Odio la palabrita, pero la realidad es que, a la hora de invertir en tecnología, este año hay que ser “selectivos”. Es un término al que tengo manía, igual que se la tengo a lo de “ser cautelosos”. Y se la tengo porque son términos que suelen utilizarse en el sector financiero cuando el asesor o el gestor no quiere “mojarse”.
Y si la gente contrata a un asesor es precisamente para que le dé un consejo meridianamente claro. Personalmente prefiero incluso decir que no tengo ni idea de algo a decir que hay que ser “cautos” o “selectivos”.
Pero todas las reglas tienen su excepción, y en 2021, el año de la 'gran rotación', la selección es importante. De hecho, no tiene nada de malo ser “selectivos”, si es para tratar de hacerlo mejor que la media.
Prefiero incluso decir que no tengo ni idea de algo a decir que hay que ser cautos o selectivos
Para quienes no hayan leído mis artículos anteriores sobre la 'gran rotación', aclaro que es el término que utilizamos desde noviembre en Nextep para definir los cambios que generaría salir de la pandemia y entrar en un proceso de fuerte crecimiento, impulsado por el tsunami de liquidez que han inyectado los bancos centrales y por los planes de estímulo de los gobiernos.
Pero también dijimos que eso no significaba que las empresas tecnológicas fueran a dejar de crecer. La revolución digital sigue viva y coleando y ahora se va a beneficiar de ese entorno de mayor crecimiento y, por lo tanto, de mayor consumo. Lo que sí vamos a ver es más diferencias entre unas y otras que cuando el confinamiento beneficiaba a todas por igual.
Entre los subsectores de la tecnología que pensamos se mantendrán o se incorporarán al grupo de cabeza están aquellas empresas digitales que, aunque por un lado pueden vender menos como consecuencia del fin del confinamiento, pueden compensarlo con el incremento generalizado del consumo. Y les irá especialmente bien a las que van a seguir quitándole cuota de mercado a las empresas analógicas que no sean capaces de competir a nivel digital.
Ejemplos de este tipo hay muchos. Desde distribuidores online que seguirán comiéndole el terreno a distribuidores físicos pasando por empresas fintech que seguirán quitándole negocio a bancos que basan su estrategia en crear barreras de entrada con ayuda del poder político, para que les sigan permitiendo cobrar comisiones abusivas en lugar de innovar.
La competición es sobre todo entre 'crecimiento' y 'valor', pero es sobre todo entre qué crecimiento y qué valor
Pese a la protección política -y me refiero más a países como España, no a EEUU- los disruptores digitales, muchas veces también bancos e incluso bancos muy establecidos -seguirán encontrando formas de ofrecer servicios financieros mejores, más baratos y más eficientes. Se trata, en definitiva, de identificar a los que seguirán devorando la cuota de mercado de los dinosaurios analógicos, con independencia de que haya pandemia o no.
También se mantendrán o se incorporarán al grupo de cabeza aquellos subsectores -o incluso microsectores- de la tecnología que están haciendo actividades punteras y cuyo crecimiento no depende del confinamiento, sino de su propio potencial de negocio. Un Ejemplo de lo anterior serían los negocios relacionados con la inteligencia artificial o el big data, entre muchos otros.
Entre los que pasarán al pelotón, o incluso al pelotón de cola, están aquellas empresas que es difícil que puedan vender más de lo que han podido vender en una situación tan excepcional como es un confinamiento.
Son empresas que 'lo han dado todo' y que, salvo que encuentren una fórmula adicional de crecimiento -lo cual no es imposible, puesto que suelen ser muy espabiladas- les va a costar aumentar sus ingresos. El ejemplo más claro lo hemos visto recientemente en los datos de suscripciones de Netflix.
Se trata de identificar a los que seguirán devorando la cuota de mercado de los dinosaurios analógicos
Mientras la tendencia de las bolsas sea alcista, el planteamiento no es si hay que tener o no tecnología o si hay que vender todos los fondos growth y pasarse al value. El planteamiento es que, mientras el mercado sea alcista, subirán tanto la tecnología -porque sigue viva la revolución digital- como los sectores que se benefician de la salida de la pandemia.
La cuestión es quien sube más. Y la competición es entre 'crecimiento' y 'valor', cierto; pero es sobre todo entre qué crecimiento y qué valor, porque también lo es dentro del propio sector tecnológico.
Tengo que admitir que en esta ocasión la palabra “selectivos” marca nuestra estrategia, pero no para evitar “mojarnos”, sino precisamente para hacerlo eligiendo los fondos concretos y ETF que se beneficiarán de la gran rotación como para superar a los tecnológicos y los fondos y ETF de tecnología que podrían hacerlo mejor que el Nasdaq. Y en esas estamos.
***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance