"El que no se atreve a ofender no puede ser honesto". (Thomas Paine).
Esta semana pedí una pizza a domicilio y en el cartón aparecía la etiqueta #FuckCovid. Me sentí tremendamente identificado: estamos muy hartos ya de esta pesadilla. Pero parece claro que hay que poner las cosas en perspectiva.
El gráfico de la izquierda de estos dos de Financial Times deja claro que los contagios en algunos países europeos están en máximos históricos. Y a lo mejor esta será la tónica habitual a futuro, lo cual hace creer a los conspiranoicos que tienen razón.
Sin embargo, lo realmente importante son las muertes que se dan ahora (gráfico de la derecha): están muy abajo a pesar de los repuntes fuertes en los nuevos casos confirmados:
Las personas completamente vacunadas tienen menos probabilidades de morir de COVID-19 que las que no están vacunadas, tal y como demuestra esta infografía de la Comisión Europea.
Los datos de varios países de la UE también muestran que la gente vacunada tiene menos probabilidades de ser hospitalizada por coronavirus. La vacunación ayuda contra los síntomas graves. Europa ya ha entregado 1000 millones de dosis a los países de la UE:
Este gráfico es aún más explícito al cuantificar las vidas salvadas gracias a las vacunas. En España, se estima que se ha evitado la muerte de casi 90.000 personas de más de 60 años tras las dos dosis:
Al igual que ocurre con las medidas para combatir el cambio climático, de nada sirve vacunar al primer mundo y olvidarse de un tercer mundo que, con sólo un 7% de la población vacunada en África, se permite que el virus disponga de espacio y tiempo suficientes para desarrollar las mutaciones que quiera.
La inmunidad natural podría no servir como estrategia. En Sudáfrica, con el 72% de la población habiendo pasado la Covid, la nueva variante se está expandiendo rápidamente: mientras que la variante beta necesitaba 100 días para contagiar a un porcentaje elevado de la población, la variante delta lo hacía en 50 días, y la nueva variante ómicron sólo necesita diez según las primeras estimaciones.
Los expertos piden cautela: más mutaciones no significa mayor virulencia. La propia Sudáfrica ve un "pánico innecesario" por su variante ómicron porque los síntomas son "muy débiles". Esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia con los virus: las variantes posteriores son cada vez menos dañinas y por eso han desaparecido o se han controlado con vacunas. Ahora, con las vacunas disponibles enseguida, las variantes deberían debilitarse más rápidamente.
No obstante, Gavin Screaton de la Universidad de Oxford manifestó que, por lo general, estas mutaciones desaparecen, pero cada una conlleva la remota posibilidad de que el virus se vuelva más capaz de producir una carga viral más alta, unirse más fácilmente a las células de las vías respiratorias o evadir las defensas inmunitarias del cuerpo.
Estaremos este mes con titulares jugando al tenis, pero reconforta que el CEO de BioNTech (socio de Pfizer) haya dicho esta semana que su vacuna (la de Pzifer) protege contra los casos severos de la variante ómicron. Este gráfico de Financial Times muestra la velocidad de la nueva variante:
A principios de este siglo, cada vez que había un atentado terrorista, las bolsas se tambaleaban. Hoy en día ni se inmutan, tienen el riesgo asumido e interiorizado. En mi opinión, lo mismo sucederá con las variantes futuras de coronavirus. Nos adaptaremos y de alguna forma nos acostumbraremos a tratar este asunto como las gripes.
A modo de curiosidad, aprovecho para mostrar parte de una infografía publicada recientemente por Visual Capitalist, donde podemos comprobar cuáles son las compañías farmacéuticas más importantes del planeta. El podio lo ocupan Johnson & Johnson, Roche y Pfizer.
Si la respuesta a la pandemia ha enseñado algo, es que las compañías farmacéuticas tienen que personalizar sus hallazgos adoptando tecnologías disruptivas como medicamentos impresos en 3D, terapias guiadas por inteligencia artificial y medicina preventiva mientras trabajan con agencias reguladoras, así tendrán su revolución digital.
Cabe destacar también que los mercados emergentes más relevantes por ingresos para la industria farmacéutica son Brasil, la India, Rusia, Colombia y Egipto.
Por cierto, mi amigo Domingo me pasó hace unos días este interesante gráfico de Bloomberg: se ve lo que pasó en la bolsa (S&P 500) con la variante delta. ¿Qué pasará ahora con ómicron? Yo lo tengo claro:
Felices Fiestas, hoy concluyo con esta gran cita de Richard Feynman: "Si te concentras en los fracasos, seguirás sufriendo. Si te concentras en las lecciones, seguirás creciendo".