El mes de marzo se ha caracterizado por una polarización en lo que se refiere a los modelos de final de la pandemia. Son tendencias que ya se detectaron en enero y febrero, pero que en este mes se han radicalizado.
Por un lado, los países que aún resisten con el modelo "Covid cero", esto es, tratar de contener el número de contagios cueste lo que cueste, mantener un estricto control de fronteras exteriores, confinar a núcleos urbanos si se pierde el control de la transmisión comunitaria y continuar con el rastreo y testeo masivo en caso de mantener dicho control.
Y, por otro lado, los países que han optado por alcanzar la "inmunidad de rebaño" lo más rápido posible, levantando prácticamente todas las restricciones y no sólo no evitando, sino incluso favoreciendo, el contagio masivo de la población, con alguna precaución con los llamados grupos de riesgo, para los que pronto se dispondrá de un tratamiento de antivirales y evitar, así, los casos graves y fallecimientos. Por contraposición al modelo de Covid cero, voy a llamar a éste el modelo "Covid infinito".
La situación mundial ha mejorado algo en marzo, tal y como recogen los gráficos 1 y 2. El número de nuevos casos, que empezó a repuntar a principios de mes, volvió a descender en la segunda mitad. Al acabar marzo, en media móvil de 7 días, se registraron 1,5 millones de casos nuevos diarios.
Para entender la magnitud de esta cifra conviene recordar que el mundo no alcanzó los 1,5 millones de casos acumulados hasta el 7 de abril de 2020. Es decir, cuando en España llevábamos dos semanas confinados, el mundo todavía no había sumado 1,5 millones de casos en el total de esos 3 meses de pandemia. Hoy se alcanzan cada día. Y no se ha cumplido el vaticinio de que "caerían a plomo". Los que hicieron ese pronóstico hoy siguen callados. Seguramente porque, en el fondo, piensan que es irrelevante.
En lo que se refiere al número de muertes, tal y como se ilustra el gráfico 2, la mejora ha sido sustancialmente mayor. Hemos pasado de 11.000 muertos al día, en media móvil de 7 días, de mediados de febrero, a 4.000 muertos al día a finales de marzo. Sigue siendo una cifra tremenda, pero está por debajo de lo registrado en buena parte de la pandemia. En concreto, desde abril de 2020, tal y como recoge el gráfico 2.
Esta reducción en el número global de fallecidos ha dado alas a la estrategia de "Covid infinito", pues la vacunación y la menor gravedad de las sucesivas variantes de Ómicron (BA1 y BA2) significa otra vuelta de tuerca a "la tasa de letalidad", es decir, al porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo. Utilizando los datos anteriores y la ley de los grandes números, la letalidad más reciente puede estimarse en 0,27%. Sin embargo, en el conjunto de la pandemia ha habido 491 millones de infectados y 6,17 millones de muertos, lo que implica una letalidad de 1,25%. Es decir, la letalidad se ha dividido casi por 5 en los últimos meses.
En lo que se refiere a la vacunación, los avances en el mes de marzo han sido muy modestos, algo que se refleja en el gráfico 3.
El porcentaje de vacunados con pauta completa en el total mundial apenas ha subido dos puntos, hasta el 58%. El mes anterior lo había hecho en cuatro puntos y ya nos parecía un ritmo insuficiente para alcanzar el objetivo del 70%. De mantenerse, no se conseguiría hasta finales de año.
Con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, ¿realmente estamos en condiciones de afirmar que la "pandemia ha terminado"?
La incidencia mundial en marzo
Como ya es habitual en estos informes mensuales presento, para un conjunto de países seleccionados, la evolución de los nuevos casos registrados en marzo y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que prácticamente se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1. De nuevo el color verde ha sido dominante, en coherencia con la caída en el número de contagios globales en marzo. Pero ha habido algunas excepciones interesantes.
El total de nuevos casos en el mundo se ha reducido en un 12% con respecto a febrero. Pero sigue muy elevado: 51 millones de contagios supone que marzo de 2022 ha sido el tercer peor mes de la pandemia en número de casos, sólo por detrás de enero y febrero.
