Quién es quién en la Europa del último medio siglo
Para evaluar la riqueza de las naciones todavía no se ha encontrado una medida más convincente que su PIB, que dividido por sus habitantes da lugar a la renta per cápita: genuina expresión de la prosperidad, que salta a la vista cuando se viaja por el mundo.
Para hacer comparaciones homogéneas entre países a lo largo del tiempo los especialistas en la materia han resuelto técnicamente las variaciones de los precios –la inflación- y el cambiante valor de las monedas, mediante la elección de una moneda común -que suele ser el dólar de EEUU- y un año de referencia para restar la inflación y hacer comparables los datos de PIB.
El Banco Mundial ofrece series de datos siguiendo la citada metodología -denominada “a precios constantes”- y en particular, para el último medio siglo bajo la denominación: PIB per cápita en $ USA de 2010 en valores constantes.
Se puede dar un paso más si se quieren comparar los dispares comportamientos de los países en presencia de crisis internacionales -la del petróleo (1973), la financiera (2008), el COVID (2020)- mediante una referencia común para todos ellos.
En el caso que nos ocupa, los datos que se presentan del Banco Mundial se han relativizado: para un valor 100 de media de la Unión Europa, cada país está representado como un porcentaje de la misma.
El PIB dividido por sus habitantes da lugar a la renta 'per cápita', genuina expresión de la prosperidad
De este modo, las crisis quedan neutralizadas pues son iguales para todos, y las comparaciones son verdaderamente homogéneas a lo largo del tiempo. No hay excusas externas que valgan para justificar los fracasos, ni en su caso merecer los éxitos.
Desde esta perspectiva son muchas y muy interesantes las conclusiones que se pueden obtener de la evolución comparada de las rentas per cápita de los cinco grandes países europeos durante el último medio siglo:
+ Francia lideró en los años 70 del pasado siglo la renta per cápita de la UE, superando en un 35-40% la media, pero en las últimas cuatro décadas su trayectoria ha sido sistemática y monótonamente decadente, habiendo perdido 20 puntos de convergencia.
+ Italia disfrutó de una larga etapa, hasta 1988, de convergencia ganando casi 10 puntos a la media de la UE; pero desde entonces, los treinta y dos años transcurridos han sido todos, sin excepción, de decadencia relativa con una pérdida de 40 puntos, todo un record.
+ Reino Unido ha tenido un comportamiento dispar –curiosamente casi paralelo al de España– moviéndose en una banda entre el 110 y el 120% de la media de la UE. Por el camino los 15 puntos que le separaban de Francia se han desvanecido hasta igualarla, desde 2004.
+ Alemania ha sido la economía mas resiliente, incluso contando con la unificación con el Este, de suerte que ha mantenido siempre en cabeza, inicialmente junto con Francia, para despegar tras la crisis financiera de 2008.
+ España, a diferencia de Francia e Italia, ha disfrutado de etapas de convergencia seguidas de otras de divergencia, y siempre situados por debajo de la media.
Tras la Transición que con los pactos de La Moncloa pagó un alto precio -10 puntos de divergencia-, los gobiernos de González, Aznar y Rajoy acumularon casi 12 puntos de convergencia en 27 años.
Zapatero y Sánchez en solo 10 años han deshecho todo lo andado, consiguiendo hasta ahora más de 15 puntos de divergencia; algo solo comparable a Italia.
En términos comparativos, los cinco grandes países europeos han seguido dos trayectorias: las de Francia e Italia, recurrentemente decadentes y las de Alemania, Reino Unido y España caracterizadas por periodos de convergencia alternados con otros de divergencia.
Si el futuro fuese ergódico –predecible, estadísticamente, desde el pasado- el de Francia, Italia, Reino Unido y España es muy preocupante, lo contrario que Alemania.
Los cinco grandes de la UE han seguido dos trayectorias: la de Francia Franci e Italia, decadentes y la de Alemania, UK y España, con convergencia y divergencia entremezcladas
¿Se trata de fenómenos casuales o mas bien causales con las políticas económicas? Un somero repaso de los datos pone de manifiesto que mientras Alemania viene practicando políticas responsables, que como es natural consiguen buenos resultados en: empleo, crecimiento económico, equilibrio fiscal, endeudamiento, etc…, los demás países hacen exactamente -en mayor o menor grado– todo lo contrario con los consabidos malos resultados que se han glosado.
Curiosamente, entre los perdedores, España presenta un muy interesante perfil propio: nuestra decadencia relativa no sigue una trayectoria regular, sino que es el resultado de periodos pujantes –González, Aznar, Rajoy- que se han alternado con otros desastrosos: Zapatero y Sánchez.
Todo eso pone de manifiesto que cuando el gobierno está en manos responsables España responde muy positivamente y cuando está dirigido irresponsablemente los resultados no pueden ser peores.
En momentos cruciales del último medio siglo: la crisis del petróleo, la entrada en el Mercado Común Europeo, la integración en el sistema monetario del Euro y la salida de la última crisis financiera, la economía española estuvo en buenas manos con resultados magníficos. Por lo contrario, en las últimas crisis -la financiera y la del COVID- España ha cosechado los peores resultados del mundo civilizado.
Si los españoles – a la hora de votar– se dejaran guiar por los datos que mejor reflejan la prosperidad de las naciones, en vez de por las emociones progresistas fabricadas al margen de la realidad, otro gallo nos cantaría.
*** Jesús Banegas es presidente del Foro Sociedad Civil