La atención mediática mundial estuvo centrada en agosto en la economía. Las consecuencias de la guerra de Ucrania sobre los precios de la energía, el impacto generalizado sobre la inflación y las subidas previstas y realizadas de los tipos de interés de buena parte de los bancos centrales del mundo, que buscan un equilbrio difícil entre el control de la inflación y evitar que las economías entren en recesión. Las tensiones entre EEUU y China en torno a la soberanía de Taiwán y la creciente polarización en EEUU en torno al papel de Trump en el asalto al Congreso, también atrayeron la atención mundial. La Covid-19 ha estado ausente, una vez más de los medios.
Las escasas noticias que se han recibido se referían a “lo bien que iba”, con una “gran reducción de casos, hospitalizaciones y muertes”. Más adelante comprobaremos los datos. Lo único llamativo, desde un punto de vista mediático, volvió a venir de China: el confinamiento de la isla de Hainan, la más meridional del país y destino del turismo de lujo (una especie de Cancún en versión oriental y con playas más espectaculares) se conoció a primeros de agosto. Y el confinamiento de Chengdu, la capital de Sichuan, en el oeste del país, a finales de mes. Se confinó, aunque con formas menos duras que las de la primavera en Shanghái, a una ciudad de 21 millones de habitantes por la aparición de 157 casos locales.
Y, entrando en los datos, lo cierto es que, tras el desastre del mes de julio, en el que casi se alcanzaron los 30 millones de casos y más de 73.000 muertos, agosto ha supuesto una cierta mejoría, aunque con disparidades regionales. En el gráfico 1 se recoge el descenso en el número de infecciones a nivel mundial, donde hemos vuelto a registros de 800.000 nuevos casos en el promedio del mes, frente a los 950.000 del mes anterior.
Pese a esta mejoría, agosto ha sido el segundo peor mes desde marzo en lo que se refiere a número de casos diagnosticados. Además, seguimos teniendo el problema del menor uso de los test de autodiagnóstico, dada la ausencia de restricciones en buena parte de los países, salvo algunas excepciones, como los desplazamientos internacionales en avión. Tal y como se anticipaba en el anterior informe mensual, en agosto de superaron los 600 millones de casos acumulados desde el inicio de la pandemia: 608 millones al acabar el mes.
La evolución durante agosto fue a mejor: se empezó con 950.000 casos diarios y se terminó con 625.000 en media móvil de siete días. Pero sigue siendo un número muy elevado, equivalente al pico de algunas olas anteriores. Además, la mejoría de agosto no es tan intensa como la de otros descensos desde los picos de las dos olas resgistradas en 2022.
Y en lo que se refiere al número de muertes, tal y como recoge el gráfico 2, se ha quebrado la línea ascendente que vivimos en el mes de julio. En promedio se ha registrado una cifra parecida, en torno a 2.300 muertos diarios, pero con una significativa mejora desde los 2.500 a principios de mes a los 2.000 a finales. Dados los restrasos en el número de víctimas mortales con respecto al número de casos, es esperable que esta cifra continúe descendiendo en septiembre. Pero sigue siendo una cifra muy elevada para considerar que estamos en una fase “endémica” o de “gripalización”. Si tuvieramso 2.000 fallecidos al día por atentados terroristas o accidentes de avión, el nivel de alarma social sería insoportable.
En cuanto a la “tasa de letalidad”, es decir, el porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo, ha vuelto a subir al entorno de 0,28%, como a la que teníamos hace meses. Pero esta subida puede deberse más a una infraestimación del número de casos, por la menor demanda de test de diagnóstico, que a un agravamiento de la variante. Tampoco ayuda el estancamiento en el proceso de vacunación, salvo en China, donde ha seguido mejorando.
En el gráfico 3 presento el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).
El porcentaje de vacunados con pauta completa en el total mundial ha avanzado algo más, hasta el 62,2% del total de la población. China ha alcanzado el 90%, mientras que la UE está estancada en el 73% y EEUU en el 67%. Será imposible alcanzar el objetivo del 70% mundial en este año.
De nuevo, como en meses anteriores, con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, pese a la mejoría de las cifras, seguimos sin poder afirmar que la “pandemia ha terminado”, tal y como señala el discurso oficial y el de buena parte de los medios.
La incidencia mundial en julio
Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en julio y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que prácticamente se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1.
