Se empieza a conocer el motivo por el que el ministro José Luis Escrivá quiere más cotizaciones para pagar las pensiones. Concretamente ha pedido el 0,6% más sobre el salario (0,4 a cargo del empresario y 0,2 del trabajador). También por qué no quiere que en la mesa de las pensiones esté presente ni la vicepresidenta Yolanda Díaz, ni nadie de Unidas Podemos.
La razón es clara: o demuestra que la recaudación sobre pensiones es suficiente o la UE le exige que tome otras medidas: a) subir la edad de jubilación, para que las personas trabajen más años contribuyendo y menos cobrando pensión; b) aumentar el número de años de cotización en que se calcula la pensión. Con esta última medida las pensiones suelen disminuir porque los salarios suelen ser más altos al final de la vida laboral.
Ninguna de estas dos medidas sería aceptable para Unidas Podemos. Por eso, el ministro Escrivá no quiere que estén en la mesa de negociación.
Pero estas noticias tampoco son neutras respecto al volumen de jubilados y sus pensiones. Cualquiera de las dos hace que el futuro pensionista pierda dinero. En consecuencia, si se está en los 66, más o menos, el consejo es: ¡jubílese cuanto antes, no vaya a ser que le bajen la pensión!
Si le suben la edad de jubilación (algo que ahora parece improbable) recibirá menos años la pensión, capitalizará menos lo que cotizó. Si le aumentan los años de cotización (de 25 a 35 es lo que se pide), calcule si le rebajan lo que va a recibir porque sus salarios y cotizaciones de hace mucho tiempo serían menores. Aproveche ahora que las condiciones son seguras. Evite la incertidumbre.
Así que, en función de las leyes de la sociología, las soluciones que se ofrecen para mantener la sostenibilidad de las pensiones puede producir una avalancha de nuevos jubilados que desestabilicen el sistema aún más.
Al menos 30.000 puestos de trabajo dejarán de crearse por la propuesta ministerial de subir las cotizaciones
Eso no quiere decir que el ministro Escrivá tenga razón en aumentar las cotizaciones. Si aumenta el coste del factor trabajo, la microeconomía dice que el empresario invertirá más en capital y menos en empleos. También dice que la empresa de servicios encarecerá sus precios para compensar y será menos competitiva a nivel mundial. Conclusión: se creará paro. Los cálculos indican que al menos 30.000 puestos de trabajo dejarán de crearse por la propuesta ministerial de subir las cotizaciones. Por tanto, a lo peor,se recauda menos. Además, la CEOE no está por la labor.
¿Qué hacer? La solución más sensata es aumentar la edad de jubilación. Pero como esto puede provocar una avalancha de jubilados lo mejor es que durante unos años se permita compatibilizar cobrar la pensión (en un 75/90%) y seguir trabajando cotizando.
Es decir, reformar el sistema de "jubilación activa". Algo sobre lo que nadie piensa. La gran ventaja del mismo es que es voluntario por parte del trabajador. Habría que modificar muchos convenios. Pero solo para hacer voluntaria la permanencia en el trabajo de aquellos que lo quieran.
Por ejemplo, los funcionarios públicos podrían alargar su profesión hasta los 75. En muchos casos están en plenas condiciones para ejercer su trabajo y tienen gran experiencia. Los profesores también. Muchos otros profesionales lo harían. Es posible que las que exijan esfuerzo físico no lo quieran hacer. Pero esos tienen merecido el descanso.
Sería una solución parcial, pero al ser voluntaria no tiene por qué ser conflictiva en la mesa de negociación. Otra cosa es que lo admita la UE, como moneda de cambio para no aplicar otras medidas. Eso es cuestión de que se negocie en Bruselas.
*** José Ramón Pin es profesor del IESE.