Monedas de euro.

Monedas de euro. Elena Lozano Pixabay

EN EL MOMENTO ADECUADO

Cuellos de botella e inflación

Quien acierte con la inflación tendrá la llave para dar con la selección de activos ganadora.

26 octubre, 2021 05:30

Todo el mundo habla de los cuellos de botella, pero nadie explica por qué se han producido, y mucho menos se "mojan" en decir cuánto pueden durar.

Pero hay que mojarse, porque es una cuestión fundamental a la hora de predecir cuál puede ser el nivel de inflación a medio plazo, que es la madre de todas las batallas a la hora de invertir ahora en los mercados financieros. Quien acierte con la inflación tendrá la llave para dar con la selección de activos ganadora, que es lo que define el resultado de una cartera de fondos. Mucho más que la selección de gestores.

Si la inflación va a permanecer alta durante mucho tiempo funcionarán mejor determinados activos. Algunos incluso se beneficiarán muchísimo de su presencia. Si volviéramos a la situación previa a la pandemia, funcionarán bien otros. La diferencia puede ser abismal.

Explicaré lo de los cuellos de botella con un ejemplo: imagínese que usted tiene un comercio que ha estado cerrado durante el confinamiento. Como es lógico, no tiene el almacén lleno de productos, ya que no sabe cuál será la demanda cuando se produzca la reapertura. Y más cuando la mayoría de economistas, analistas, tuiteros e influencers le dicen que después de la pandemia vendrá la verdadera crisis (olvidando que hemos endeudado a las próximas generaciones hasta las cejas precisamente para evitarla y que los bancos centrales han regado el sistema de dinero como antídoto).

En el caso de un pequeño comercio es fácil adaptarse si observas que la gente sale a la calle deseosa de gastar y consumir. Pero imagínense cuando esto ocurre en una explotación minera en un país emergente -o directamente subdesarrollado- que ha tenido que cerrar por Covid. Y todavía ni les han llegado las vacunas. No se pone en marcha una explotación minera así como así. Y menos en esas circunstancias. Ni se dobla el ritmo de fabricación de una gran fábrica, ni se fletan barcos que llevan varados meses, etc., etc.

Quien acierte con la inflación tendrá la llave para dar con la selección de activos ganadora, que es lo que define el resultado de una cartera de fondos

Además, es un círculo vicioso. Cuando los comerciantes o los grandes fabricantes de coches -o de ordenadores, o lo que sea- ven que hay problemas de abastecimiento, se ponen nerviosos y compran donde sea y a cualquier precio. No a cualquiera, pero están dispuestos a pagar bastante más. Ya verán luego si se lo repercuten al cliente. El caso es que se genera un cierto pánico a no poder atender la demanda. Y así tenemos el cuello de botella y la inflación que genera.

Aclarado esto, vamos con las predicciones. La primera es que igual que la ley de la oferta y la demanda funciona para incrementar los precios, también funciona para equilibrar oferta y demanda. En una economía de mercado, cuando alguien quiere algo y está dispuesto a pagar por ello, acaba surgiendo la oferta. Otra cosa es el precio.

¿Cuándo se producirá el equilibrio? Es imposible de predecir. Hay que seguir la evolución de los precios de los distintos componentes y los indicadores económicos adelantados que afectan a esos productos. Por ejemplo, ver cómo van los atascos en los puertos de norteamericanos, chinos o europeos. Se trata de vigilar la situación –y los precios– de la cadena de producción y distribución en cada uno de sus eslabones.

Aunque habrá un punto de equilibrio, los precios actuales de la energía son fruto de una decisión estructural que llevará mucho tiempo y costará dinero

Esto vale para muchas cosas, no tanto para los precios de la energía. Aunque habrá un punto de equilibrio, los precios actuales de la energía son fruto de una decisión estructural -la transición energética– que llevará mucho tiempo y costará dinero.

Lo que parece claro es que, aunque solucionemos los cuellos de botella, la inflación será bastante más alta de lo que lo era antes de la pandemia. Aunque el crecimiento que se genere para los próximos dos años sea de origen un tanto artificial, fruto de la mezcla de estímulo monetario y económico, será un crecimiento importante.

No tiene por qué implicar alta inflación, ya veremos, pero se adivina una presión salarial cada día más evidente, que se unirá al coste de la transición energética. Además, la inflación tiene mucho de sociológico: una vez se inserta en la mente de los consumidores, se retroalimenta.

Para los inversores la conclusión es fácil: en los próximos meses la cuestión de la inflación seguirá siendo la clave de la evolución de los mercados y hay que saber manejarla. Hay que saber cuáles son los activos y sectores que se benefician de cada nivel de inflación. Porque en esto los matices son importantes: no es lo mismo poca que mucha o muchísima inflación.

Y en todos los escenarios inflacionistas –poca, mucha o medio pensionista– hay que huir como de la peste de los bonos y fondos de renta fija de medio y largo plazo. Lo dije el 4 de mayo desde estas mismas páginas, y ya ven. Llamamos a esa estrategia "La Gran Rotación". Ahora insisto en ella, porque la rotación no ha acabado. Probablemente solo acaba de empezar.

*** Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance

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