La banca vuelve a estar en el foco. Desde la crisis de 2008, arrastra un problema de reputación que ha tenido mejores y peores momentos. Es un lastre que no se centra en entidades concretas, sino en el sector en su conjunto. Sin embargo, esa asignatura pendiente con su imagen impulsa ahora el bumerán en el que se han convertido los ataques a sus beneficios de Unidas Podemos, un partido que llegó al poder en la digestión de la crisis financiera.
Que Ione Belarra califique los resultados del Santander de "impúdicos" o que Yolanda Díaz utilice los beneficios del BBVA para reclamar un tope a las hipotecas no es una sorpresa para muchos.
En privado, los banqueros consideran que tras este intento de desviar la atención hacia sus cuentas se esconde un intento de tapar otros asuntos espinosos para Podemos como el fiasco de la 'ley del solo sí es sí' o la incapacidad de la vicepresidenta segunda de lanzar su plataforma Sumar.
A pesar de ello, el sector financiero está resignado a pasar "este calvario" en 2023 protagonizando un debate en el que la mayoría de los ciudadanos se pierden. Para poner algo de orden, les dejo hoy este decálogo.
Un sector regulado
Los políticos rinden cuentas en las urnas. La banca lo hace ante sus supervisores y ante sus accionistas. La estricta regulación a la que está sometida se debe, precisamente, a que su servicio es esencial para los ciudadanos (recordemos que, al igual que los supermercados, las sucursales abrieron en la pandemia).
En los últimos años, el sector ha tenido que adaptarse al cumplimiento de una prolija regulación financiera para blindar mejor su negocio y evitar futuras crisis bancarias. Esa normativa ha tenido un alto coste para su cuenta de resultados y obliga, por ejemplo, a que cada vez que se asume riesgo se tenga que provisionar (anotar el deterioro de un valor) con impacto en sus cuentas. Este detalle, como luego veremos, es clave.
Para quién trabaja el CEO
Cuando un banco presenta resultados, su CEO no sólo responde a las preguntas de la rueda de prensa. También celebra una conferencia con analistas para dar cuenta de la situación de la entidad. De cómo responda ante ellos y de las cifras con las que acuda a esa cita dependerá la evolución de su acción.
Que los bancos vayan bien en bolsa es buen síntoma para la economía porque indica que hay confianza en el sector financiero. En 2012, cuando se perdió, se desató una crisis que afectó a todo el tejido productivo.
Los altos sueldos
Los accionistas ya no sólo exigen rentabilidad a los gestores. Ahora también piden incorporar tres variables: impacto social (que incluye el bienestar de sus empleados), cuidado del medio ambiente y gobernanza (la ejemplaridad de su equipo directivo).
Aquí se debe enmarcar el debate sobre los altos sueldos de sus ejecutivos en España, donde vive el banquero mejor pagado de Europa, según la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Los últimos datos dicen que el número de banqueros que cobra más de un millón de euros anuales en nuestro país creció un 73% en 2021.
El presidente de la EBA, José Manuel Campa, ya explicó que "el punto no es si ganan mucho o poco. Lo importante es que esas remuneraciones estén de acuerdo con el perfil de riesgo de la entidad y sean coherentes con una gestión prudente".
A esto se suma otra variable: Santander y BBVA no juegan en la liga de la banca española. Son gigantes mundiales que, como tales, compiten con las mayores entidades del sector financiero global en el fichaje de banqueros.
Ahora bien, los accionistas cada vez atienden más a las brechas entre la alta dirección y la plantilla. En su evolución, es donde se debería poner el foco si este debate fuera serio. Lo que sí han hecho los bancos ante la subida de la inflación es cerrar acuerdos con los sindicatos para subir los salarios de sus trabajadores alrededor del 5,5% en 2023, una cifra que, en algunos casos, se podría revisar tras conocer los resultados de 2022.
Los beneficios
El objetivo de las empresas -y de la banca- es generar beneficios. Nadie trabaja a pérdidas. Dicha esta obviedad (no tan evidente para algunos), hay que tener en cuenta cuestiones de más calado.
"El objetivo de las empresas -y de la banca- es generar beneficios. Nadie trabaja a pérdidas"
Una es que la materia prima de los bancos es el dinero. Durante más de una década, la política monetaria ha consistido en inyectar gran cantidad de liquidez en la economía y llevar algunas franjas de los tipos de interés al terreno negativo. Es lo que algunos llaman 'dinero gratis'. Un concepto -algo simplificado- que permite entender que el negocio de los bancos generaba poco valor y por ello, sus márgenes eran muy bajos. Esto es algo que ha penalizado la inversión de sus accionistas (a los que rinden cuentas) durante más de una década.
[Botín: El margen de ingresos que tenemos ahora es igual que en 2008]
Cuando suben los tipos de interés, sube el margen porque el negocio de la banca recupera valor. Entendido esto, hay otro factor importante: la diversificación geográfica.
