Dudas sobre el futuro del sector energético
Ante los temores a una recesión en Europa, así como el enfriamiento de la economía China, Barclays ha rebajado sus previsiones del precio del petróleo Brent -el de referencia en el Viejo Continente- en 8 dólares por barril para 2022 y 2023.
De esta manera, la cotización del oro negro promediaría alrededor de 103 dólares este año y el próximo. La pregunta entonces se plantea, ¿qué va a hacer la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios, la conocida como OPEP+? ¿Revisará sus planes de producción para limitar la caída?
Curiosamente, Saudi Aramco ha expresado la voluntad de aumentar la extracción de hasta 12 millones de barriles diarios (bpd). Al mismo tiempo, el director general del gigante petrolero pronosticó que el año que viene podría haber una demanda adicional de crudo de 2 millones de bpd, pero que no hay capacidad suficiente para satisfacerla. ¿Será por el bloqueo del crudo ruso?
El futuro del sector energético depende de tres factores: el nivel de inversiones, las perspectivas económicas mundiales y la oferta
En cuanto a los precios del gas, en medio de la sequía en Europa, así como un bajo suministro desde Rusia, el coste del recurso natural se acercó a los 230 euros por megavatio hora (MWh).
El descenso del nivel de agua del río Rin no sólo repercute en el transporte marítimo, sino también en la generación de electricidad de las dos principales centrales de carbón de Alemania. Como resultado, la demanda de gas aumenta, empujando los precios de "fuente de energía verde" al alza.
¿Y qué pasa con la energía nuclear? Debido a la sequía y al aumento de las temperaturas en los ríos que las centrales nucleares utilizan para refrigerar sus reactores, la francesa EDF tendrá que reducir aún más su generación.
Los numerosos fallos en los reactores envejecidos echan todavía más leña al fuego. Esperemos que, por lo menos, consigan evitar catástrofes del tipo de Fukushima.
Según las estimaciones de EDF, las obras de reparación de los reactores actuales costarán unos 18.000 millones y la empresa no dispone de ese dinero. La solución sería nacionalizar totalmente la empresa.
El mes pasado se supo que el Gobierno galo pagará a los accionistas minoritarios unos 10.000 millones de euros para hacerse con el control total.
En resumen, el futuro del sector energético depende de tres factores: el nivel de inversiones, las perspectivas económicas mundiales y la oferta. Una menor demanda en el contexto de la nueva recesión podría empujar los precios del crudo a la baja. Con el fin de preservar los márgenes, los miembros del cartel podrían volver a reducir la producción.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.