La evolución, a peor, del conflicto de Ucrania y una insoportable secuencia de olas de calor y de sequías e incendios en buena parte del hemisferio norte, han desplazado completamente a la Covid 19, fuera del interés mediático y político.
Pero que la pandemia esté ausente en los medios de comunicación no quiere decir que no exista. Quiere decir que preferimos ignorarla en buena parte de los países, salvo Oriente y África, y que en algunos otros, como el nuestro, preferimos deliberadamente ocultarla mediante una grosera manipulación de los datos.
Me he preguntado con cierta frecuencia si tenía sentido continuar haciendo estos informes mensuales sobre el balance de la pandemia. Pero me han convencido los seguidores y lectores que afirman que es precisamente ahora, en ausencia de información asequible y de análisis sobre la pandemia, cuando cobran más valor estos informes. Aunque estos estén basados en una calidad estadística más que mejorable. Algo parecido, salvando las distancias, a lo que ocurría en los primeros tiempos de la extensión del coronavirus.
Entrando en los datos, lo cierto es que, tras el patinazo del mes anterior, en el que no se cumplieron los vaticinios de una importante caída en la incidencia de la pandemia, julio de 2022 ha ido a peor y se ha convertido en un pésimo mes.
En el Gráfico 1 se recoge el nuevo repunte en el número de infecciones a nivel mundial, donde hemos vuelto a registros de más de un millón de nuevos casos diarios durante buena parte del mes, casi duplicando los contagios de junio.
Sólo al empezar agosto hemos visto una cierta moderación en los datos mundiales de nuevos infectados, pero situándose todavía en el rango de los 800.000 y 900.000 casos diarios, frente a los 660.000 de junio. Ese repunte de casos diagnosticados ha tenido lugar pese a una reducción en el número de tests realizados, tanto en Europa como en las Américas.
La ausencia de restricciones en buena parte de los países, salvo algunas excepciones, como los desplazamientos internacionales en avión, ha recortado tanto la demanda de test de autodiagnóstico como la de los realizados en laboratorio.
Pese a ese menor testeo, en el mundo alcanzaremos los 600 millones de infectados en este mes de agosto. Es decir, un ritmo de más de 600.000 nuevos casos al día. En julio hemos estado muy por encima de ese promedio de toda la pandemia, al registrarse en media mensual los 950.000 casos diarios.
En lo que se refiere al número de muertes, tal y como recoge el Gráfico 2, se ha roto la línea estable de fallecimientos que habíamos observado en el mes de junio. La serie ha repuntado significativamente en julio, alcanzando las 2.300 muertes diarias.
Se ha demostrado, una vez más, que el número de fallecimientos se mueve con dos o tres semanas de retraso con respecto al aumento del número de casos. Por lo que el número de casos sigue siendo un indicador adelantado válido de la gravedad de la pandemia.
En cuanto a la "tasa de letalidad", es decir, el porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo, se ha mantenido estable en el 0,22% del mes anterior, aunque por debajo de las cifras del 0,27% alcanzadas en los meses anteriores. Que no se haya reducido más puede ser coherente con un cierto estancamiento en el ritmo de vacunación.
En el Gráfico 3 presento el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).
El porcentaje de vacunados con pauta completa en el total mundial apenas se ha movido medio punto hasta el 61,5%, desde el 61% de mayo. Cada mes se reduce a la mitad la velocidad de vacunación. Con este último ritmo, tardaremos aún 16 meses, hasta finales de 2023, en llegar al ansiado objetivo del 70% de la población mundial vacunada con la pauta completa.
De nuevo, con esta tripleta de datos de nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, seguimos sin poder afirmar que la "pandemia ha terminado", tal y como señala el discurso oficial y el de buena parte de los medios.
El peor mes de julio
En cuanto a la valoración de julio como un mes "pésimo", se puede llegar a esa conclusión tanto con la comparación con el mes anterior como con la de otros meses de julio de la pandemia. Esto es lo que se recoge en la Tabla 1, donde se presenta el número de casos y de muertes tanto en el mundo como en España en los meses de julio de la pandemia: 2020, 2021 y 2022.
A partir de los datos de la Tabla 1, no es exagerado afirmar que julio de 2022 ha sido el peor mes de julio de la pandemia. En número de casos en el total mundial, está claro. Duplicamos los casos de 2021 y cuadruplicamos los de 2020.
