La semana pasada las acciones de Ericsson cayeron más de un 14% en medio de los rumores de que la empresa sueca podría ser haber financiado a la organización terrorista ISIS. Supuestamente, el fabricante de equipos de telecomunicaciones podría haber pagado sobornos para operar en territorios controlados por sus milicianos.
Según el consejero delegado de Ericsson, durante una auditoría interna de las finanzas de la compañía, sus expertos identificaron "gastos inusuales relacionados con 2018". Además, el primer espada de la compañía añadió: "Descubrimos que las rutas de transporte, cuya operación se había pagado por adelantado, pasaban por zonas bajo el control de organizaciones terroristas, incluido el ISIS".
Cabe señalar que, hasta la fecha, una investigación interna no ha podido determinar que ningún empleado de Ericsson haya participado directamente en la financiación de organizaciones terroristas.
La empresa puede enfrentarse no sólo a una crisis de reputación, sino también a elevados riesgos financieros
Lo irónico es que no es el primer escándalo del competidor de Nokia. El gigante de las telecomunicaciones ha sido acusado anteriormente de violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) de EEUU. La empresa fue acusada de sobornar repetidamente a funcionarios y de falsificar documentos entre 2000 y 2016.
Aparentemente, en septiembre de 2019, la empresa logró llegar a un acuerdo previo al juicio con el Departamento de Justicia de EEUU y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Como parte del acuerdo, la empresa se comprometió a pagar 1.100 millones de dólares a cambio de detener todas las acciones judiciales por posibles violaciones de la FCPA.
En octubre de 2021, el Departamento de Justicia de EEUU dijo que Ericsson había incumplido los términos del acuerdo. Dicho de otro modo, la empresa no proporcionó la información y los documentos requeridos para el acuerdo en el plazo previsto.
Si los temores se confirman y resulta que los suecos hacían efectivamente negocios con terroristas, la empresa puede enfrentarse no sólo a una crisis de reputación, sino también a elevados riesgos financieros. Por otra parte, incluso en esta historia habrá beneficiarios, los competidores de Ericsson.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.