'A mí nadie me engaña en las redes sociales', ¿seguro?

'A mí nadie me engaña en las redes sociales', ¿seguro?

La tribuna

'A mí nadie me engaña en las redes sociales', ¿seguro?

Los autores plantean si las plataformas de redes sociales deben rendir cuentas por las estafas de sus plataformas y el problema de la falta de información con la que las utilizan los usuarios.

Josep Valor Beatriz Iglesias
10 enero, 2023 02:27

El uso de las redes sociales como fuente de noticias es ya un hábito entre los usuarios de plataformas online. Sin embargo, no solo las utilizan como un lugar para buscar información y mantenerse actualizados, sino que también confían en ellos lo suficiente como para formarse una opinión y basar sus decisiones únicamente en el contenido que dichas plataformas proporcionan.

La forma en que las redes sociales explotan estas características y hábitos en los usuarios es un tema profundamente relacionado con la controversia actual en torno a las noticias falsas, los sesgos de confirmación y las burbujas de información.

Diariamente, los casos de desinformación o influencia inducida erróneamente por las redes sociales aparecen en titulares o en el debate público. Un caso reciente de actividades comerciales fraudulentas en las redes sociales ha sacado a la luz la vulnerabilidad del usuario y una vez más cuestiona la credibilidad de dichas plataformas. De hecho, el escándalo ha tenido tal magnitud que ha requerido la intervención de agencias gubernamentales para detenerlo.

El pasado mes de diciembre, la American Security Exchange Commission (SEC) denunció a través de una publicación en un boletín informativo una estafa realizada por ocho personas en Twitter y Discord.

El fraude ascendió a la asombrosa cantidad de 100 millones de dólares. Los estafadores se hacían pasar por inversores experimentados y exitosos, que recomendaban a sus seguidores cómo y cuándo comprar ciertas acciones. Una vez que el precio de esas acciones subía, los "inversores" vendían sus acciones sin avisar a sus seguidores.  Seguían una especie de esquema conocido como 'pump & dump' (hincha y vende).

Debido a su falsa experiencia, construyeron fácilmente una base sustancial de seguidores en Twitter y Discord, lo que hacía sus cuentas más creíbles. Naturalmente, debido a sus consejos falsos y una apariencia "profesional" en sus cuentas, los inversores novatos lo vieron como una oportunidad para obtener dinero fácil.

Afortunadamente, las autoridades han podido detectarlos y ahora el caso está bajo investigación. Antes de este caso, en agosto de este año, la SEC había publicado previamente un boletín para inversores, donde la institución alertaba de un número importante de actividades fraudulentas en las redes sociales.

Además, la agencia pidió encarecidamente una actitud escéptica y crítica hacia la información de inversión publicada en las redes sociales. También hizo unos comentarios interesantes, en lo que aconsejaba mantener esa actitud de desconfianza incluso si hubiera celebridades o personalidades conocidas involucradas, generalmente a través de patrocinios y estrategias de márquetin testimonial.

La SEC diferenció varios tipos de fraude: esquemas de suplantación y manipulación, estafas de inversión "Crypto" e incluso estafas de "Romance", en las que se generan relaciones de confianza engañosas, generalmente a través de aplicaciones de citas o las propias redes sociales generalistas. Incluso la revista Forbes advirtió recientemente a sus lectores sobre el aumento de las actividades fraudulentas en línea debido a la temporada navideña. 

"¿Cuáles son los factores que contribuyen al aumento de los casos de fraude online?"

Aun así, ¿cuáles son los factores que contribuyen al aumento de los casos de fraude online? ¿Deberían las plataformas de redes sociales rendir cuentas por las estafas realizadas por los usuarios en sus plataformas? ¿Son estas actividades criminalmente diferentes a las falsedades 'políticas' obvias? Si bien es discutible hasta qué punto las redes sociales son responsables de estos engaños, ciertamente facilitan tales actividades.

El "anonimato" y la generación de publicidad dirigida son características que alimentan la perpetración del fraude en línea. Sin embargo, hay otros factores involucrados en la difusión de información engañosa. Para empezar, los usuarios tienen poca información sobre cómo las herramientas de privacidad y seguridad los protegen en el entorno en línea. 

En un estudio reciente llevado a cabo por profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, los investigadores han encontrado un fenómeno interesante que justifica en parte que los usuarios sigan siendo víctimas de contenidos engañosos.

Lo han llamado La percepción de que nadie me engaña (Nobody fools me perception, NFMP). Un sesgo cognitivo que consiste en un exceso de confianza en la propia capacidad para detectar la desinformación. Además, factores como la educación y la edad parecen influir en el efecto de la discriminación.

Por ejemplo, las personas con mayor nivel educativo tienden a creerse más críticas que otros usuarios al detectar noticias falsas. Y existe una desconfianza mutua entre las generaciones jóvenes y las de más edad, que creen que la edad a la que pertenecen es más eficiente para detectar información falsa.

La muestra utilizada para la investigación cualitativa fue de usuarios españoles, pero los resultados fueron lo suficientemente significativos como para poder trasladar este fenómeno a audiencias globales. 

Este tipo de información no debe pasarse por alto porque los engaños siguen creciendo en víctimas y relevancia. A pesar de que se nos alerta constantemente sobre la importancia de la credibilidad y el escepticismo en la búsqueda de información en línea, este artículo no pretende volver paranoicos a nuestros lectores sobre el contenido que consumen en las redes.

Estamos tratando de desarrollar un comportamiento más crítico al buscar, comprar y entretenernos en línea. En particular, tal y como ha puesto de manifiesto la investigación de la Universidad de Navarra, ya que todos tenemos la percepción de que somos difíciles de engañar y los fraudes online van dirigidos únicamente a “otros” usuarios.

*** Josep Valor es titular de la Cátedra Indra en el IESE y Beatriz Iglesias es investigadora del IESE y estudiante de la Universidad de Navarra.

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