Digo esto porque, según el último dato de desempleo del mes de febrero, los empresarios crearon 311.000 nuevos puestos de trabajo frente al más de medio millón creados en enero y la tasa de desempleo subió de nuevo dos décimas, hasta el 3,6%, a la vez que los salarios aumentaron en febrero al ritmo más lento en el último año.
Para todos, mejor de lo esperado, porque puede ser el inicio de una lenta desaceleración. La reacción del mercado, como no podía ser de otra manera, fue subidas de las acciones (luego cayeron por otros motivos), las rentabilidades de los bonos del Tesoro cayeron, el dólar también cayó y toda la curva de tipos de corto plazo del mercado monetario se reajustó a la baja, descontando que los responsables de la política monetaria de la Fed, en lugar del medio punto que Powell puso encima de la mesa en la sesión del Congreso, igual en marzo solo suben 25 puntos básicos y luego… a ver qué pasa.
Comento el dato de empleo porque me sigue pareciendo muy relevante y nos tiene que hacer plantearnos cómo va a evolucionar la economía en los próximos trimestres, a pesar de que este mes el paro haya subido un poco y que se creen menos puestos de trabajo. No todo es color de rosa, porque en el mundo de las techs, sobre todo las muy grandes, han recortado y seguirán recortando plantillas, la inflación es más suave, pero sigue estando aquí y el mercado residencial no está pasando por sus mejores momentos.
El dato de empleo nos tiene que hacer plantearnos cómo va a evolucionar la economía en los próximos trimestres
Y la duda es a ver si, después de tanto ajuste de tipos, la Reserva Federal “se está pasando de vueltas”. Ahora, además de los datos macro, hay que pensar en las consecuencias sobre el sistema financiero de un calendario de subidas tan intenso y en tan poco tiempo.
Preguntes a quien preguntes, tiene más o menos la palabra recesión en sus estimaciones, pero la verdad es que el tamaño de la letra con la que se escribe es cada vez más pequeño. Y, para mí, una prueba ineludible es que el desempleo está en los niveles más bajos de los últimos 50 años, que es un indicador retardado, lo es… pero un termómetro perfecto de cómo van las cosas.
Porque, además, en el caso de Estados Unidos, en 2022 se han sumado al mercado laboral cifras récord de mano de obra… lo que hace más valiosos aún los mínimos minimorum de la tasa de paro. A pesar de los buenos datos de los últimos meses, la situación no es igual en todos los sectores, porque lo malo se sigue cebando en despidos de las FAANG y algunos financieros, mientras que sectores como la restauración o la distribución tienen serias dificultades para cubrir nuevas plazas y están forzados a subir salarios para evitar salidas a la competencia.
Con todo esto sobre la mesa, el trabajo de banquero central en Estados Unidos empieza a ser un deporte de riesgo, porque se han convertido en los culpables de casi todos los males. Si echamos un vistazo atrás es bastante obvio que en los últimos años han dejado un poco de lado el mandato de estabilidad de precios y pleno empleo y, quizá, han estado un poco lentos a la hora de revertir las políticas de tipos cero cuando la inflación asomaba algo más que “la patita”.
El trabajo de banquero central en Estados Unidos empieza a ser un deporte de riesgo, porque se han convertido en los culpables de casi todos los males
Ahora, y después de subir 450 puntos básicos en tan solo un año, toca hacer balance. Un cambio de la política monetaria tan rápido como este trae mucha volatilidad al mercado, más aún si tenemos en cuenta que llevamos casi 40 años con un mercado que no ha dejado de ver bajar rentabilidad de los bonos con ciertos altibajos.
Y ahora la subida de la Tir del bono desde el 0,7% de octubre de 2020 hasta el 3,7% de estos días supone una merma muy significativa, caídas para ahorradores e inversores que a más de uno se le empiezan a atragantar.
La política monetaria y la economía tienen sus tiempos y el dilema es saber hasta cuándo pueden seguir tensando la cuerda en un entorno de precios todavía incómodos y cuándo pueden tomarse un "Kit Kat" y esperar a ver las consecuencias de su trabajo.
***Álvaro Galiñanes Franco es director de Inversiones de Santander Private Banking Gestión.