Este va a ser mi último informe mensual sobre la evolución global de la Covid-19. Coincide este cierre con el tercer aniversario del estado de alarma en nuestro país, del confinamiento y de todo lo que supuso: un antes y después en nuestras vidas. Pero no es este tercer aniversario el motivo de la decisión de suspender el informe mensual. Como ya anticipaba en el balance de enero, la calidad estadística de los datos impide hacer una valoración rigurosa de dicha evolución.
Siempre he defendido que una pandemia es un fenómeno sanitario, pero también un fenómeno estadístico. Por consiguiente, la calidad de los datos es un requisito fundamental para hacer una valoración apropiada y no sesgada de los hechos. Muchos países han dejado de publicar datos y, los que los mantienen, lo hacen de forma irregular e inconsistente con el número de fallecidos, que se ha convertido en la única variable que puede ser seguida, aunque su calidad estadística también está en entredicho. Y es una pena porque, ahora que parece que la pandemia está llegando a su fin, a juzgar por la evolución del número de muertes diarias, hubiera sido una pieza de información muy interesante de cara al momento en que llegue el balance final de la pandemia, conocer cuál ha sido la evolución real de los casos y de los fallecidos. El caso de China es paradigmático, pues ha dejado de publicar datos, tanto de lo uno como de lo otro.
Conocer cuáles son las verdaderas consecuencias de una salida explosiva del modelo Covid cero hubiera sido clave para hacer una comparación objetiva y científica, no ideológica, de los diferentes modelos de abordar una pandemia. Es verdad que tenemos la experiencia de países que aplicaron versiones de este modelo, como Australia, Nueva Zelanda, Vietnam y, en cierta medida, Japón y Corea del Sur.
En general, han experimentado una explosión de casos, pero su mortalidad en el conjunto de la pandemia ha sido significativamente inferior a la de los países que siguieron el modelo de "convivir con el virus". En el caso de China no sabemos nada y, por este motivo, se ha convertido para mí en la gran decepción estadística de esta pandemia, tras varios años de "defensa crítica" de su modelo. ¡Qué oportunidad perdida para que el país origen de la pandemia nos hubiera enseñado su modelo de salida!
El mes de febrero, salvando el problema de la calidad estadística, registró nuevamente un brusco descenso del número de contagios, siguiendo con la tendencia iniciada en enero. En el conjunto del mundo, en febrero el número de nuevos casos ascendió a 4,9 millones. No sólo se trata de un descenso a la mitad (-51%) de los 9,9 millones de casos de enero y casi la cuarta parte de los 17,1 millones de diciembre, sino que se alcanza el flujo de contagios más bajo desde junio de 2020.
Si continuásemos este ritmo de descenso (cada mes, la mitad del mes anterior) en mayo de este año alcanzaríamos los 600.000 casos en todo el mundo, algo que podría permitir dar por concluida la pandemia, que oficialmente arrancó en marzo de 2020, un mes en el que se alcanzaron los 800.000 casos globales y en el que la OMS la declaró oficialmente el 11 de marzo.
En el Gráfico 1 se recoge este nuevo descenso en el número de infecciones a nivel mundial, medida por los nuevos casos diarios, y en el que hemos pasado de los 319.000 casos en enero a los 174.000 casos diarios. Una cifra que, pese a la baja calidad estadística por la ausencia de tests y la no publicación de los datos de contagios de la población general, ni de los asintomáticos ni de la población joven o de edad media con síntomas leves.
Al contrario del mes de enero, en el que el frenazo fue particularmente intenso en la última parte del mes, en febrero el descenso ha sido más lineal. El número de casos ha pasado de unos 200.000 al día a principios de mes a los 150.000 a finales. Ello augura que el mes de marzo continuará el descenso en el ritmo de contagios mundiales, aunque quizás no lo haga con la misma intensidad. En cualquier caso, mi apuesta personal es que la Organización Mundial de la Salud declarará oficialmente "el final de la pandemia" al terminar el mes de marzo, aunque debería esperar a mayo por los motivos señalados anteriormente. Seguramente la OMS se verá animada a hacer esa declaración porque la gran novedad del mes de febrero ha sido el descenso del número de muertos, rompiendo el preocupante cambio de tendencia observado en enero.