Cuatro países en el mundo explican el 50% de los casos globales: Corea del Sur, con 10 millones, Alemania y Vietnam, con más de 6 millones cada uno, y Francia con cerca de 3. Lo curioso es que dos de estos cuatro, los asiáticos, pertenecían hasta hace poco al "club del Covid cero".
Otros países europeos han tenido también una elevada incidencia. Además de Alemania, también ha empeorado sustancialmente el Reino Unido, que ha elevado su número de casos un 50%, pese a que fue puesto de modelo a seguir en su estrategia pionera de levantar todas las restricciones ("freedom day").
51 millones de contagios supone que marzo de 2022 ha sido el tercer peor mes de la pandemia en número de casos.
Recientemente el Financial Times comentaba el preocupante aumento del absentismo laboral en la City londinense como consecuencia de este repunte de casos. Y es que, cuando la gente se siente mal, dejará de ir al trabajo por mucho que una instancia burocrática haya decretado el "final de la pandemia".
Tampoco le ha ido muy bien a Italia, que ha mantenido el mismo número de casos del mes pasado (casi 2 millones de contagios). Ni a Grecia o Finlandia, que los han elevado significativamente. De hecho, marzo ha sido el peor mes de la pandemia para Finlandia, que ha vuelto a recuperar algunas restricciones, y el segundo peor para Grecia. En su conjunto, Europa (excluyendo Rusia y Turquía) apenas ha mejorado el número de casos en un 15%, desde 24,8 millones a 21,3 millones de casos nuevos.
En el lado "verde" destaca la mejoría de EEUU, pese a su relativamente bajo nivel de vacunación y el haber levantado casi todas las restricciones. Así de los 20,5 millones de casos en enero, pasaron a 4,4 millones en febrero y 1,1 millones en marzo, su mejor mes desde junio de 2021. Pero donde ha sido realmente llamativa la mejora es en la India, que ha bajado de los 100.000 casos por primera vez en dos años.
También ha habido avances sustanciales América Latina, sobre todo Brasil y Argentina. En el lado contrario, el color rojo, destaca la evolución de Asia, sobre todo los mencionados casos de Corea del Sur y Vietnam, además de Australia y Nueva Zelanda, a los que luego me referiré por ser parte del grupo del Covid cero. Todos ellos, junto con China, han registrado cifras récord en marzo.
En Europa, como decíamos antes, ha habido disparidad, aunque las incidencias a 14 días no han bajado de 400, un nivel considerado "extremo" hasta hace bien poco. En el gráfico 4, como es habitual, presento la evolución del número de casos de los 5 grandes países europeos en marzo.
España ha sido el único país de los 5 grandes europeos que ha mejorado significativamente en marzo con respecto al mes anterior. Francia también avanzó a principios de mes, pero en las últimas semanas ha quebrado la tendencia. Italia ha mejorado muy poco, incluso si tiene en consideración que el número de días del mes anterior era inferior en 3 jornadas. Alemania y Reino Unido han empeorado significativamente, tal y como hemos comentado.
Los países del Covid infinito
El grupo de países asiáticos y de Oceanía, que habían sido muy exitosos con su estrategia de cero Covid en la primera fase de la pandemia, parece que han tirado la toalla en los últimos meses. Y es que, mantener el férreo control de fronteras es complicado en países muy abiertos y acostumbrados a flujos de turismo y negocios. Es el caso de Corea del Sur, Vietnam y, en menor medida, de Australia, algo que se refleja en la Tabla 2.
Los casos de Corea del Sur y Vietnam son especialmente llamativos. Corea del Sur ha pasado de tener apenas 60.000 casos en 2020 a más de 13 millones en marzo de 2022, superando a España y convirtiéndose en el décimo país con más contagiados del mundo. Y Vietnam no se ha quedado muy atrás. Sin apenas infectados en 2020, cambió su estrategia a finales de 2021 y hoy alcanza casi 10 millones de casos, y se sitúa en el puesto 12 del ránking mundial.
