Transición verde: ¿hacia dónde se dirige el mundo?
Hay países que están aprovechando mejor que otros las oportunidades de la lucha contra el calentamiento global.
La economía mundial se encuentra ahora en una trayectoria de calentamiento de alrededor de 3°C. Pero si los compromisos asumidos en la COP26 se materializaran, podríamos limitar el calentamiento a 1,8 °C. Un estudio que hemos elaborado en colaboración con la Universidad de Oxford y se publicó el 30 de noviembre de 2021, revela los países que están dando los pasos correctos en la transición hacia una economía verde.
A medida que van tomando forma los compromisos de transición hacia una economía verde, los riesgos y las oportunidades para los Estados nacionales, las regiones y las empresas van cambiando. En la economía real, estas transformaciones también tienen importantes implicaciones para las carteras de los inversores.
En la citada investigación estudiamos la evolución de la competitividad de los países en industrias clave en su transición hacia una economía verde. También examinamos qué parte de las partidas de gasto de estímulos -aprobadas a raíz de la Covid-19- han sido dirigidas por los países hacia la construcción de una economía más verde.
Los rescates han dado a los países una oportunidad única para invertir en infraestructuras de bajas emisiones, mejorar sus capacidades tecnológicas, ayudar a su mano de obra a aprovechar los nuevos empleos verdes y retirarse de las industrias en declive y contaminantes.
Los rescates han dado a los países una oportunidad única para invertir en infraestructuras de bajas emisiones
Suiza ofrece algunos de los resultados más sorprendentes de este estudio. La competitividad de Suiza en el comercio mundial de productos ecológicos ha ido disminuyendo durante 25 años. Esto se explica por su posicionamiento estratégico como economía verde de servicios líder, más que como economía verde de fabricación.
En realidad, Suiza se ha convertido en uno de los principales destinos mundiales de capital para la economía verde. Los activos gestionados de forma sostenible representan más del 20% de todos los fondos gestionados en Suiza y están creciendo más del 30% al año.
La economía suiza también ofrece un potencial sin explotar en materia de energías renovables. Una mayor inversión en este ámbito podría aumentar la seguridad energética de Suiza y crear un potencial para exportar energía verde al mercado europeo.
De hecho, mientras los precios del gas se disparan en toda Europa, los costes de la energía eólica y solar han descendido un 60% y un 80% respectivamente en los últimos 10 años. Por lo tanto, la transición a las energías renovables no sólo es ecológica, sino también deflacionaria.
Tanto Alemania como el Reino Unido son líderes mundiales en la exportación de productos verdes. Si además tenemos en cuenta una cuota verde superior a la media en su gasto de estímulo de Covid-19, sus perspectivas son atractivas. Italia, España y Turquía también tienen perfiles atractivos en tecnologías eólicas y solares, un descubrimiento interesante que sugiere que estos países podrían llegar a eclipsar a Alemania.
China, por su parte, disfruta de la mayor parte de las exportaciones mundiales de productos verdes y de un enorme mercado interno. Dada la reticencia de China a abandonar el carbón, su condición de superpotencia en energías renovables podría parecer paradójica. Por ello, los resultados del estudio exigen que se vigile de cerca su desarrollo.
En el escenario mundial más amplio, el futuro de la transición verde de Estados Unidos, Australia y Brasil se enfrentan a los riesgos de las tensiones comerciales, junto con las ambiciones políticas que siguen siendo demasiado débiles. Hemos identificado una probable tendencia en estos países hacia la reducción de las cadenas de suministro y la potencial "desglobalización" de las relaciones comerciales, con vistas a garantizar la autosuficiencia, especialmente en materia de energía.
A pesar de los resultados imperfectos de la COP26, no cabe duda de que la transición verde está en pleno apogeo y está alterando el orden económico y financiero.
*** Michael Urban es jefe adjunto de investigación sobre sostenibilidad de Lombard Odier.