Y los bancos centrales cerraron el grifo
Qué duda cabe que, si los rusos deciden invadir Ucrania, tendrá un efecto negativo en los mercados. Pero, en mi opinión, será un efecto más de corto que de medio y largo plazo. El presidente de EEUU ya ha dejado claro que no se plantea una participación directa del país y no les quiero decir los dirigentes europeos, a los que no les llega la camisa al cuerpo solo de pensar en que se corte el suministro de gas.
Acabará su sucediendo como ocurrió con Crimea: Ucrania se convertirá en un hecho consumado. Con muchas sanciones y mucho griterío de cara a la galería, sí; pero un hecho consumado. Sufrirán la economía y el pueblo ruso por las muchas y variadas sanciones que caerían sobre Rusia, pero al final Europa necesita gas y Rusia necesita euros.
Las sanciones europeas se irán relajando y Rusia reanudará el suministro de gas, mientras la UE 'combate' con palabras altisonantes. Además, la subida del precio del petróleo, el gas y las materias primas beneficiarán a la economía rusa, lo que compensará, al menos en parte, las sanciones.
Cualquier estrategia de inversión a medio plazo que se establezca a partir de ahora tiene que tener en cuenta que se va a cerrar el grifo
Lo de Ucrania es sin duda mala mar, pero es mar picado de superficie. Más importante es el mar de fondo, cuya influencia sobre los mercados puede ser mucho más duradera, y se llama cambio de política monetaria de los bancos centrales. Lo vemos en EEUU, donde lo que ocurra en Ucrania a la mayoría de gestores, inversores y analistas les afecta más bien poco. Por el contrario, cada día les afecta más que la Fed suba los tipos de interés demasiado y demasiado rápido.
En Europa también empiezan a darse cuenta los gestores y los inversores que el dinero fácil y gratuito tiene los meses contados. Ciertamente, vamos a tener planes de estímulo económico, pero el dinero que les gusta a los mercados es el del Banco Central Europeo (BCE), porque teóricamente está pensado para la economía real, pero la mayoría se queda en la economía financiera.
Cualquier estrategia de inversión a medio plazo que se establezca a partir de ahora tiene que tener en cuenta que se va a cerrar el grifo y que ese es un cambio fundamental respecto a los diez años anteriores.
Conviene aclarar que el grifo se puede cerrar a medias o del todo. Y que las consecuencias serían muy diferentes. Podríamos comparar un cierre a medias o 'blando' con dejar de comprar bonos y llevar a cabo subidas graduales y moderadas de los tipos de interés oficiales.
El cierre 'duro' sería aquel en el que -por supuesto- se dejan de comprar bonos, pero además se suben mucho y muy rápido los tipos de interés. El cierre 'blando' o a medias podemos darlo por hecho. El cierre duro dependerá de cómo evolucione la inflación.
Lo importante es que para establecer la estrategia de inversión hay que decidir entre apostar por el cierre duro o el cierre blando. Si pensamos que el cierre va a ser moderado, hay una serie de activos, sectores y países que se verán beneficiados por ese escenario. Es un escenario con cierto nivel de inflación -digamos, en el entorno del 3%-, que obliga a subir tipos, pero sin excesos. Y va acompañado de un considerable crecimiento económico, por ejemplo, en el entorno del 5% a nivel global.
Los gestores y los inversores también empiezan a darse cuenta de que el dinero fácil y gratuito tiene los meses contados
Es un escenario en el que las compañías ganan más dinero y, por lo tanto, incrementan sus dividendos. La gran perjudicada sería la tecnología, donde los modelos de negocio están orientados al crecimiento y no al pago de dividendos, y cuya rentabilidad por dividendo es claramente más baja que en otros sectores. Pero no es un mal escenario para la renta variable en general, porque variable significa dividendos variables que se adaptan en este caso al alza a la inflación, sobre todo en aquellos sectores que se benefician de la existencia de cierto nivel de inflación.
Luego, tenemos el escenario que está ahora en la mente de los inversores, que tienden a pasar de la euforia al pesimismo sin solución de continuidad. En ese escenario no solo se cierra el grifo de la liquidez porque se dejan de comprar bonos, sino que, además, se suben los tipos de interés de forma agresiva tanto en EEUU como -después- en Europa.
Esto provoca una disminución del crecimiento por mucho estímulo económico que haya en vigor. Los tipos de interés de los bonos empezarían a ser competitivos frente a los dividendos, ya que además estos no crecerían, pues las políticas monetarias restrictivas reducirían el nivel de crecimiento y, por lo tanto, de los beneficios empresariales. En ese escenario, funcionarían activos y sectores muy diferentes al escenario anterior.
Efectivamente, no podemos tener la bola de cristal. Pero tenemos que tener claros los escenarios que se pueden producir y qué es lo que importa y qué es lo que no tanto. Siendo importante Ucrania en el corto plazo, a medio plazo es más importante monitorizar aquello que mueve a los bancos centrales a actuar en un sentido u otro.
Y tener meridianamente claro qué tipo de activos sectores o países pueden hacerlo bien en los dos escenarios más probables. Los indicadores adelantados nos irán mostrando el camino y solo tendremos que ir aplicando las dos posibles estrategias.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance