El pasado 16 de noviembre escribí, en este mismo portal, un artículo titulado "Lagarde 'Superstar' va a dar mucho juego". El "juego" empezó nada más comenzar el año con una fuerte subida de los tipos de interés de los bonos y fuerte caída del precio, pues el precio de los bonos se mueve de forma inversamente proporcional a los tipos de interés.
El miércoles pasado, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) lanzó el chupinazo que inauguraba oficialmente las fiestas. Y lo hizo al puro estilo Groucho Marx: de hablar de "inflación transitoria" pasó casi sin solución de continuidad, a "si no les gusta que compre bonos, puedo dejar de comprarlos. Y si no les gustan los tipos negativos, también tengo tipos positivos".
Pero digo fiesta, y digo bien, porque quien haya tomado posiciones apostando por la caída del precio de los bonos europeos está ahora de fiesta gracias a que los tipos de los bonos se han disparado. Y es una fiesta con barra libre y sin entrada, porque hoy en día invertir en un producto que apueste por que suban los tipos de interés y baje el precio de los bonos de la Eurozona es tan fácil como comprar el más sencillo de los fondos de inversión. Puede hacerlo cualquier inversor que esté correctamente asesorado.
Invertir en un producto que apueste por subidas de tipos en la Eurozona es tan fácil cómo comprar el más sencillo de los fondos de inversión
A falta de aprovechar el movimiento alcista de los tipos, que, insisto, es muy fácil, se podían haber tomado medidas de protección, lo cual es todavía más fácil. Como dice el refrán "no hay mejor cobertura que el papel lo tenga otro", refiriéndose a la época en la que las acciones o los bonos eran un título físico, en papel. En otras palabras, eliminar de la cartera cualquier fondo de renta fija que tenga bonos de medio y largo plazo.
Como vengo diciendo desde hace mucho tiempo, el BCE no es que estuviera regulando los precios, no. Estaba manipulando descaradamente los precios para mantener bajos los costes de financiación del sur de Europa. Hasta el punto de que casi era ya el único comprador de bonos italianos o españoles. Y esa aberración financiera no podía durar eternamente.
Ahora que los países del Sur de Europa han cubierto el grueso de sus necesidades de financiación para los próximos 20 años y, además, lo han hecho a coste cero o negativo es cuando, 'casualmente', el BCE deja caer que podría dejar de comprar bonos.
Y no hablamos de algo moderado como el tapering, no. Estamos hablando de droga dura, de cerrar el grifo de la liquidez dejando de comprar bonos en el mercado. No es de extrañar que la simple insinuación haya hecho que la gente se ponga a vender bonos como si quemaran. De hecho, en cierta manera pronto quemarán.
Porque, ¿quién pagará la fiesta? Pues los inversores. Los que compraron esas deudas, pues los bonos soberanos son deudas que emiten los estados. Deudas que no dan tipo de interés alguno o incluso hay que pagar por tenerlas. Y, ahora, tendrán que asumir que si quieren vender tendrá que ser en pérdidas. En algunos casos, pérdidas muy abultadas. Si no me creen, fíjense en la evolución de los distintos fondos y planes de pensiones de renta fija de medio y largo plazo en 2021. Y sobre todo al inicio de 2022.
Tampoco pagará el Estado. Seguramente, a partir de ahora leerán y oirán ustedes mucho que la subida de los tipos de interés de los bonos es un gran problema para los estados. No lo crean: los Estados han cubierto el grueso de sus necesidades de financiación y, además, a partir de ahora van a recibir una enorme cantidad de dinero en forma de fondos europeos, sobre todo los estados del Sur de Europa, con lo cual sus necesidades de financiación externa bajan considerablemente.
Espero que en el futuro no se recuerde esta época como la de la gran estafa de los bonos con tipos de interés negativos
Tendrán que refinanciar la deuda que vaya venciendo, pero el grueso de la deuda emitida en los últimos años, que ha sido cuando se ha disparado la deuda pública, lo ha sido a vencimientos largos o muy largos y tipos cero, 'cero coma' o negativos. Aprovechando que el BCE mantenía artificialmente bajos o negativos los tipos de interés de los bonos con sus compras masivas.
Espero que en el futuro no se recuerde esta época como la de la gran estafa de los bonos con tipos de interés negativos, referida a los estados que emitieron deuda sin pagar intereses o incluso cobrándolos, dejando a cientos de miles de ahorradores con unos bonos que no pagan nada o incluso hay que a pagar por tenerlos.
Y todo coincidiendo con que el Estado se endeudaba a niveles nunca vistos. Imaginen una empresa que se pone de acuerdo con un banco para que le preste dinero muy barato de forma que, de cara al exterior, dicha empresa presuma de un magnífico rating que le permita disparar su nivel de deuda y colocarla a coste cero o negativo entre los inversores. ¿Cómo se le llamaría a eso?
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance