Ha pasado más de un año desde el nombramiento de Marc Murtra como presidente de Indra. Y han pasado cuatro meses desde que se dio un vuelco al accionariado de la compañía con la entrada de Amber Capital (el vehículo inversor del presidente de Prisa) y el aumento del peso de SAPA Placencia (grupo industrial de la familia vasca Aperribay).
Sin embargo, ninguno de estos dos movimientos ha dado aún los frutos esperados por los accionistas. Lejos de eso, la compañía celebra este viernes una Junta de Accionistas en la que renovará el consejo y a la que se llega con varios fuegos peligrosos encendidos. Entre ellos, el incendio que ha supuesto la rumorología sobre la salida de Ignacio Mataix como consejero delegado por sus discrepancias con el presidente.
Es un ruido continuo que ya incomoda al Gobierno. Y es una situación que está agotando la paciencia de los inversores privados. El dinero es impaciente y los fondos presentes en Indra no están cómodos. Quieren resultados, un plan estratégico claro y un presidente que ponga rumbo a la compañía, algo que no casa con un continuo cambio en la cúpula de la empresa.
Algunos accionistas van a trasladar al consejo esta idea: el problema no es Mataix sino la falta de una estrategia definida para aprovechar las grandes oportunidades que se han abierto para la industria de la Defensa en Europa. Y es el presidente el que debe impulsar esa 'hoja de ruta' para convencer a los accionistas y al mercado de que Indra va a desempeñar un papel relevante en este sector estratégico.
Cuando Murtra, hombre de confianza de Salvador Illa, aterrizó en Indra se interpretó el movimiento como una clara apuesta del Gobierno por impulsar el peso en Defensa de la compañía aprovechando los vientos de los fondos europeos. Solo así era posible entender una operación para destronar a Abril Martorell con la oposición de parte del consejo y el malestar de la CNMV.
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Sin embargo, en opinión de los fondos, el tiempo no está dando la razón a los promotores de aquel cambio. La prueba está en que la cotización de la acción está por debajo de sus pares europeos. La compañía tiene, así, recorrido en Bolsa, pero para correr ese maratón hace falta un plan claro y creíble para el mercado, sostienen.
"La cotización de la acción de Indra está por debajo de sus pares europeos"
Desde mayo, las acciones de empresas como Safran o BAE Systems han experimentado importantes subidas. Otras como Thales o Airbus se mantienen con ligeros incrementos. Indra pierde más de un 8,8%. Un dato que no gusta a los fondos.
A falta de que la SEPI -accionista mayoritario- se pronuncie sobre este pulso, la compañía someterá a la Junta la incorporación al consejo de Juan Moscoso (a propuesta de la sociedad estatal) y de cinco independientes -entre los que destaca el perfil tecnológico-: Belén Amatriain, Virginia Arce, Axel Arendt, Coloma Armero, Olga San Jacinto y Bernardo José Villazán.
El nuevo consejo cuenta con el viento a favor del incremento de gasto en Defensa que incorpora el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para ejecutar el próximo año. Una lluvia de millones que se repartirá entre empresas españolas con intereses en el sector y que son una oportunidad más para Indra en la Europa de la autonomía estratégica y la Defensa común que se está configurando.
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Con ese contexto y otro año por delante antes de que acabe esta legislatura, Murtra cuenta con margen para zanjar las luchas de poder internas y sacar lustre a la acción. Pero no debería olvidar que ese tiempo es finito.