La semana pasada el Deutsche Bank alemán sufrió un descalabro que arrastró las bolsas europeas a la baja. Luego hubo rebotes con cotizaciones al alza, pero sin contundencia. De manera que, aunque este año sigue habiendo plusvalías en el Ibex 35, la remontada definitiva llega.
La bolsa se mueve por expectativas sobre la economía. Sí las perspectivas de los analistas e instituciones cada vez aumentan más crecimiento del PIB para 2023, la renta variable debería subir más.
¿Por qué no sube? Porque muchas bolsas, como la española y, en concreto, su índice Ibex 35, tienen un gran componente de valores bancarios. Valores cuya cotización se basa en la “confianza” y cualquier movimiento de un banco contamina todo el mercado.
Los casos del Silicon Valley Bank, otros bancos medios estadounidenses y el Credit Suisse tuvieron esa consecuencia. Afortunadamente las autoridades monetarias reaccionaron con rapidez y el mercado rebotó, después de una caída generalizada de las cotizaciones.
[Silicon Valley Bank se declara en bancarrota tras la intervención de EEUU hace una semana]
Cuando todo parecía calmado, con las autoridades asegurando la solidez de la banca europea, el Deutsche Bank (DB) sufrió una bajada en las cotizaciones por el anuncio de la amortización de sus bonos CoCos (contingentes, convertibles).
¿Por qué si es un banco sólido (según afirman el banco central alemán y el BCE)?
Para entenderlo un poco más hay que aclarar que son los CoCos y cómo su recompra puede afectar a los accionistas.
Los CoCos son bonos convertibles en acciones cuando se dan ciertas condiciones o por decisión del emisor -en este caso el DB-. Al aceptar el paso de deuda a capital, los propietarios de CoCos pasan a tener el beneficio de recibir dividendo y el riesgo de ser accionista. Si no se convierten, cobran el tipo de interés previsto hasta su amortización y, entonces, les devolverían el nominal.
Al aceptar el paso de deuda a capital, los propietarios de CoCos pasan a tener el beneficio de recibir dividendo y el riesgo de ser accionista.
Los accionistas corren con el riesgo de la devaluación de las cotizaciones, de la falta de dividendos o de la pérdida total si hubiera una quiebra del banco. Los propietarios de CoCos en teoría no tienen ese riesgo mientras son bonos y lo tendrían si se convirtieran en acciones.
Es la teoría porque, en el caso del Credit Suisse, perdieron todo su valor debido a que en su emisión se decía que si el banco necesitaba inversiones públicas lo perderían. No está claro que al final sea así, y se anuncian querellas contra el banco que compró Credit Suisse para recuperar el nominal de esos CoCos.
En todo caso, los CoCos se han depreciado en el mercado secundario. Tanto por el temor a un riesgo similar a los del Credit Suisse, como porque muchos se emitieron a un tipo de interés bajo.
El Deutsche Bank anunció que amortizaría 5.000 millones de euros de CoCos, sin convertirlos en acciones. Es decir, los accionistas vieron que los tenedores de esos bonos recibirían su nominal, evitando riesgos futuros.
No está tan claro que su cuenta de pérdidas se recupere al amortizar esos 5.000 millones de CoCos.
Los accionistas se quedaban con el riesgo en un momento de incertidumbre bancaria con un banco que daba pérdidas. Entonces empezaron a vender acciones en bolsa, sobre todo los accionistas institucionales (fondos de inversión, de pensiones…). Las cotizaciones bajaron y eso perjudicó la confianza en el DB, contaminando el mercado bursátil.
El banco asegura que es sólido y que no tiene problemas financieros. Al rescatar los 5.000 millones de CoCos en euros y dólares, sus gastos financieros disminuyen y, por tanto, sus pérdidas disminuirán. Pero es posible que los analistas crean que no es suficiente. Veamos por qué:
El año pasado este banco alemán contabilizó 6.700 millones de euros de pérdidas (después de provisionar 1.200 millones para posibles multas por manipulación del interés interbancario) y sus CoCos perdieron precio en el mercado secundario. Pero el DB, como emisor, los pagará por el nominal. Un mal negocio que, además, vacía su caja.
Por tanto, si tuvieran que sustituir los 5.000 millones de euros por otras deudas o depósitos ahora pagarían un interés alto al haber subido el BCE el tipo básico de interés. No está tan claro que su cuenta de pérdidas se recupere al amortizar esos 5.000 millones de CoCos.
Por tanto, es una situación compleja que erosiona la credibilidad de las actuaciones de los gestores del banco y de todo el sector en general.
Conclusión, lo mismo que para asustarnos cuando éramos niños nos decían “que viene el coco”, parece que a los inversores en acciones bancarias ahora ese coco se llama CoCos. Se calcula que los bancos españoles tienen unos 2.500 millones de euros en CoCos. Sería bueno seguir su evolución.
Postdata: Cuando acabo este escrito el IBEX supera los 9.200 puntos y los medios financieros hablan de racha alcista. ¿Será que empiezan a despejarse las dudas bancarias? ¡Ojalá sea así!
*** José Ramón Pin es profesor del IESE.