El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez EP

La tribuna

Ya no es la economía. Ahora es la política

Porque no se trata de quién gestiona mejor, sino de qué modelo de convivencia plantea cada opción. El gran Leviatán vuelve a llamar a nuestra puerta.

23 mayo, 2023 03:45

Pedro Sánchez aborda las elecciones de mayo como un plebiscito. Para ganarlo plantea dos argumentos. Por un lado, afirma que él es el que mejor gestiona la economía y, por otro, amontona propuestas y promesas de corte populista.

El debate sobre quién gestiona mejor la economía tiene interés, pero considero aún más relevante cuestionar si la economía es el vector clave en este año electoral 2023.

La idea de que la economía es la que hace ganar o perder elecciones se sintetiza en aquel mensaje empleado por Clinton en 1992 y tan manoseado desde entonces. El eslogan era “La economía, estúpido”. Debemos recordar que apenas hacía dos años que había caído el muro de Berlín, y en ese mismo año Fukuyama publicaba “El fin de la historia”. Es decir, se daba por hecho que la gran batalla política entre el orden liberal y los regímenes autoritarios había concluido, que el vencedor era la democracia y que, por tanto, solamente la gestión de la economía era determinante en los procesos electorales.

Sin duda, el argumento ha sido en gran medida válido durante los últimos 30 años. Pero ¿lo es en 2023? En mi opinión, la respuesta es un rotundo no. La actualidad nos muestra que un conjunto de países con regímenes autoritarios o democracias iliberales le han plantado cara al orden liberal. Proponen sistemas alternativos a la combinación de democracia plena y libre mercado.

En consecuencia, nos devuelven a una situación más parecida a la anterior a 1990. Volvemos a unas elecciones en las que la política con mayúsculas se impone a la gestión económica como factor decisivo. Porque no se trata de quién gestiona mejor, sino de qué modelo de convivencia plantea cada opción. El gran Leviatán vuelve a llamar a nuestra puerta.

La actualidad nos muestra que un conjunto de países con regímenes autoritarios o democracias liberales le han plantado cara al orden liberal

En España, lo sustancial radica en que las propuestas que está realizando Pedro Sánchez junto con sus socios nacionalistas y populistas no están encaminadas a gestionar mejor la economía bajo el paraguas político de la democracia liberal. Al contrario, plantean un cambio de régimen.

Por ejemplo, las reformas de la sedición y la malversación son un ataque directo al Estado de derecho y la ley de vivienda es un golpe frontal a la propiedad privada. Es decir, son reformas encaminadas a sustituir premisas básicas de nuestra forma de convivencia por otras que creíamos vencidas hace 30 años.

¿Cómo viviríamos en 2027 de aplicarse las propuestas de los partidos que están en el Gobierno? El ideario apunta a que habitaríamos una casa expropiada a otra familia. Compraríamos en economatos públicos. Nuestros hijos estudiarían en universidades gobernadas por un rector político y recibirían comida a domicilio a través de una empresa nacional que sustituiría a Glovo y su competencia.

Las reformas de la sedición y la malversación son un ataque directo al Estado de derecho y la ley de vivienda es un golpe frontal a la propiedad privada

Todo esto en una sociedad quebrada entre jóvenes y mayores como consecuencia de la reforma del sistema de pensiones. Camino de una sociedad dominada por la arbitrariedad, fruto del ataque sistémico a la iniciativa privada y a la sociedad civil que haría que las decisiones sobre nuestras vidas fueran gubernamentales.

El 28 de mayo tenemos ocasión de expresar en qué sistema queremos convivir. Ya no se trata de quién gestiona mejor la economía, sino qué políticas impregnarán todas las medidas del futuro gobierno y, por tanto, a qué nuevo equilibrio de poder entre Estado y sociedad nos llevarán.

*** Enrique Martínez Cantero es exdiputado y Profesor de la USP CEU.

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