Así, a lo largo de las últimas semanas, se han publicado análisis tanto cuantitativos como cualitativos intentando responder a la pregunta clave "¿está sirviendo el tope del precio del gas para bajar significativamente los recibos de la luz de las familias y empresas españolas?".

Para responder correctamente a esta pregunta con todos los elementos necesarios, ha sido necesario esperar a que empiecen a aparecer los primeros datos de precios de mercado de manera homogénea y sobre una base comparativa correcta.

Es el caso de la Comisión Europea que en su Informe Energético del segundo trimestre realiza la comparativa entre los precios tanto mayoristas como minoristas por países, con la cual se puede realizar una primera evaluación provisional.

Obviamente, el tope al precio del gas ha supuesto una bajada comparativa de los precios mayoristas de la electricidad en España frente al resto de Europa, como no podía ser de otra forma.

Al tratarse de un descuento directo sobre uno de los componentes más inflacionistas del mix de generación eléctrica, no podía esperarse un resultado distinto. Por tanto, la eficacia de la medida no puede ponderarse en términos de la reducción causada en los precios mayoristas del mercado ibérico.

Donde sí es relevante, y donde sí se empieza a responder a la pregunta clave es en los precios minoristas tanto de consumidores domésticos como de empresas.

"España continuó teniendo una tarifa minorista entre las más altas de Europa, aunque descendiendo"

Según los datos publicados, España continuó teniendo una tarifa minorista entre las más altas de Europa, aunque descendiendo de manera significativa antes de que el tope se pusiera en marcha.

Así lo muestra la tarifa doméstica con impuestos incluidos, donde España ha pasado de tener en marzo 0,50€/KWh ocupando el primer puesto en el ranking de las más caras a tener en junio 0,31€/KWh pasando al puesto 7º. En el caso de la tarifa industrial antes de impuestos, ha pasado en marzo de 0,26€/KWh siendo la cuarta más cara de Europa a 0,16€/KWh en el puesto 11º en orden de más caras a más baratas.

Obviamente, la vigencia del tope del gas en la segunda quincena de junio no explica la tendencia de moderación del precio voluntario del pequeño consumidor (PVPC) más acusada en el mes de abril tras los máximos alcanzados en marzo y de estabilidad durante mayo y la primera mitad de junio.

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De hecho, tomando el comportamiento del PVPC publicado por REE, se ve un nuevo salto en la tendencia de la serie a partir de la aplicación del tope hasta mediados del mes de septiembre, dado que la compensación empezó a computar en la formación del precio diario.

Este comportamiento es fundamental para seguir el análisis en cuanto los datos del tercer trimestre estén publicados de manera homogénea por la Comisión. De hecho, lo más probable es que el sobrecoste por la compensación haya empeorado la posición relativa de España que dejó el cierre del primer semestre no sólo por la trayectoria de los precios durante el verano del gas natural, sino también por el incremento considerable del consumo de gas que al cierre de agosto ha aumentado un 6,86% interanual.

"Si está bajando en los últimos días de una forma espectacular el precio del gas no es por la 'excepción ibérica' sino por la entrada masiva de barcos"

Otra cuestión diferente es el comportamiento que en las últimas semanas se está produciendo. Si está bajando en los últimos días de una forma espectacular el precio del gas no es por la 'excepción ibérica' sino por la entrada masiva de barcos procedentes de diferentes lugares en Europa, los cuales están en cola para descargar porque ya hay una cantidad enorme en las plantas regasificadoras y en los tanques.

Puede ser un factor coyuntural que en cualquier caso tiene un origen internacional que nada tiene que ver con una decisión como fue subvencionar vía déficit tarifario transitorio (a la espera de aplicación gradual en los contratos a plazo con precio pactado) y vía repercusión en el PVPC el exceso de precio de mercado del gas con respecto al nivel base de 40€/MWh.

En suma, el reporte que se publicará en las próximas semanas del tercer trimestre confirmará de manera más precisa hasta qué punto el tope no ha supuesto una rebaja tan importante como la esperada, y a cambio deja una hipoteca para los contratos fijos que puede incrementarse en los próximos meses si se mantiene el tope vigente y los precios evolucionan tal como marca actualmente el mercado de futuros en el entorno de 125€/MWh.

Probablemente podrá utilizarse la famosa fábula de Fedro, la cual suele ser una metáfora muy útil para describir políticas económicas cuya aplicación aparentemente tendría grandes consecuencias, pero que finalmente genera unos resultados pobres y muy lejos de lo esperado.

*** Javier Santacruz es economista.