La otra cara de la inteligencia artificial
Últimamente se ha hablado mucho de los posibles beneficiarios del desarrollo del sector de la inteligencia artificial y las posibles implicaciones para el mercado laboral. Ante la manía general, no sería mala idea analizar los posibles contratiempos, en especial los referidos al cumplimiento de los principios de la inversión socialmente responsable o ESG, por sus siglas en inglés.
Spoiler: es poco probable que Greta Thunberg utilice servicios de inteligencia artificial...
Y no se trata solo del aspecto ético (el robo de las obras, copia de estilos de autores concretos o lucro cesante), sino también del medioambiental. Se estima que la huella de carbono de un solo modelo de inteligencia artificial es cinco veces mayor que la de un coche a lo largo de toda su vida útil.
Aunque los científicos llegaron a esta conclusión hace más de 4 años, la tecnología no se ha vuelto más ecológica. Si la situación no cambia es de esperar que los reguladores empiecen a considerar la imposición de sanciones al sector por las huellas de CO2.
Hay que recordar que los motores de búsqueda (Google, Bing, etc.) ya son uno de los mayores consumidores de energía del ecosistema de Internet. Con la introducción de la inteligencia artificial la situación podría empeorar aún más, tal y como sucedió con las criptomonedas.
La tecnología no se ha vuelto más ecológica
Según un estudio del laboratorio de ideas (think tank) francés llevada a cabo por The Shift Project, las emisiones de dióxido de carbono procedentes del entrenamiento de grandes modelos de IA como GPT-2 y BERT oscilan entre 300 y 1.400 toneladas de CO2 por modelo. En comparación, una vaca produce unos 120 kilogramos de metano al año.
La buena noticia es que los ejecutivos de Alphabet y Microsoft Corporation ya están buscando la solución. Además de reducir el consumo de energía, las big tech incrementaron de manera sustancial la inversión en fuentes de energía renovables.
Otra cuestión es que, a medida que crezca el uso del propio ChatGPT, aumentará la demanda de kilovatios y es poco probable que las centrales eólicas y solares por sí solas hagan la magia. No en vano el fondo de Warren Buffet reanudó sus compras de acciones de Occidental Petroleum.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.