Prevenir las complicaciones tras la cirugía del cáncer colorrectal para ahorrar más de 100 millones de euros anuales al sistema sanitario
El cáncer es una de las enfermedades con mayor impacto en la salud pública, siendo la segunda causa de muerte en Europa. En España, los cánceres colorrectales (CCR) se diagnostican de manera frecuente, fundamentalmente en personas mayores de 50 años, con una edad media de aparición entre los 70-71 años y con una incidencia mayor en hombres que en mujeres.
Una de las complicaciones con mayor repercusión clínica tras la cirugía del cáncer colorrectal es la fuga anastomótica (FA), definida como el defecto de la pared intestinal en el sitio de la anastomosis, que conlleva una comunicación entre el espacio intra y extraluminal y, con ello, la consecuente y temida peritonitis fecal.
Los pacientes con esta complicación tras la cirugía requieren de un mayor seguimiento postoperatorio, ya que pueden precisar una o más intervenciones quirúrgicas, ser admitidos en una unidad de cuidados intensivos (UCI), o incluso precisar de un estoma. Esto genera estancias más prolongadas en el hospital y un mayor consumo de recursos, lo que lleva asociado un aumento del coste sanitario.
[Incluir el 'dentista' gratis en la sanidad pública elevaría el gasto en más de 5.300 millones]
El estudio Fugas anastomóticas y costes realizado, con el apoyo de Medtronic, es el primer estudio que analiza el impacto económico en España de esta complicación con importante repercusión clínica para los pacientes y que, como muestra el análisis, supone más de 100 millones de euros anuales aproximadamente al Sistema Sanitario Español, sólo en costes directos.
El presente análisis tiene como objetivo determinar el impacto económico, para el sistema sanitario en España, asociado al consumo incremental de recursos generado para el diagnóstico y tratamiento de las fugas anastomóticas producidas en pacientes adultos tras una resección con anastomosis a causa de un cáncer colorrectal, en comparación con pacientes sin esta complicación quirúrgica.
De esta manera, hemos querido dar visibilidad a un problema muy serio, tanto a nivel clínico (para el paciente), económico (para el sistema nacional de salud), como laboral (impacto psicológico sobre los propios cirujanos).
Esto último es algo que no se tiene en cuenta, pero el efecto sentimiento de culpa en los cirujanos, muchas veces olvidado, es sin embargo muy importante, pues puede derivar en ocasiones en “actitudes de abandono de ciertos tipos de cirugías complejas, como las de cáncer colorrectal, para evitar el estrés profesional relacionado”. De ahí la importancia de llevar a cabo todo lo que esté a nuestro alcance para prevenir la fuga anastomótica.
Gestores sanitarios
Las conclusiones de este estudio son de gran importancia para que cirujanos y gestores sanitarios incluyan las fugas anastomóticas en las auditorías internas que validen el buen hacer en los servicios o unidades de cirugía general o colorrectal y se dediquen más recursos a la formación de los cirujanos y al desarrollo tecnológico que permitan disminuir la incidencia de estas fugas anastomóticas.
El mensaje más importante con el que terminamos este estudio es que hay que prevenir las fugas anastomóticas haciendo todo lo que esté en nuestra mano, preparando al paciente de la mejor manera posible, formando a los cirujanos tanto para evitar las fugas anastomóticas como para disminuir su impacto psicológico sobre ellos mismos, y disponer de los medios tecnológicos más avanzados y seguros para brindar la mejor asistencia al paciente.
*** Blas Flor-Lorente es jefe de Sección de Coloproctología del Hospital Universitari i Politecnic La Fe de Valencia, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud de Valencia y coordinador de la Sección de Coloproctología de la Asociación Española de Cirujanos (AEC)