En el Gráfico 2 presento las cifras de nuevas muertes diarias por Covid-19 en el mundo. En febrero de 2023 se han registrado 37.400 fallecimientos por Covid. Se trata de un descenso significativo con respecto al mes de enero, en que hubo 63.000 muertos, y el de diciembre, con 58.000 fallecidos.
El preocupante ascenso de muertes en enero se debió al repunte de casos de diciembre. Por consiguiente, la evolución de la incidencia en enero y febrero augura un futuro descenso más significativo en el número de fallecidos, pues sabemos que las cifras de fallecidos tienen un retraso de 2-4 semanas con respecto a la cifra de contagios. Sin embargo, cuando la cifra de casos está distorsionada, es difícil hacer inferencia sobre la posible evolución de la mortalidad en los próximos meses.
Las cifras de fallecimientos, pese a su descenso, siguen siendo significativas y continúan poniendo en evidencia la calidad de los datos de contagios a los que me refería antes. De hecho, la tasa de letalidad ha vuelto a aumentar en febrero hasta el 0,77%, desde el 0,63% del mes anterior o el 0,34% de diciembre. Una cifra que ya era alta con respecto a los meses con buena base estadística como julio, en que se encontraba en 0,21% o agosto en 0,29%. En el caso de febrero, la reducción en el número de casos "oficiales" ha sido a la mitad, pero la caída del número de muertes ha sido mucho menor (-40%).
En lo que concierne al proceso de vacunación, no hay novedades. El ritmo diario de administración de dosis en el mundo se sigue frenando, tal y como recoge el Gráfico 3. La falta de tensionamiento social, acompañados de los datos de mortalidad ya analizados, explica esta atonía en el apetito por la vacuna.
Al igual que en el número de casos, la calidad de los datos de vacunación también se ha deteriorado. Por ejemplo, el caso de España, que ha dejado de publicar sus informes semanales de vacunación desde hace varias semanas. Aun así, el margen de mejora en la vacunación sigue siendo elevado, tal y como recoge el Gráfico 4, en el que presento el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).
El estancamiento en el ritmo de vacunación es generalizado, tanto en EEUU como en la UE. En China no hay datos desde principios de febrero. En el total mundial el porcentaje de vacunados con pauta completa apenas ha avanzado, hasta el 64,1% del total de la población. Esto son sólo tres décimas más que el mes pasado, en que sólo mejoró en otras cuatro décimas. Seguimos lejos de conseguir el 70% de la población con pauta completa. La UE está estancada en el 73%, los EEUU en el 69%, China en el 90% y España en el 86%.
Con la tripleta de nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, pese a los descensos en las dos primeras variables seguimos sin poder afirmar que la “pandemia ha terminado”, aunque quizás se pueda hacer en los próximos meses. Si dejamos de publicar el informe mensual no es porque “ya no hay pandemia”, sino porque los datos son de baja calidad.
La incidencia mundial en febrero
Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados, y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en octubre y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1.
Como señalábamos en la introducción, las nuevas infecciones han mejorado en el total mundial de forma notable hasta los 4,9 millones de nuevos casos, la mitad del mes anterior. Y eso hace que el color verde siga siendo dominante en la tabla. La sorpresa es que han aparecido más países en rojo que en el mes anterior, casi todos en Europa, que sólo ha reducido un 25% sus casos de enero, frente al -51% mundial.