¿Cuánto ganan en España?
Para juzgar los beneficios de 2022 -o para aplicar un nuevo impuesto- hay que ver también qué parte del pastel procede de España. Por ejemplo, en la buena sorpresa que ha dado el Sabadell ha sido clave su filial británica TSB. Otro banco más pequeño, como es Unicaja, con un negocio localizado en el mercado español cerró con beneficios 2022, pero tuvo pérdidas en el último trimestre. CaixaBank tampoco ha logrado cifras récord.
En la gran banca, BBVA sólo genera en nuestro país uno de cada cinco euros. Su beneficio de 2022 se vio lastrado por el negocio en Turquía, pero no se explicaría sin la muy destacada aportación de México y América del Sur.
[BBVA logra un beneficio récord de 6.420 millones en 2022, un 38% más]
En la diversificación del Santander, España es un pequeño mercado dentro de su negocio en Europa, junto con Reino Unido, Portugal y Polonia. El banco que preside Ana Botín también está en Estados Unidos, México o Brasil.
En realidad, el grueso del beneficio de la banca viene de fuera, en España el incremento ha sido más moderado.
El ROE
Es un concepto técnico (Return on Equity, por sus siglas en inglés), pero determina el nivel de rentabilidad de un banco en relación a los recursos propios que emplea para financiarse. Es decir, indica qué capacidad tiene una empresa para generar valor para el accionista que invierte en ella. Si un sector no genera valor, pierde accionistas. Esto explica el declive bursátil de la banca en la era de los tipos de interés a cero.
"Cuando se leen los beneficios de los bancos hay que atender a muchas cosas, como el capital movilizado para lograrlo o el volumen de crédito"
Como ha explicado José Ignacio Goirigolzarri, cuando se leen las cifras del beneficio hay que atender a muchas cosas, como el capital movilizado, el volumen de crédito que se ha tenido que dar para conseguir esa ganancia, etc.
Por qué no remunera
Una de las críticas a la banca es que no está subiendo la remuneración de los depósitos pese al incremento de los tipos de interés, aunque sí ha subido el coste de las hipotecas. Esto tiene otra explicación técnica. Se trata de los LTRO, una línea de liquidez con la que el BCE ha estado inyectando dinero abundante y barato en los bancos para que prestaran a hogares y empresas en momentos de crisis.
Al endurecer la política monetaria, el BCE empezó a penalizar este mecanismo, pero todavía no se ha devuelto todo su importe. Esto significa que la banca -de momento- no necesita captar depósitos para mantener su otra parte del negocio: la concesión de crédito. De ahí que no se haya abierto todavía la guerra por el pasivo que comenzaría a remunerar al ahorrador.
Cuando se abra, ayudará a los hogares con ahorro a capear mejor la inflación, pero restará ganancias a la cuenta de resultados que miran los inversores.
El cliente no es tonto
Las colas en el Banco de España para comprar letras del Tesoro ponen de manifiesto que el cliente reacciona y busca el mejor servicio. Este interés por la deuda pública -que ofrece más rentabilidad que un depósito- es un mensaje para las entidades: o se mueven por mantener el ahorro o el cliente buscará alternativas. Y en este caso, al acudir directamente al emisor, sin costes de intermediación, la alerta para la banca es doble.
"Las colas en el Banco de España para comprar letras del Tesoro ponen de manifiesto que el cliente reacciona"
Por otra parte, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, reconoció la pasada semana que muchos ahorradores han reducido su deuda hipotecaria ante el fin de los tipos ultrabajos. Otra señal de que los españoles se mueven por el interés de su dinero.
Los 'topes'
Al ser un sector regulado, para cumplir con la "gestión prudente" que exige el supervisor, la banca está obligada a provisionar el riesgo de su cartera de crédito. Esto significa varias cosas. Primero, a quién habría que plantear la idea de topar la subida de las hipotecas es al BCE. Y lo esperable es un 'no' por respuesta. Entre otros motivos, porque ya existen hipotecas a tipo fijo en el mercado y porque alterar las condiciones de contratos privados pasados obligaría a exigir provisiones millonarias.
Por otra parte, como ha recordado Nadia Calviño, ya hay un Código de Buenas Prácticas para renegociar las cuotas de colectivos vulnerables y, por cierto, ha tenido poco éxito.
Al final, esta medida sería contraproducente para los españoles, ya que las entidades repercutirían su impacto en la concesión de crédito futuro. Esto significa exigir más requisitos mínimos y cobrar más por los préstamos. Algo que perjudica más a los que menos tienen.
El rescate fue a las cajas
Es curioso que este detalle se olvide en los debates televisivos. Pero fueron las cajas de ahorro gestionadas por políticos -y en algunos casos, sindicatos- las entidades que motivaron el rescate financiero que España tuvo que pedir en 2012.
Años después hubo un banco privado en serios apuros, el Popular, y se permitió su caída. La entidad llegó a la resolución y su negocio se integró en el Santander.