.
¿Por qué los sindicatos están a favor de ella? Porque buscan recuperar poder para sus aparatos en la negociación de convenios. Algo que en realidad han perdido solo un poco, porque los convenios sectoriales siguen regulando una gran parte de las relaciones laborales. En particular en las pymes españolas, el 90% de las empresas del país. Es un tema más "ideológico" que práctico.
El verdadero argumento social es: lo que importa es tener trabajo; la temporalidad, que en la propaganda oficial se llama "precariedad", no es un problema si se enlazan unos contratos con otros.
Lo grave es entrar en periodos de paro de larga duración. Eso conduce a la necesidad de vivir de la subvención, a depender de la "caridad" del Estado, al deterioro de la autoestima o a la economía sumergida.
Lo grave es entrar en periodos de paro de larga duración. Eso conduce a la necesidad de vivir de la subvención, depender de la 'caridad' del Estado
Los países más desarrollados son aquellos donde el desempleo se acerca al "paro friccional"; el que se tiene cuando se va de un empleo a otro. En Estados Unidos se acerca al 2/3% y en Europa al 4/5%. Todos ellos tienen legislaciones y mercados laborales flexibles.
En España, ese paro friccional está sobre el 8% debido a la legislación y su estructura económica. En las pocas épocas en que el desempleo registrado bajó en este país del 10%, en los primeros años de este siglo, hubo zonas en las que subieron los salarios y era difícil encontrar mano de obra.
Si se flexibiliza la legislación laboral lo podríamos acercar al 5% y la economía española crearía más de un millón y medio de puestos de trabajo, en el próximo periodo de recuperación. Un periodo que espera disparar el crecimiento económico con la recepción de los fondos europeos de Next Generation.
Oponerse a las intenciones de la ministra Díaz es situarse al lado de los empleados con mayor dificultad de empleo: los jóvenes, los menos preparados, los mayores en paro de larga duración… Situarse en el lado social, todo lo contrario de lo que se espera de la CEOE. En teoría los representantes de las empresas.
Garamendi y su equipo deben empeñarse en trasladar este argumento a la sociedad. Realizar un esfuerzo comunicativo y pedagógico que les sitúe en el "lado de los buenos" en sentido social. No es fácil, porque desde la izquierda oficial, incluidos los sindicatos y el Gobierno, se lleva mucho tiempo con eslóganes de propaganda contrarios.
Es el momento de que la CEOE despierte. Parece que lo está haciendo. Negociar con éxito no es fácil. Tampoco se trata de conseguirlo todo. Pero una de las misiones de la CEOE en esa negociación es poner sentido común, conocimiento económico y capacidad de ayuda social real.
*** José Ramón Pin es profesor del IESE.
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