Ha sido un semestre difícil para el sector ecológico. Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), los fondos que invierten bajo criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) vieron reducirse a la mitad los flujos de entrada en el primer trimestre de 2022 debido a la tensión geopolítica, así como a la crisis energética.
De acuerdo con la consultora EY, la falta de estandarización, regulación y un propósito común tampoco incrementan el atractivo del sector.
La buena noticia es que la batalla todavía no está perdida. La semana pasada, el senador estadounidense Joe Manchin anunció su repentino apoyo al "proyecto de ley verde" del presidente de EEUU, Joe Biden, de 739.000 millones de dólares.
La buena noticia es que la batalla contra el cambio climático todavía no está perdida
Se supone que la iniciativa ayudará al país a reducir las emisiones de carbono en un 40% aproximadamente para 2030. La financiación provendrá supuestamente de la subida del tipo del impuesto de sociedades al 15% para las empresas que ganen más de 1.000 millones de dólares al año.
El proyecto de ley prevé destinar 369.000 millones de dólares a lo largo de una década a estrategias de lucha contra el cambio climático, incluyendo inversiones en la producción de energías renovables y créditos fiscales para que los consumidores compren coches eléctricos nuevos o usados.
También incluye un crédito fiscal de 60.000 millones de dólares para la producción de energía limpia y otro de 30.000 millones para la producción de energía eólica y solar. Además, hay un crédito fiscal de 10 años para los consumidores que inviertan en energías renovables.
La segunda parte del proyecto de ley está dirigida a reducir el coste de los medicamentos con receta. Se estima que con dicha iniciativa el gobierno federal ahorraría unos 288.000 millones de dólares en un periodo presupuestario de 10 años.
La mala noticia es que los controles de precios podrían reducir los ingresos de la industria biofarmacéutica en 2,9 billones de dólares hasta 2039 y amenazar un sector que genera más de un billón de dólares de actividad económica al año. Además, EEUU corre el riesgo de perder competitividad frente a países como India y China.
Por último, el presidente Biden necesita el apoyo de los 50 senadores demócratas, así como el voto decisivo de la vicepresidenta, Kamala Harris, para conseguir que el proyecto de ley pase por el Senado y llegue a la Cámara de Representantes.
La Ley de Chips y Ciencia (CHIP-plus) es el punto en el que avanzarán las cuestiones climáticas, médicas y fiscales.
***Igor Kuchma es analista de Trading View