Tenemos tendencia a simplificar las cosas. Y por supuesto me incluyo. O bien la guerra va a continuar como hasta ahora o se va a producir un alto al fuego y tema superado. La realidad, sobre todo en conflictos de esta magnitud, no es tan sencilla.
Es muy posible que tengamos un alto al fuego. Por motivos bien intencionados o por táctica militar (reagrupamiento, avituallamiento, etc.). Tampoco es descartable que se llegue a algún tipo de acuerdo de paz. El pueblo ucraniano ha mostrado una enorme capacidad de sacrificio, pero todo tiene un límite.
Por su parte, Putin empezará a sufrir el desgaste que supone la llegada constante de féretros, así como el impacto económico de las sanciones entre la población. Pero, aunque finalice esta primera fase de la guerra, el conflicto está servido y durará muchos años.
Rusia no va a desistir de controlar Ucrania y ha quedado bastante claro que Ucrania no quiere que la controle Rusia. También ha quedado claro que EEUU quiere a Ucrania en la OTAN y que Rusia no está dispuesta a admitirlo. Y Europa, que intentaba mantenerse en el término medio, se ha visto obligada a tomar partido.
Ha quedado claro que ante un impacto inflacionista no todos los activos, sectores y países lo hacen igual
Estamos ante las características típicas de un conflicto de muy largo plazo, con periodos de calma y búsqueda de acuerdos, seguidos de nuevos enfrentamientos. De hecho, esta confrontación se inició de forma indirecta en 2014 en el Donbás y continuó con la anexión de Crimea por parte de Rusia.
Simplemente estamos ante una nueva fase, más llamativa porque ahora incluye una invasión en toda regla y porque Occidente ha reaccionado, cosa que no había hecho ante la invasión de Crimea.
Este conflicto se convertirá en un elemento más de la ecuación que mueve los mercados y, muy concretamente, de una variable que ha pasado de ser irrelevante en décadas anteriores a tener una gran relevancia ahora y en el futuro: la inflación.
En mi opinión, el impacto de aislar económicamente a Rusia se produce sobre todo por vía de la inflación y no tanto sobre el crecimiento. Rusia es el mayor productor global de materias primas, pero no es un motor del crecimiento económico mundial.
La inflación siempre ha sido importante, lo que pasa es que se nos había olvidado.
Ahora se convertirá en un nuevo Irán o una nueva Corea y será alternativamente sancionado o liberado de sanciones, en función de cual sea su actitud en este conflicto. Pero cuidado: Occidente se auto sancionará en la misma medida, pues la magnitud y los efectos de estas sanciones dañan tanto al sancionado como al sancionador. A este último en forma de inflación.
De hecho, el flujo de materias primas de Rusia se convertirá probablemente en el componente más importante de la inflación en el futuro, ya que los cuellos de botella que causaron la inflación de la salida de la pandemia tenderán a resolverse. Por su parte, la revolución digital seguirá amortiguando la inflación en el sector servicios. La nueva inflación será de origen ruso y de origen salarial.
El conflicto también afectará a los resultados bursátiles. Ha quedado claro que ante un impacto inflacionista no todos los activos, sectores y países lo hacen igual. Así que, igual que hemos vivido una época en la que lo que era importante detectar cuando se iba a encender el interruptor del apetito por el riesgo ("risk on") y cuando se iba a apagar ("risk off"), ahora habrá que detectar también la posición del interruptor de inflación, que tendrá mucho que ver con el interruptor de las sanciones.
La inflación siempre ha sido importante, lo que pasa es que se nos había olvidado. Pero es el factor que marca las decisiones de política monetaria de los bancos centrales. Y eso siempre es importante. Para la evolución de las bolsas en general y de determinados sectores en particular, pero también para la evolución de los bonos. Ya hemos visto el daño que hace a estos activos que se hable de subidas de tipos de interés.
El impacto inflacionista del conflicto, o mejor dicho, de las sanciones, tendrá que ser tenido muy en cuenta por los inversores y sus asesores a la hora de distribuir sus inversiones. Ahora, además del interruptor "risk on" – "risk off", tendremos el de "inflation on" – "inflation off", que a su vez tendrá mucho que ver con la fase en la que se encuentre este conflicto.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.