Australia y Nueva Zelanda también han relajado el modelo, pero no totalmente. Y en todos los casos el número de muertos es muy inferior, en relación a su población, al de EEUU, que superó este mes el millón de fallecidos, o el de otros países europeos, incluyendo Italia o España.
La pregunta es ¿qué hará China? ¿Aguantará? El coste económico del modelo Covid cero se ha demostrado inferior al del modelo de convivir con el virus con restricciones fluctuantes. Porque, al final, es la duración de la pandemia y no la intensidad de las medidas de contención, la que determina el daño económico. Pero el coste social es elevadísimo, y el hartazgo de la población evidente.
China piensa que, tras la experiencia de Corea del Sur, Hong Kong y otros, le conviene esperar a que las incidencias en Occidente se reduzcan drásticamente o que una variante peligrosa les haga abandonar la estrategia de Covid infinito y volver a las restricciones.
El coste económico del modelo 'Covid cero' se ha demostrado inferior al del modelo de convivir con el virus con restricciones fluctuantes.
Por el contrario, Occidente piensa que China no tendrá más remedio que abandonar la estatregia de Covid cero y dotarse de antivirales para tratar los casos graves. Es decir, optar por el Covid infinito.
Lo cierto es que la coexistencia de los dos modelos es complicada. Y el aislamiento de una zona del mundo con respecto a la otra es imposible. Y es que las matemáticas nos enseñan que el producto de cero por infinito no es cero. Tampoco es infinito. Es indeterminado. Puede ser cualquier cosa.
España, un caso aparte
El Ministerio de Sanidad sorprendió al anunciar que dejaba de publicar los datos de diarios de incidencias. Ni siquiera Ucrania, en plena guerra, ha dejado de publicar datos.
Además, se ha decidido que los test no se tendrán en cuenta, excepto para casos de personas en grupos de riesgo. Desde el 28 de marzo, tampoco se exigirá la cuarentena de los infectados asintomáticos o de los casos "leves", aunque nadie ha definido qué es un caso "leve". ¿Se trata de una percepción subjetiva, de la capacidad de aguante de una persona contagiada o hay algún criterio objetivo para definir esos casos?
La pregunta es ¿por qué se dejan de publicar los casos si las cosas van relativamente bien, al menos en relación con otros países? Probablemente porque se temen que pueda repuntar, como ha ocurrido en Reino Unido o Alemania. Lo mejor es no hacer test y, de hacerse, no publicar los resultados. La medida tiene una mezcla de autoritaria y paternalista.
¿Se imaginan que un gobierno deja de publicar el IPC porque crea "alarma social"?
Autoritaria, porque parte de la base de que los datos son de los gobiernos o de los funcionarios. Pero, en una democracia consolidada, los datos son de los ciudadanos. Paternalista, porque la premisa es que los datos pueden crear "alarma social", cuando la gravedad de la pandemia se ha reducido significativamente. Que se haya reducido la letalidad es evidente, como recoge la Tabla 3. Pero sigue siendo muy alta.
Recientemente, un conocido periodista decía que la "situación de China (alarmante) no tenía nada que ver con la de España". Estoy de acuerdo con él. En el mes de marzo, en China se han registrado casi 40.000 infectados. Una barbaridad, para los estándares de ese país. Pero es que en España en ese mismo mes se han contagiado 516.000 personas. En cuanto al número de fallecidos por Covid, en España en marzo se han contabilizado 2.728. En China, 2. Y todo ello sin dividir por población.
Por tanto, la mayor o menor gravedad de la situación también es algo subjetivo, como lo es la sensibilidad social hacia los fallecimientos. Por todo ello, la "alarma social" es un derecho de los ciudadanos, como lo es la disponibilidad de los datos. ¿Se imaginan que un gobierno deja de publicar el IPC porque crea "alarma social"? ¿O que deja de publicar el IPC general y sólo da a conocer la "inflación subyacente" porque es más que suficiente para lo que los ciudadanos necesitan en su vida cotidiana?
Miguel Sebastián - Universidad Complutense e ICAE