Cuando me preguntaban hasta ahora sobre las condiciones socioeconómicas favorables para invertir en Latinoamérica, la contestación era: hay cuatro países grandes y cuatro pequeños donde es posible invertir. Sin contar con México, fuera de esta clasificación; lo considero anexo a la economía norteamericana con USA y Canadá y tiene otro registro sobre todo después del NAFCA.
Los cuatro pequeños son: Uruguay (muy europeo, estable con agricultura y talento, aunque cerca de Argentina); Costa Rica (paraíso ecológico); Panamá (para inversiones financieras); y República Dominicana (una democracia estable que resiste la vecindad de Haití).
Los cuatro grandes: Brasil (mercado grande, pero competencia dura y legislación laboral rígida); Chile (con estrategia de país definida, aunque hay que esperar a la nueva constitución); Colombia (rica, con una posición geográfica envidiable, pero con la vecindad de Venezuela); y Perú (que crecía continuamente con estabilidad política liberal).
La democracia tiene la virtud de que, si se la deja funcionar, corrige sus propios errores
La elección de Castillo como presidente del Perú pone en duda esa recomendación. ¿Lo sacamos de la lista?
El sindicalista Castillo y su izquierdismo utópico, pueden poner en peligro el crecimiento económico y la seguridad jurídica de una democracia que parecía estable.
La democracia tiene la virtud de que, si se la deja funcionar, corrige sus propios errores. El nazismo alemán y la Venezuela de Maduro demuestran qué pasa si no se la deja funcionar. Si se cercena la capacidad de regeneración de la democracia puede acabar con la alternancia, llevar a la dictadura y, a la postre, al colapso político, social y económico.
Castillo ¿es bolivariano? Probablemente aún no, pero puede caer en su campo para sobrevivir. Si sus políticas económicas son populistas y fracasan, acabará abrazando esa corriente política latinoamericana, seudocomunista. Es la huida hacia adelante de ese populismo ante la posibilidad de perder el poder.
Por eso no es seguro que una vez haya llegado al poder no lo defienda a cualquier precio. Sólo Ecuador parece haber revertido el bolivarianismo por dos razones. La primera porque Lenin Moreno, sucesor de Correa, vio venir el desastre y corrigió. La segunda es que funcionó la democracia. En Bolivia se hizo una chapuza de golpe constitucional y es posible que Evo vuelva; será peor el remedio que la enfermedad. En Venezuela o Nicaragua es casi imposible la alternativa de poder.
El Perú actual es resultado de la habilidad política de Pizarro, lo mismo que México lo es de Cortés
Perú ha sido en los últimos años destino prioritario de inversiones españolas. Se calculan entre 10.000 y 15.000 MM de dólares el volumen de inversión acumulado. Más de 800 empresas y medio millón de puestos de trabajo creados en el país andino por empresas españolas. Una aportación similar al 5% del PIB peruano.
El discurso de Castillo en su toma de posesión contra la presencia española después del reino inca con D. Felipe VI presente, además de descortesía tergiversa la historia. El Perú actual es resultado de la habilidad política de Pizarro, lo mismo que México lo es de Cortés. Pizarro llegó en medio de una guerra civil del imperio incaico y, como Cortés en México, la aprovechó para instaurar un virreinato en que tuvo hijos con princesas incas.
La designación como primer ministro a Guido Bellido, perteneciente al ala radical de Perú Libre, el partido de Castillo, arroja dudas sobre si será, o no, beligerante contra esa inversión extranjera. Bien es verdad, que el responsable de economía del nuevo Gobierno, Pedro Francke, asegura que se respetarán y no habrá “ni expropiaciones ni estatalizaciones” en sus propias palabras. Pero también se sabe que “excusatio non petita, accusatio manifiesta”.
La independencia del actual Perú se debe en su mayor parte a criollos, descendientes de los españoles que llegaron en los siglos posteriores a su descubrimiento
Los bolivarianos si ven tambalear su poder se inventarán un enemigo culpable y ¿qué más a mano que las empresas de España que les llevó, entre otras cosas, el derecho (con las audiencias), una lengua común, la utilización de los números arábigos, técnicas agrarias, cultura universal, el alfabeto, el cristianismo …?
La independencia del actual Perú se debe en su mayor parte a criollos, descendientes de los españoles que llegaron en los siglos posteriores a su descubrimiento. Mientras, los actuales españoles inversores, con toda probabilidad, no son descendientes de aquellos. Sus antepasados no vinieron al Perú antes. A pesar de ello la demagogia tiene memoria selectiva.
En conclusión: de momento no pongo Perú entre los países favoritos a invertir en Latinoamérica; mejor esperar y ver.