Si baja la inflación no será por el BCE
Aunque me apuesto lo que quieran a que Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) se apuntará el tanto, lo que hará que caiga la inflación en Europa serán la recesión y, si se produjera, el inicio de una negociación en Ucrania.
Ojo al dato: el lunes salió el índice de precios de la producción en Alemania y resulta que ha tenido la mayor caída de la historia. Es un dato importante, por que si el precio de las cosas cae en origen, lo siguiente es que caiga en los puntos de venta. Esto no es necesariamente así en una economía boyante, donde las empresas pueden mantener altos los precios, pero la economía europea no es una economía boyante.
Esta caída no ha tenido nada que ver con las subidas de los tipos de interés realizadas por el BCE, sino exclusivamente con la caída en el precio de la energía, que en esta ocasión no tiene nada que ver con la política monetaria.
El precio de la energía subió como consecuencia del efecto rebote de las sanciones a Rusia -como no va a subir, si sacas del mercado al segundo mayor productor de petróleo del mundo y además este te responde cortándote el gas- y baja cuando dicho efecto rebote se va asimilando.
Con los alimentos ocurre exactamente lo mismo. Rusia es uno de los mayores productores de grano del mundo y Bielorrusia, su aliado, el mayor productor de fertilizantes. Sumen a eso que Ucrania es otro productor importante de grano y ya tienen la tormenta perfecta inflacionista. Si sube el precio de los alimentos y sube también el coste de transportarlos, el impacto en la inflación es brutal.
Si sube el precio de los alimentos y sube también el coste de transportarlos, el impacto en la inflación es brutal
Cuando los que diseñaron las sanciones se dieron cuenta de que además de inflación en el primer mundo podrían generar auténtica hambruna en el tercero, se pusieron a buscar un acuerdo con Rusia para arreglar el entuerto. Cierto, muchos alimentos no estaban sancionados directamente, pero en la práctica era como si lo estuvieran, al estar sancionadas las operaciones bancarias necesarias para la transacción o el transporte de los mismos.
Europa consiguió hacerse con carísimos proveedores sustitutivos de gas y, en paralelo, Rusia consiguió saltarse las sanciones al petróleo y venderlo en el mercado a través de los muchos países que no han firmado las sanciones. Eso sí, llega más caro, porque esos países se llevan un margen. Pero finalmente hay gas y hay petróleo y se modera la subida de los precios.
Entonces entra en juego el BCE. En el fondo es perfectamente consciente que sus medidas no afectan a la inflación, porque no es una inflación de demanda, que es la que se genera cuando la economía va como una moto, sino de oferta, faltan cosas o salen muy caras. Pero da igual: tienen que subir los tipos de interés para que nadie diga que son culpables por no hacer nada.
Estas subidas de tipos del BCE no afectan directamente a la inflación, ya que su influencia sobre el precio de la energía o de las materias primas es en esta ocasión nula, pero sí que afecta a la economía, porque el crédito se hace mucho más caro.
El BCE es perfectamente consciente que sus medidas no afectan a la inflación, porque no es una inflación de demanda, sino de oferta
Y así se juntan el hambre con las ganas de comer. Empiezan a bajar los precios de la energía y las materias primas y la gente compra menos porque le han subido el tipo de interés de la hipoteca. Por su parte, las empresas contratan menos gente o incluso la despiden porque venden menos y les cuesta más financiar su actividad. Al final todo ese enfriamiento, o recesión, lleva a que vender sea cada vez más difícil. Y entonces bajan los precios.
Me dirán ustedes que con el invierno subirá de nuevo el precio de la energía. Y tienen razón. Excepto si se inicia una negociación en Ucrania. En ese caso los mercados descontarán que lo primero que se pondrá encima de la mesa es una reducción de las sanciones, ya que a casi todos interesa, tanto a rusos como a europeos, e incluso es posible que a los estadounidenses, ya que una guerra larga situaría el coste de la misma en niveles estratosféricos.
¿Es posible el inicio de negociaciones? Yo creo que las probabilidades aumentan en la medida que se acerca el invierno
¿Es posible el inicio de negociaciones? Yo creo que las probabilidades aumentan en la medida que se acerca el invierno. Los rusos se han retirado a zonas en las que pueden atrincherarse y hacerse fuertes, mientras destruyen la infraestructura con la que los ucranianos se calientan en sus hogares.
Y estamos hablado de Ucrania, no de la Costa Azul. No se puede vivir sin luz ni calefacción ni se puede luchar como en verano. Por otra parte, cada vez se hará más patente que es muy difícil que haya una victoria definitiva para una de las partes, a la vez que aumenta la fatiga de la guerra.
Si llegara a iniciarse una negociación, corran a invertir en productos que les garanticen un buen cupón -tipo de interés- a medio y largo plazo, porque si además de subidas de tipos hubiera negociación en Ucrania, la inflación caería a plomo (igual que subió como un cohete por los tipos a cero y las sanciones). En física se llama ley de acción y reacción, en economía se llama ciclo económico. En física se cumple siempre, en economía no tanto, pero cuando la acción o el ciclo previo son muy violentos aumentan las probabilidades.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.