Cuentan que, cuando Chaves llevaba unos años de mandato en Venezuela, un general le dijo: "Presidente, siento decirle que en nuestro país cada vez hay más pobres". También dicen que la respuesta fue: "General, no ha entendido nada de la lógica de la revolución bolivariana, debemos hacer que sean todavía más pobres para que dependan de la ayuda pública y, por tanto, nos voten".
Su lógica es que el poder económico se concentre en el Estado providente, que "cuida" de los ciudadanos indigentes; para que, desesperados, sigan votando populismo.
A Sánchez la inflación le ayuda en ese sentido. Los ingresos fiscales aumentan a costa de la llamada "clase media trabajadora" que, poco a poco, se va empobreciendo. La inflación es un arma para la revolución populista que propugna Unidas Podemos, como parte del Gobierno, y que Sanchez ha abrazado.
La inflación es un arma para la revolución populista que propugna Unidas Podemos, como parte del Gobierno
En el IVA la recaudación aumenta porque es un porcentaje de los precios que suben y lo pagan todos los ciudadanos, empobreciéndose.
En el IRPF la subida de esa recaudación es injusta porque los salarios han perdido capacidad adquisitiva. 30.000 euros de hoy son como 26.000 o menos del año pasado a efectos de capacidad de compra. Por tanto, mantener el mismo tipo de IRPF para los tramos de renta, también empobrece a los asalariados en términos reales y es injusto.
De nuevo, el Estado cada vez ingresa más empobreciendo a los ciudadanos de la clase "media trabajadora".
Una fórmula para reducir estos efectos sería bajar impuestos, como pide el PP. Pero eso va contra la lógica chavista que el Gobierno ha abrazado. Por eso no lo hará.
Bajar impuestos, como pide el PP, va contra la lógica chavista que el Gobierno ha abrazado
Esa lógica tiene sus limitaciones. Si el empobrecimiento se generaliza, los ingresos fiscales empiezan a flaquear. Los ciudadanos empobrecidos no consumen, la recaudación por IVA baja y los salarios, deteriorados en términos reales, producen poco ingreso fiscal.
A la postre, salvo circunstancias extraordinarias, acaban pobres tanto los ciudadanos cómo el Estado. En ese momento, las subvenciones públicas se mantienen al nivel de miseria y la economía informal y el fraude fiscal se generalizan. Una situación que suele favorecer a los populistas en el poder, porque las clases medias han desaparecido.
Desde hace unos meses Sánchez sigue la lógica de la revolución-populista. Mantener los tipos fiscales, a pesar de la inflación, e intentar generalizar el mundo de las subvenciones: renta mínima vital, ayuda para los gastos culturales de los jóvenes, ayudas sociales, bajada temporales de los costes de transporte (en cercanías y ayuda al precio del combustibles)… ¡Todo se lo debemos a este Gobierno tan generoso con nuestros impuestos!
¿Cuándo se acabará el cuerno de la abundancia para el Estado?
Los datos empiezan a ser comprometidos. La AIReF (Agencia Independiente de Responsabilidad Fiscal) anuncia una posible reducción del PIB ¡en el tercer trimestre!
¿No debía ser el trimestre que sacaría la economía española de la atonía económica en 2022? Si el PIB bajase en los meses del turismo es que la cosa va muy mal.
Por eso, los empresarios ya no piensan en los ERTE, ni en contratos fijos discontinuos, como solución temporal a su baja de ventas y subida de costes. Simplemente, despiden. Primero, porque no ven claro cuándo se recuperarán; segundo, porque durante el ERTE tienen que seguir pagando la Seguridad Social de los empleados; tercero, porque no saben si cuando tengan que despedir tendrán liquidez será suficiente para pagar las indemnizaciones.
Las previsiones de aumento de paro inscrito en el SEPE, y bajada de cotizantes a la Seguridad Social, para el mes de agosto superarán con mucho las 100.000 personas, según el propio ministerio de José Luis Escrivá.
Parece que la economía se pone fea antes de lo esperado. Lo que se preveía para octubre se puede adelantar a septiembre. Mes en que las familias españolas tienen gastos extras por la vuelta a los estudios de sus hijos y han utilizado sus ahorros en vacaciones o, incluso, han pedido un crédito al consumo para pagarlas.
¿Conseguirán Unidas Podemos y el PSOE llegar a las elecciones de mayo como quieren, con más "necesitados" que les voten? o ¿la crisis de otoño-invierno próximos deteriorará su imagen tanto que perderán también las generales siguientes?
*** J.R. Pin Arboledas es profesor del IESE.