La inflación en España se ha disparado al nivel más alto en 29 años, eso significa que ha aumentado un 1,5% en un solo mes. Lo más preocupante de esta cifra es que la cesta que el INE denomina "servicios covid", es decir, los servicios más básicos y que más se han utilizado durante la pandemia se ha disparado a un 16,2%. La inflación subyacente se eleva también a un 1,4%, es decir, un 0,4% más que el mes pasado.
El alza de los precios no se había visto a estos niveles desde 1992 y no podemos olvidar qué es lo que pasó en 1993: una crisis muy importante.
El alza de precios, atendiendo a las diferencias entre los tres componentes antes mencionados, afecta mucho más a las capas de la sociedad más desfavorecida porque son los ciudadanos más pobres y los que tienen menos recursos. Son los que sufren el aumento de los productos frescos, la energía y los combustibles por lo que afecta más a su consumo diario.
¿Por qué nos debe preocupar especialmente esta subida de los precios? Tres factores esenciales: esta fuerte subida viene acompañada de una bajada de las estimaciones de recuperación económica. De hecho, la bajada de estimaciones llevada a cabo por el Banco de España, la Airef y el BBVA, aún no contemplan el efecto negativo en el consumo, la inversión y los márgenes empresariales de esta subida de precios. Además, no podemos olvidar que los precios industriales han subido un 26%.
Segundo factor, la inflación ha llevado a que los salarios reales en todos los sectores, según el INE, hayan empeorado en los primeros seis meses del año. Esto es especialmente preocupante porque en varios sectores de la economía española los sueldos están cayendo en términos nominales y reales. Esto significa que la capacidad de los ciudadanos de consumir se resiente profundamente. La pérdida de poder adquisitivo de los salarios y los ahorros reales es un factor clave que puede cercenar la recuperación.
No podemos olvidar que en 1993 con una inflación desbocada vino una crisis muy importante
Tercer factor, a pesar de esta alza de precios el Banco Central Europeo (BCE) no da señales de reducir la presión monetaria, que tiene una responsabilidad en el aumento de los precios. La política monetaria extremadamente expansiva reduce el poder adquisitivo de la moneda y la capacidad de los ciudadanos de recuperarse, erosionando el poder adquisitivo de salarios y ahorros.
Adicionalmente, los márgenes empresariales sufren más porque para una inmensa mayoría de las empresas es imposible trasladar a los consumidores los efectos de la inflación en sus costes.
El Gobierno dice que la inflación no es preocupante porque viene de un mayor consumo y un mayor crecimiento. Sin embargo, las estimaciones de crecimiento siguen empeorando y España se queda a niveles muy lejos de nuestros socios en cuanto a recuperación.
La inflación es siempre y en todo lugar un efecto monetario y también la subida abrupta de la energía tiene un fortísimo componente monetario (mucho más dinero creado por encima de la demanda real del mismo y orientado hacia activos y bienes relativamente escasos).
Las estimaciones de crecimiento siguen empeorando
Lo más preocupante de este incremento de la inflación es que empieza a mostrar el riesgo de estanflación, que es un estancamiento económico con precios relativamente altos. Los gobiernos cuanto más intervencionistas son, menos interés tienen en reducir la inflación. Por eso se llama el impuesto de los pobres, porque los gobiernos se benefician ingresando más por impuestos indirectos y reduciendo el valor relativo de su deuda acumulada.
La inflación no es una señal de recuperación, es una señal de alarma.