¿Qué ha exigido el inversor en las Juntas de Accionistas de 2022?
Las empresas están cada vez más expuestas al activismo de los inversores que reclaman transparencia, cuidado del planeta y control en las remuneraciones.
El compromiso de los inversores con la sostenibilidad es cada vez más firme. No en vano, una simple revisión internacional de las Juntas Generales de Accionistas de este año permite observar que, una vez más, los inversores han demostrado estar dispuestos a expresar sus inquietudes en materia de sostenibilidad a través de su voto.
En este sentido, los aspectos climáticos o medioambientales han sido uno de los principales puntos de interés, destacando el crecimiento no solo en el número de resoluciones requeridas por los accionistas (pasando de 185 en 2021 a 201 en 2022), sino también en su apoyo a dichas resoluciones cuando estas han sido propuestas por las compañías, pasando de un apoyo medio del 98,5% en 2021 al 96% en 2022.
Asimismo, las propuestas sobre remuneraciones, principalmente el Say-on-Pay y la Política de Remuneraciones (apoyo medio en 2021 del 92,2% vs. 91,4% en 2022), además del nombramiento o reelección de los consejeros (estable en la media del 96%), han supuesto los principales puntos de fricción entre el Consejo y los inversores, aún con notables diferencias entre los mercados.
Si profundizamos en los aspectos medioambientales, especialmente en EEUU, destaca la preocupación de los inversores por no alcanzar el escenario de cero emisiones, lo que ha provocado un aumento significativo de las propuestas dirigidas específicamente a los objetivos de reducción de emisiones netas, con un total de 68 resoluciones en EEUU.
"Destaca la preocupación de los inversores por no alcanzar el escenario de cero emisiones"
Habrá que ver ahora si la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) termina exigiendo a las compañías a proporcionar mayor transparencia en cuanto a sus emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto que esto pueda conllevar.
En Europa, aunque se carezca de un marco legal, ha aumentado el número de compañías que voluntariamente someten a votación consultiva su política climática o Say-on-Climate y, más allá del campo climático, aunque íntimamente relacionados, encontramos otros aspectos como la biodiversidad, la deforestación y el uso del agua con una relevancia creciente.
En lo que respecta a la transparencia, pese a la mejora de las prácticas de remuneración, la compensación de los principales ejecutivos de las compañías ha supuesto, nuevamente, un campo de disidencia frecuente. Destacan, principalmente, el importe de los emolumentos y su falta de alineamiento con la creación de valor como principales causas de discrepancia de expectativas.
En EEUU, algunos casos a destacar en los que no se aprobó el Say-on-Pay serían Intel o JP Morgan; mientras que en Europa podemos destacar Stellantis NV o Bayer AG. En este sentido, y a modo de ejemplo del escrutinio y exigencia creciente, observamos que Vanguard, en 2021, apoyó el 90% de las votaciones del Consejo relacionadas con retribuciones en Norte América y Europa, frente a un 87% en 2022.
El nombramiento de consejeros es otro de los grandes aspectos que genera desacuerdos por parte del inversor institucional. Estas desavenencias se han generado, principalmente, en aquellos casos donde no se han cumplido sus expectativas en materias como la independencia del consejero o del Consejo en su conjunto, la implicación en un número excesivo de consejos, la diversidad de género o su papel en determinados comités.
Estas causas de disconformidad: consejo, remuneraciones y clima, han sido al mismo tiempo las palancas (excluyendo aquellas con un impacto exclusivamente financiero) utilizadas por el inversor activista. En lo que llevamos de año 2022, se han anunciado un total de 711 campañas de activismo relacionadas con materias ASG (Ambiental, Social, Gobernanza) en Norte América y Europa frente a las 612 del año anterior, según Insightia.
"Se han anunciado un total de 711 campañas de activismo relacionadas con materias ASG"
Por último, cabe destacar un par de aspectos adicionales que han alterado el contexto habitual de los mercados y tendrán relevancia tanto en el corto como en el largo-plazo.
Uno es la guerra de Ucrania, con un impacto abrupto que está alterando los mercados y ha puesto en estrecho seguimiento aquellas compañías que no están sabiendo responder adecuadamente, y el otro es la continua influencia (con niveles medios del 90%) de las recomendaciones de los asesores de voto (proxy advisors en anglosajón) en la toma de decisión de los inversores.
Sobre esto último, ¿están los inversores capacitados para tomar una decisión autónoma, suficientemente formada y fiel a su parecer o seguirán las recomendaciones de los proxy advisors ante el amplio número de compañías en sus carteras? Habrá que seguir observando la evolución.
Con este contexto, el futuro del activismo accionarial se presenta de forma más evidente. Somos testigos de cómo los inversores se sienten cada vez más cómodos recurriendo a una gama más amplia de herramientas, incluidas las propuestas de voto, y, en este sentido, las compañías deben ser conscientes de que están cada vez más expuestas a dichas dinámicas, siendo la mejor forma de afrontarlo, el mostrar la misma atención que el propio mercado y trabajando las posibles palancas de acción.
*** Borja Miranda es head of M&A and Activism para Europa del 'proxy solicitor' Morrow Sodali.