Como señalábamos en la introducción, el número de infecciones ha descendido en casi todos los países, y el color verde vuelve a ser dominante, tras dos meses teñidos de rojo. En el total mundial se ha reducido el número de nuevos casos en cerca de cuatro millones: de 29,6 a 25,7. Pese a esta mejoría, se trata del segundo peor mes desde marzo, cuando estábamos en el pico de ómicron. La reducción ha sido notable en Europa, excluyendo Rusia y Turquía, en la que el número de casos se ha reducido a la mitad. Más adelante comentamos la evolución de los cinco países más grandes de Europa Occidental, pero la mejoría ha sido generalizada salvo algunos países del este, como Polonia, además de Turquía y en especial de Rusia, que ha multiplicado por más de cinco la cifra alcanzada en julio, que no fue buena.
En el lado de los verdes también destaca buena parte de América Latina, en especial Brasil, que divide sus casos a menos de la mitad, de Colombia, que los divide por tres y México, que lo hace por cuatro. Argentina mejora algo y, por el contrario, Chile empeora. Es decir, los dos países intercambian sus papeles con respecto a julio, mes en el que también intercambiaron sus tendencias en sentido contrario.
EEUU ha mejorado, pero de forma modesta y sigue registrando 3,2 millones de casos en agosto, frente a los 3,7 millones de julio. También mejora ligeramente la India, al contabilizar 400.000 casos frente a los 565.000 del mes anterior. Pero la palma en el color rojo se la lleva el extremo Oriente. En particular, Japón, que registra 6,2 millones de casos, duplicando el número de nuevos contagios del mes anterior y alcanzando un récord en la pandemia. Corea del Sur también los ha más que duplicado, contabilizando 3,5 millones de casos. Conviene resaltar que solamente estos cuatro países: Japón, EEUU, Corea del Sur y Rusia, totalizan 14 millones de casos, más de la mitad del total mundial.
China, como decíamos al principio, ha empeorado sus datos, al casi cuadruplicar sus casos con respecto a julio. Pero estamos hablando de 13.000 casos al mes, que es la cifra diaria que registra Grecia, por poner un ejemplo cercano. Por el contrario, Australia y Nueva Zelanda, han mejorado significativamente pese a haber abandonado la política de Covid cero, aunque mantienen algunas restricciones. En particular, un estricto control de fronteras.
La incidencia en Europa
En Europa, como decíamos antes, ha habido una significativa mejora en el ritmo de contagio. En el gráfico 4, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados de los cinco grandes países europeos en agosto. Alemania ha vuelto a ser la peor, seguida por Italia. Por el contrario, Francia ha mejorado significativamente. Tanto Francia como Reino Unido y España han recortado sus casos a la cuarta parte. Sin embargo, la calidad de los datos españoles es cuestionada por todos los analistas. No se reportan las incidencias del conjunto de la población, el nivel de testeo es muy bajo y no se toman en cuenta los positivos del test de autodiagnóstico, que se compran en las farmacias, excepto para la población cuya edad exceda los 60 años. Italia los ha recortado a una tercera parte y Alemania a la mitad. En lo que se refiere al perfil temporal, en todos los países se detecta una mejoría en la última semana del mes, salvo en España que empeora un 6% y Francia, que lo hace en un 12%.
La mortalidad en España
No podía terminar este informe mensual sin hacer una mención a los fallecidos en España en este mes. A ellos y a sus familiares y amigos está dedicado, como no puede ser de otra forma, este artículo. El resumen de la mortalidad de la pandemia, mes a mes y agrupados en olas, se recoge en la tabla 2.
En agosto, según las cifras del Ministerio de Sanidad, se registraron en España 2.085 fallecidos por la Covid-19. Se trata de una mejoría con respecto al mes pasado (2.608) y con respecto a agosto del año pasado (2.802). Pero sigue siendo un número muy elevado: 67 muertos por día de media, niveles tan malos como los de abril, en plena sexta ola, o mayo, al comienzo de la séptima. La cifra, además de dolorosa, deja en ridículo los datos de contagios del mes: 109.000. Si esta cifra fuera cierta tendríamos una letalidad cercana al 2%, frente al 0,28% del total mundial, que incluye a países con un nivel de vacunación muy inferior al nuestro. Para tener una tasa de letalidad razonable, nuestro número de contagios mensuales se situaría en el entorno de los 800.000, que es más o menos la cifra de Italia.
Por esos motivos, insistimos, sin acritud, que los datos de contagios de España no tienen ningún valor estadístico. Pretender que en España ha habido 13,3 millones de contagios, de una población de 47 millones, es otra forma de ver lo irrisorio de estas estadísticas, pues es difícil conocer a gente que no se haya contagiado al menos una vez. Desde hace tiempo, el INE debería haber asumido la gestión y publicación de los datos de la pandemia en España, para evitar el deterioro que sufre la imagen internacional de nuestro país.