Decálogo para rechazar la “armonización” de Patrimonio
Así se puede adelantar Madrid a Pedro Sánchez para evitar el 'impuesto a los ricos'.
El Gobierno de Pedro Sánchez radicaliza su apuesta por la "armonización fiscal", pero su trasnochado empeño en masacrar fiscalmente a los ricos debe ser descartado por numerosas razones, sobre todo por las 10 que enumero a continuación.
1. Escaso impacto recaudatorio. El gasto público en 2023 rondará los 590.000 millones de euros. Sin embargo, la recaudación generada por este gravamen ronda los 1.200 millones. El tributo apenas cubre el 0,2% de los desembolsos, de modo que no tiene sentido seguir fingiendo que su aplicación es vital para sostener las finanzas públicas.
Suena muy bien decir que las subidas de impuestos las pagarán 'los ricos', pero la evidencia de todos los sistemas fiscales muestra que el grueso de la recaudación recae siempre sobre las clases medias, que son precisamente las que más están sufriendo el deterioro económico de la Era Sánchez.
2. Asfixia fiscal. Si acaso los ingresos tributarios estuviesen por los suelos, la conversación sobre este impuesto tendría algo de sentido. Sin embargo, desde que Pedro Sánchez es presidente se han aprobado más de 50 subidas de impuestos que han elevado en 50.000 millones la recaudación fiscal.
No solo eso: este 2022, los ingresos están creciendo un 18%, empujados al alza por la voracidad recaudatoria y la inflación. Los contribuyentes están asfixiados y el gobierno que promueve el Bienestar del Estado a costa de depauperar al sector privado.
3. Una armonización que desarmoniza. España es el único país de la Unión Europea que sigue aplicando un Impuesto sobre el Patrimonio. La gran mayoría de nuestros socios lo han eliminado por completo y, allí donde sobrevive, es simplemente una tasa inmobiliaria o un gravamen ligado a las rentas del capital. Por tanto, más que ante una armonización fiscal, estamos ante una desarmonización que nos aleja de las prácticas tributarias de los países de nuestro entorno.
4. No pagan los ricos: pagamos todos. Los efectos negativos del Impuesto sobre el Patrimonio se trasladan al conjunto de la economía. Solo en Madrid, se estima que el desplome de la actividad económica derivado de aplicar este tributo rondaría los 5.000 millones de euros. Por cada 1 euro que obtiene el fisco, las empresas y los trabajadores sufren una caída de 5 euros en su producción conjunta.
5. Los mercados tienen patas de antílope y memoria de elefante. España tiene el potencial de ser algo así como la 'Florida de Europa', es decir, un enclave que aprovecha su clima, su estilo de vida y sus atractivos socioculturales para atraer talento e inversión.
Somos, en efecto, un destino turístico líder a nivel global, de modo que está en nuestras manos ir un paso más allá y resolver los retos demográficos a base de fomentar una política migratoria basada en atraer a los mejores y darles facilidades.
"España insiste en castigar el éxito y perseguir a los ricos"
Lamentablemente, España insiste en castigar el éxito y perseguir a los ricos, de modo que aquellos que lo tienen más fácil para invertir en uno u otro país están tomando nota y actuando en consecuencia. No hay que olvidar que, tras la llegada al gobierno de Pedro Sánchez, la inversión extranjera se desplomó un 50% y se ha mantenido en esos niveles desde entonces, con un impacto de más de 20.000 millones anuales.
6. La factura fiscal de los ricos ya es abultada. A veces se defiende que este impuesto es necesario para que los ricos "paguen más". En realidad, los ricos ya pagan más en todos nuestros impuestos, puesto que tenemos un sistema tributario muy progresivo.
De hecho, en el IRPF podemos ver que los tipos fiscales más altos empiezan a aplicarse a partir de 50.000, un umbral marcadamente inferior al observado en otros países desarrollados, donde solo se considera rentas altas a quienes ganan 200.000 o 400.000 euros, no a quienes simplemente tienen más ingresos que la media.
Si tomamos en cuenta a los contribuyentes que ganan más de 60.000 euros, encontramos que suponen alrededor del 3% de los declarantes, pero su aportación a la recaudación total generada por el impuesto se sitúa por encima del 30%.
"Los ricos ya pagan más en todos nuestros impuestos, puesto que tenemos un sistema tributario muy progresivo"
7. El cuento de la 'redistribución'. La izquierda política y mediática también apuesta por este impuesto trasnochado como fórmula para aumentar las transferencias de dinero que fluyen de los ricos a los pobres. Sin embargo, si tomásemos como referencia todo lo que pretende recaudar el gobierno con este gravamen y lo repartiésemos entre las personas que están en riesgo de pobreza o exclusión social, encontraríamos que los pagos correspondientes serían de apenas 4 o 5 euros mensuales.
8. La sociedad española está en contra. Un sondeo publicado por GAD3 concluyó a finales de la primavera que tres de cada cuatro españoles estaba en contra de las subidas de impuestos y defendía la necesidad de bajar la presión fiscal.
Más recientemente, un barómetro del Instituto DYM ha concluido que, por cada persona que sigue defendiendo la aplicación del Impuesto sobre el Patrimonio, hay otras tres que apuestan por su eliminación. Y, además, una encuesta del Instituto de Estudios Fiscales, dependiente del Ministerio de Hacienda, estima que son mayoría los españoles que se oponen a la armonización fiscal, con un 64% de ellos en contra de las pretensiones del gobierno.
9. Una aberración legal. Llama la atención que PSOE y Podemos, que dicen estar a favor del federalismo, pretendan aprobar semejante atropello de la capacidad normativa de las comunidades autónomas. Aún más curioso, si cabe, es que sus socios separatistas estén de acuerdo.
Parecería que todo vale contra Madrid. Vamos al socialismo obligatorio suponga para todos, aunque eso implique saltarse a la torera la Constitución y la Ley Orgánica de Financiación de las CCAA. Semejante invasión de las competencias autonómicas revela lo lejos que está dispuesto a ir el “sanchismo” con tal de frenar que el exitoso modelo liberal madrileño se extienda por toda España.
10. Madrid puede esquivar el impuesto. Si finalmente se consolida la “armonización”, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso tiene previsto denunciar al Gobierno ante el Tribunal Constitucional. La región ha aprobado recientemente su Ley de Autonomía Financiera, que refuerza más aún los argumentos jurídicos para repeler el intento del “sanchismo”.
Pero, además, Madrid siempre puede adelantarse a Pedro Sánchez, reintroducir el Impuesto sobre el Patrimonio para esquivar la "armonización" y, a renglón seguido, aprobar una deducción autonómica en el Impuesto sobre la Renta que, de facto, actúe como una bonificación al 100% de lo tributado, vaciando nuevamente el gravamen. Ya lo dijo Ayuso: está dispuesta a ser "la mayor pesadilla de todos aquellos que quieran subirle los impuestos a los madrileños".
*** Diego Sánchez de la Cruz es analista económico, profesor universitario director de Foro Regulación Inteligente (FRI) y colaborador del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Su último libro es “Liberalismo a la madrileña” (Deusto, 2021).