Recientemente el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Fundación Cotec para la innovación presentaban un informe sobre la digitalización de las pymes españolas en el que se extraían algunas interesantes conclusiones: las pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel fundamental en la economía española, ya que representan más del 70% de la mano de obra, el 99% de las empresas y el 61% del valor añadido.
Pero no solo España es un país de pymes, en Europa la situación es muy similar: el 99,8% de las empresas tienen menos de 250 empleados.
En concreto en España se estima que un 65% del mercado promotor está en manos de pequeñas y medianas empresas. Compañías en su gran medida familiares que arriesgan su patrimonio para aumentar el parque de viviendas en España que tan necesario es ampliar.
Como explicaba el presidente de la patronal española de promotores APCE, Juan Antonio Gómez-Pintado, una producción adecuada sería el doble de lo que se está haciendo: llegar a las 180.000 a 200.000 viviendas al año.
"18 viviendas de media es el tamaño de las promociones que se realizan en España"
Ser promotor inmobiliario no es una tarea fácil: es ser responsable de adquirir terrenos, asegurar la financiación, obtener los permisos, supervisar la construcción y comercializar y vender la promoción terminada, incluyendo todo el arduo trabajo de postventa.
Además, los tiempos en todo este proceso son largos: desde que se compra un suelo hasta que se levanta el edificio y se vende pasan años, por lo que tiene que hacer muchas previsiones y estar al día de temas que mercado que puedan impactar a la promoción en el presente y el futuro como subida de tipos, de los materiales de construcción, etc.
El tamaño de las compañías promotoras marca el tamaño de los proyectos en los que se embarcan: 18 viviendas de media es el tamaño de las promociones que se realizan en España.
"La financiación alternativa ha comenzado a desarrollarse con fuerza en nuestro país como ya ha ocurrido en otras áreas como Estados Unidos"
Para poder desarrollar estos proyectos, estos promotores han tenido que buscar financiación que en España siempre ha estado ligada a las entidades bancarias. Sin embargo, ahora que los bancos están restringiendo en gran medida los préstamos a las pequeñas y medianas empresas y exigiendo niveles de preventa muy altos, estos empresarios han tenido que empezar a buscar entre otros modelos.
Así, la financiación alternativa ha comenzado a desarrollarse con fuerza en nuestro país como ya ha ocurrido en otras áreas como Estados Unidos donde las fuentes de financiación no bancaria abarcan ya cerca del 80% de la financiación total según Deutsche Bank. La reducción de plazos en la concesión del crédito y la accesibilidad de una manera más sencilla y eficiente son dos de las ventajas de la financiación alternativa.
Todo esto hace que ser un pequeño promotor inmobiliario sea un trabajo afanoso pero también gratificante cuando entregan esas viviendas a las familias. Por tanto, gracias a ellos por hacer posible ese sueño.
** María Pérez del Valle, managing director de Velox Finance