Un metaverso para la educación financiera
El 3 de octubre es el Día de la Educación Financiera y es importante reforzar el compromiso con la formación de los jóvenes en este ámbito.
La educación financiera es una tarea pendiente para los jóvenes españoles. Solo por hacernos una ligera idea, los estudiantes españoles están 13 puntos por debajo de la media europea en conocimiento sobre la economía, el dinero y las finanzas, según el informe Pisa.
Además, según Funcas, el 45% de los padres españoles no hablan apenas o nunca con sus hijos sobre los ingresos que entran en casa. Y el 47% de ellos tampoco hablan sobre los impuestos, ni explican este tipo de obligaciones a sus hijos, que viven ajenos a una realidad con la que chocarán próximamente.
Muchos jóvenes se encuentran (o se encontrarán en breve) al inicio de su vida laboral y, aunque tienen preocupación, no se paran a profundizar en cuestiones relacionadas con su cotización a la Seguridad Social o las dificultades que se vislumbran de cara a garantizar la sostenibilidad de sus pensiones futuras, entre otros muchos temas.
Así, la realidad es que se adentran, con vendas en los ojos, en un futuro de incertidumbre donde conceptos como planes de pensiones, fondos de ahorro, la cotización a la seguridad social o deducciones fiscales llegan a su vida como un jarro de agua fría.
De hecho, preocupan los datos de la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España, que indican que el 42% de los entrevistados no comprende el concepto de inflación. En un entorno volátil como el actual, en el que la inflación no da tregua, es una cifra alarmante. Y si decimos estanflación o reduflación, ya estamos rizando el rizo.
[Por qué es tan importante la educación financiera]
En definitiva, en una economía moderna, los jóvenes tienen que tomar decisiones económicas continuamente y se les exige participar en ella, aunque solo sea porque han de pagar una prenda de ropa con una tarjeta de crédito, alquilar una vivienda o elegir el tipo de contrato laboral de su primer empleo. Pero si no disponen de los conocimientos adecuados, el riesgo de que no sean acertadas es muy elevado.
A esto se une que, además, los mercados financieros son cada vez más sofisticados e interconectados, por lo que las familias asumen más responsabilidades y riesgos en las decisiones financieras, especialmente en las áreas del ahorro, la inversión o la jubilación.
En el mundo actual, la vida no solo consiste en nacer, crecer, reproducirse y morir. Hay que pagar, ahorrar, invertir, endeudarnos (en ocasiones) pero, sobre todo, saber cómo asegurar nuestro futuro.
La vida no solo consiste en nacer, crecer, reproducirse y morir. Hay que pagar, ahorrar, invertir,
Pero ¿cómo llegamos a las nuevas generaciones para transmitirles todo esto, que les suena lejano, aburrido y difícil? Conseguir que los jóvenes entiendan la importancia de educarse en estas áreas es complejo, sobre todo en la sociedad de la inmediatez, del ahora.
Somos muy conscientes de que la educación financiera debe adaptarse a las nuevas técnicas educativas para conectar con los más jóvenes. Desde las plataformas de investigación, como el Instituto Santalucía, nos esforzamos por encontrar nuevas vías de transmitir todo el conocimiento relacionado con la previsión social, a través de fórmulas que encajen con las nuevas tendencias digitales y un mundo 2.0.
Así, en los últimos años, hemos creado diversas guías didácticas e informativas sobre temas como la jubilación, el trabajo autónomo o el sistema de pensiones, en nuestro impulso por ayudar a la sociedad a entender el sistema económico en el que basan las decisiones más importantes de sus vidas. Pero hay que ir más allá.
Este año, y con motivo del Día de la Educación Financiera que se celebra el 3 de octubre, hemos dado un paso más para acercarnos a las nuevas generaciones en un lenguaje mucho más afín a ellos: el digital.
Hemos creado el primer metaverso para educar sobre finanzas y hacer llegar, de una forma amena y divertida, los principales conceptos financieros a los más jóvenes, como aquellos relacionados con la cotización, la inversión, el ahorro, los planes de pensiones o tipos de contrato.
A través de su propio avatar pueden interactuar en un mundo virtual y acceder a documentales, artículos sobre la inflación, inversión o el interés compuesto. Los jóvenes deben manejar estos conocimientos a la perfección porque se enfrentarán a ellos (en el mundo real) dentro de unos pocos años.
Igual que, cada vez, se educa más 'en verde' y una conciencia ecológica gana seguidores, la idea de que ser responsables, planificadores y más expertos en el manejo de nuestro dinero también debería ser parte esencial de nuestra ética y compromisos con las nuevas generaciones.
*** José Manuel Jiménez Rodríguez, director del Instituto Santalucía.