Primera semana de mayo y reuniones de dos de los grandes bancos centrales que empatan a puntos sus subidas, como si de una final de un máster de tenis se tratara. Empatados a puntos sí… pero a estrategia del juego no.
A un lado de la pista, el Banco Central Europeo (BCE), muy en línea con lo descontado por el mercado, ha moderado el ritmo de los meses anteriores y tan solo sube cuarto de punto, hasta el 3,75%, insistiendo en que la inflación está demasiado lejos del objetivo de largo plazo del 2%.
Al otro lado de la pista y ya mostrando “síntomas de cansancio” tenemos a la Fed, que subió tipos hasta el 5,25%, la banda superior de sus fondos federales, que son los niveles máximos que reflejaba el dot map de marzo; manteniendo el mensaje tan manido ya de que seguirán muy de cerca los datos macro que se vayan publicando.
Dicho esto, Powell fue bastante más explícito en la rueda de prensa, señalando que nos acercamos a límites donde los tipos deberían estar y, por así decirlo, ponen la política monetaria “en pausa”, anticipando un largo periodo de tipos en estos niveles hasta que los precios de verdad empiecen a relajarse.
Y eso es, quizá, lo que la Fed necesita, una pausa a ver si se refresca. Es verdad que, a pesar de encontrarnos con un mercado al que le ha costado mucho encajar las subidas de tipos, no ha sido por falta de información. Desde el primer momento, la Fed nos ha telegrafiado el plan para luchar contra la inflación: subir, subir y subir y tan solo se le puede echar en cara que las subidas han sido muchas, muy seguidas y se han intensificado en determinados meses.
A pesar de encontrarnos con un mercado al que le ha costado mucho encajar las subidas de tipos, no ha sido por falta de información
Y, por todo lo que nos han contado, nadie puede decir que le ha pillado a pie cambiado. Y mientras que las subidas de los precios se sigan explicando por factores no monetarios, estímulos fiscales, escasez de mano de obra, tensión del mercado inmobiliario y los muy manidos problemas en las cadenas de suministros… la Fed tensando la cuerda.
Como parece que las subidas de tipos hasta ahora poco efecto están teniendo sobre los precios, algo sí… pero no tanto como todos esperábamos, hay voces que señalan que los modelos en los que la Fed ha tomado sus decisiones pueden estar “pasados de moda”, pero no hay que perder de vista que la relación entre la política monetaria y los precios siempre adolece de retrasos más o menos largos, pero hay que tener claro que toda acción terminará sí o sí en reacción.
El mercado ya ha descontado buena parte de casi todo lo malo y hasta algo de lo bueno que está por llegar si uno ve las pendientes de las curvas. Desde mediados de los años cincuenta, en Estados Unidos casi todos los periodos de recesión han estado precedidos de momentos de aplanamiento primero y “negativización” de la curva de tipos, después.
El aplanamiento de la curva suele ser un indicador de la madurez del ciclo, aunque la pendiente negativa cuando se produce en determinados tramos de la curva de tipos no siempre se asocia con una recesión inminente.
El mercado ya ha descontado buena parte de casi todo lo malo y hasta algo de lo bueno que está por llegar
Además, durante estos más de setenta años de economía “moderna” hemos tenido varios momentos en los que el mercado ha interpretado mal los mensajes de la Reserva Federal y ha errado en sus predicciones sobre el devenir de los tipos de interés. Todo esto es especialmente relevante en el contexto que tenemos estos días, en los que las pendientes de las curvas han vuelto a subir tras un continuado periodo de bajadas…
No sé si las pendientes serán o no un predictor fiable esta vez porque hay muchos factores que condicionan y distorsionan todo lo que está pasando. Pero lo que sí sabemos es que una escalada de tipos tan rápida e intensa puede terminar afectado a la economía de una manera más abrupta que en otros momentos y si Powell sigue pisando el acelerador es probable que todo empeore.
La buena noticia es que los precios de los bienes han ido bajando y, aunque en la parte de servicios siguen siendo elevados, empiezan a apuntar en la dirección correcta.
Por esto, parece adecuado que después de la mayor subida de tipos de la historia en el más breve espacio de tiempo igual es mejor que la Reserva Federal no haga mucho más y se tome un respiro hasta que termine el Roland Garros.
***Alvaro Galiñanes Franco es director de Inversiones de Santander Private Banking Gestión.