"I never knew I had so much to give". Jonathan Cain.
Los españoles somos más pobres en general y mucho más si lo comparamos con los ciudadanos de Europa. Y eso con un Gobierno que es el que más ha aumentado la deuda pública entre nuestros comparables, dejando a España como el cuarto país más endeudado de la eurozona.
En su último informe sobre bienestar económico de los hogares, la OCDE desmonta la euforia del Gobierno y su propaganda. España se sitúa a la cola de Europa y la OCDE en renta disponible de los hogares, en confianza del consumidor y, desafortunadamente, a la cabeza en tasa de paro y de infrautilización de la fuerza laboral.
El Gobierno siempre dice que estamos en una crisis global y que esta vez se han tomado medidas diferentes a la crisis de 2008. Lo más divertido es que, desde Lobato a Patxi Lopez y otros líderes del PSOE nos pongan de ejemplo las políticas implementadas en contraposición al 2008… Cuando gobernaban ellos también.
Y es que la realidad es que la única diferencia entre esta crisis y la anterior es la respuesta de Europa, no la del Gobierno. Europa ha permitido a los Estados abandonar las reglas fiscales y el Banco Central Europeo se lanzó a comprar todas las emisiones netas de deuda pública de los países más frágiles.
¿Y qué hizo el Gobierno con el estímulo fiscal y monetario más elevado de la historia democrática de España? Empobrecernos más que nadie disparando los impuestos y endeudarse masivamente agigantando el gasto político y engordando el peso del Estado.
El Gobierno no ha hecho nada distinto a la crisis de 2008: gastar, endeudarse y vender la moto de la champions league. La única diferencia ha sido que le han dado cheque en blanco para endeudarnos y empobrecernos.
Las cifras son extremadamente pobres.
Con los datos en la mano, la EPA del cuarto trimestre de 2022 muestra que las horas trabajadas aún están un 7% por debajo de los niveles del cuarto trimestre de 2019. Recordarán ustedes, y si no se lo recuerdo yo, que los palmeros del gobierno actual decían en 2017, con una reducción de las horas trabajadas del 2%, que "no se crea empleo, se trocea".
Ahora, con el desplome de las horas trabajadas lo llaman "récord de empleo". En enero de 2022 hay 3.407.521 personas inscritas en el SEPE y que no trabajan a los que hay que añadir 15.010 personas en ERTE.
La variación del empleo desde 2019 es:
25.000 autónomos menos.
273.000 funcionarios más, el 52% del empleo creado.
[El peor semestre para los autónomos desde 2009]
Faltan por recuperar más de 468.000 horas anuales de trabajo comparado con el nivel pre-pandemia y a lo que antes llamaban "trocear el empleo, no crearlo" lo llaman récord de empleo.
Seis de cada diez empleos públicos son temporales, como refleja el economista Javier Escribano y José Luis Fernández del gabinete de USO.
Desde 2018, el Gobierno ha incrementado el salario mínimo un 52,6% mientras la productividad cae un 5%. Un informe de Cepyme estima que desde 2018 hasta diciembre de 2022, el alza del SMI y la subida de impuestos incorporada con ella (al subir las bases mínimas de cotización) generaron de forma directa la destrucción de 105.800 puestos de trabajo y evitaron la creación de 150.400 empleos.
"El Gobierno ha incrementado el salario mínimo un 52,6% mientras la productividad cae un 5%"
La realidad es que en 2022 la tasa de variación anual de la ocupación se quedó muy por detrás de un PIB inflado con más gasto público financiado con deuda a pesar de doparla con empleo público también financiado con más deuda.
Todo esto hay que ponerlo en el contexto del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia.
Según estimaciones del BCE, en el periodo 2019-2024 (si se cumplen las previsiones de 2023 y 2024), España será el país que más tarde y menos se recupere. Un aumento del PIB en cinco años de solo 0,7%, muy por debajo de la media de la UE, 4,6%, Portugal, 5,6%, Grecia, 7,7%, Países Bajos, 7,5% e incluso Alemania, la segunda peor con un relevante 1,2%, casi el doble que España y con muchísimo menos paro.
El Gobierno ha despilfarrado un estímulo fiscal de más de 340.000 millones de euros y la época en la que el BCE compraba el 100% de las emisiones netas para dejar una España más pobre que nuestros comparables, más endeudada y que aún no recupera el PIB de 2019.
Este lustro perdido en renta disponible, en riqueza y crecimiento debe revertirse con medidas urgentes y valientes. Se deben tomar medidas urgentes para aliviar significativamente la carga fiscal asfixiante y reducir las trabas burocráticas, devolver la seguridad jurídica y la independencia de los reguladores e instituciones, y permitir que España crezca como se merece.
Tenemos todos los ingredientes para mejorar, pero nada de ello se va a conseguir con políticas económicas socialistas, y mucho menos con socialismo de derechas, que es igual de peligroso.