En el caso español no está tan claro, porque los datos no tienen valor estadístico. Ello se corrobora con el número de fallecimientos, que en 2022 ha sido el peor julio en lo que se refiere a muertes en España, pese a tener un número de casos inferior.
Esto es estadísticamente imposible, por lo afirmado antes sobre la tasa de letalidad. Y el verdadero número de infectados en España ha debido rondar los 2,5 millones de casos, frente a los ridículos 436.000 de las cifras oficiales.
La incidencia mundial en julio
Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en julio y los comparo con los meses anteriores.
Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que prácticamente se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 2. Los colores tienen en cuenta que el número de días de julio (31) es un 3,3% superior al de junio, a efectos comparativos.
Como decíamos en la introducción, el número de nuevos casos ha seguido escalando en casi todo el mundo. Ello hace que el color rojo vuelva a ser dominante en la tabla, incluso acentuando la de junio. En el total mundial se han registrado 10 millones más de casos con aumentos superiores al 50% en el conjunto de la región. En concreto, se han registrado 30 millones contra 20 millones, con un incremento especialmente significativo en Europa (excluyendo Rusia y Turquía).
Algunos países, como Italia, han más que duplicado el número de casos. Las excepciones han sido Portugal y los países nórdicos. Los datos de España, que presentan una sospechosa estabilidad desde hace 3 meses, no tienen ningún valor estadístico, como ha quedado de manifiesto anteriormente.
Los países del Este de Europa, incluyendo Grecia y Turquía, han empeorado de forma notable. Grecia los ha triplicado, y Polonia y Turquía los han multiplicado por 7 y por 15, respectivamente. También han empeorado significativamente Rusia y la India. En EEUU, el deterioro ha sido algo más modesto.
De América Latina sólo se salva Chile, y el peor panorama, el de México. Asia también ha ido a peor. La palma se la llevan Japón, que los ha multiplicado por 7 y Corea del Sur, que lo ha hecho por más de 5, rompiendo la buena tendencia de los meses anteriores. China y Vietnam, pese a empeorar, lo han hecho más modestamente. Al igual que Australia y Nueva Zelanda, en Oceanía.
La incidencia en Europa
En Europa, como decíamos antes, ha habido un notable empeoramiento en el ritmo de contagio. En el Gráfico 4, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados de los 5 grandes países europeos en julio.
Alemania ha sido superada por Francia, con 2,8 millones de casos adicionales. Y ha empatado prácticamente con Italia que, con 2,5 millones, es la que presenta el mayor deterioro dentro de los países de la Europa occidental.
Pese a la pobre calidad de sus datos, tanto el Reino Unido como España han mostrado un ligero empeoramiento en su ritmo de contagio. La calidad de los datos españoles es cuestionada por todos los analistas. No se reportan las incidencias del conjunto de la población y el nivel de testeo es muy bajo. Tampoco se toman en cuenta los positivos del test de autodiagnóstico, que se compran en las farmacias, excepto para la población cuya edad exceda los 60 años.
En julio, además, se publicó una reducción en el número de casos por ajustes en la comunidad foral de Navarra. Una medida que fue ignorada por las fuentes estadísticas internacionales, que decidieron "congelar" el dato del número de casos de España durante cuatro días seguidos.
En lo que se refiere al perfil temporal, parece que se detecta una mejoría en la última semana del mes, que se prolonga a lo largo del mes de agosto.
Esto es particularmente llamativo en el caso italiano, donde el cambio de tendencia es evidente, tal y como recoge el gráfico 5.
La peor noticia de la pandemia en España en julio, tal y como señalaba al comienzo del artículo, ha sido el aumento de la mortalidad. Tal y como recoge la Tabla 3, julio de 2022, con 2.608 muertes, no sólo ha sido el peor mes de julio de la pandemia. También ha roto la tendencia decreciente en el número de fallecimientos por día que se inició el pasado mes de febrero, en pleno pico de la sexta ola.
En julio hemos aumentado a 84 muertes por día desde los 54 del mes anterior. Se trata de la peor cifra desde marzo. No hay que descartar que, en vez de tratar de abordar este problema con un programa intensivo de retrovirales y un mayor aislamiento y protección de los más vulnerables, se opte por una estrategia de "maquillaje" de los datos de fallecimientos. Algo que se hizo el último día del mes, en el que "resucitaron" a 6 personas con respecto al día anterior.