Destaca el caso de Polonia, que ha multiplicado por 4 los casos de enero, y Rusia, que los ha duplicado. Grecia lleva dos meses seguidos empeorando y Reino Unido ha sufrido un retroceso y ha vuelto a superar los 100.000 casos mensuales. Alemania no ha empeorado, pero tampoco ha mejorado. Ha repetido prácticamente sus datos de febrero, cuando se corrige por el número de días del mes. El repunte de la India es poco significativo, dado lo ridículo de sus datos. Y EEUU ha mejorado (-33%) pero menos que la media mundial. ¿Qué países han mejorado más sus datos de contagios? Prescindiendo de China y Turquía, han sido fundamentalmente los países asiáticos, y los de América Latina. Japón (-80%), Corea del Sur (-70%), Vietnam (-67%), lideran las caídas del continente asiático. Y en Latinoamérica, destacan Argentina (-92%) y Colombia (-72%), que prácticamente erradican la pandemia. Los descensos de México, Chile y Brasil, están en sintonía con los del conjunto mundial, como también lo están los de Australia y Nueva Zelanda. En Europa sólo destacan Finlandia (-67%) e Italia (-60%). El resto, en torno o por debajo de la media mundial, como son los casos de España (-40%) o Portugal (-30%).
La incidencia en Europa
En Europa, la mejoría de la pandemia ha sido menor a la del resto del mundo y se ha visto acompañada de un deterioro en la calidad de los datos, exceptuando Francia, que sigue reportando puntualmente datos diarios y Alemania que sólo los ha dejado de publicar en fines de semana. Italia lo hace con mucho retraso, España sólo publica una vez por semana y el Reino Unido a veces ni eso. En el Gráfico 5, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados en los 5 grandes países europeos en febrero.
España sigue siendo el país que reporta menos casos, aunque ya sabemos el motivo. El que más ha mejorado ha sido Francia, que se sitúa en segunda posición, adelantando a Italia y al Reino Unido, aunque los 3 países han ido prácticamente a la par. Alemania sigue siendo el país con más incidencia de Covid-19, y no ha conseguido mejorar en el conjunto del mes. Tal y como recoge la tabla inferior, de los grandes países europeos el que más ha mejorado ha sido Italia, seguida de Francia. Y es una mejoría creíble, dada la calidad de sus datos. España apenas ha mejorado un 40%. En lo que se refiere al perfil temporal, Alemania, Francia y Reino Unido empeoran la última semana del mes con respecto a la anterior, aunque no lo hacen de forma significativa, salvo el caso de Alemania (+32). Francia y Reino Unido aumentan un 3% en la última semana y España reporta un nivel prácticamente plano de una semana a otra.
La mortalidad en España
No podía terminar este informe mensual sin hacer una mención a los fallecidos en España en este mes. Como en todos los meses, a ellos y a sus familiares y amigos está dedicado, como no puede ser de otra forma, este último informe, como lo fueron el resto. El resumen de la mortalidad de la pandemia, mes a mes y agrupados en olas, se recoge en la Tabla 2.
La buena noticia en el descenso en el número fallecidos por primera vez en cuatro meses. Además, no habíamos bajado de los 900 muertos mensuales desde noviembre de 2021. La mala noticia es que 886 fallecidos siguen siendo una cifra muy elevada: 32 muertos cada día. ¿Cuándo volveremos a ver una cifra como la de julio de 2020, cuando no había vacunas, pero se tenía un control estricto de la pandemia, con 3 muertos de media al día, y muchos días sin ningún fallecimiento? Sólo en ese momento podremos dar la pandemia por terminada en nuestro país.
Si calculamos la tasa de letalidad de febrero, fallecidos por número de casos, estaríamos en 2,88%, una cifra disparatada frente a la media mundial (0,76%), y eso que dicha media hemos visto que está sesgada por la calidad en el número de casos. Está claro que es una cifra de letalidad que sólo se refiere a los mayores de 60 años. El resto de la población ha salido de las estadísticas. Una vez más, las cifras de contagios en España no tienen nada que ver con la realidad. Para recuperar las tasas de letalidad habituales en países de nuestro entorno y con niveles de vacunación similares o inferiores al nuestro, habría que multiplicar el número de casos por 10, es decir, hasta los 300.000 en febrero. Eso será un número de contagios más realista que los publicados.
Para concluir, aunque deje de publicar el informe mensual, esta tabla de fallecimientos en España, muy valorada por los lectores y seguidores en redes sociales, la continuaré publicando en mi cuenta de Twitter: @migsebastiang. Ese será mi homenaje a las víctimas españolas de esta pandemia, para que no caigan en el olvido.