La duda que se les presenta a los inversores en este mundo tan convulso es que, o se pierden la subida de las bolsas y duermen tranquilos, o se la juegan y sufren insomnio. Afortunadamente es un razonamiento equivocado.
El caso es que, por un lado, tenemos al S&P 500 y al Euro Stoxx 50 subiendo un 13% en el año, y por otro no sabemos si la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se cargará otro banco o si otro loco con un ejército personal se va a enfrentar a Putin.
Si a eso añadimos que la redes sociales están plagadas de gente dedicada a meter miedo para llamar la atención -y así ganar seguidores-, el mensaje está muy claro: deje su dinero en un depósito. Aunque esté perdiendo lo que suba la inflación.
En un mundo como este no tiene mucho sentido tener todo el dinero en bolsa, salvo que uno sea un inversor muy agresivo
Pero quienes han hecho caso a ese mensaje también se están dando cuenta de lo que se están perdiendo. Y no es sólo la inflación, se están perdiendo todo lo que suban la bolsa o los bonos (que también los veremos subir).
Tras las últimas noticias llegadas desde Rusia, los inversores se encuentran más que nunca en esa posición que los anglosajones llaman “between a rock and a hard place”, es decir, “entre una roca y un sitio duro”.
La buena noticia es que no es cierto. Entre la roca y el sitio duro hay dos sitios bastante cómodos. Uno de ellos se llama a sentido común y, dentro del sentido común, la variedad “sentido de la medida”.
En un mundo como este no tiene mucho sentido tener todo el dinero en bolsa, salvo que uno sea un inversor muy agresivo capaz de asumir el riesgo. Por otra parte, es un hecho que las bolsas son alcistas y que, además, lo son con fundamento, pues se basan en dos factores de mucho peso: la expectativa de que la inflación continué bajando y el advenimiento de la inteligencia artificial, que generará un enorme incremento de la productividad en las empresas y, en consecuencia, en sus cuentas de resultados.
Es un hecho que las bolsas son alcistas y que, además, lo son con fundamento
La respuesta adecuada desde el sentido común es evidente: si estamos en un mercado alcista hay que aprovecharlo. Pero sin tomar un riesgo excesivo, dado el mundo en el que vivimos.
La respuesta es invertir parte de la cartera en fondos de renta variable, por supuesto, pero hacerlo en un importe inferior al que lo haríamos habitualmente.
De esa manera aportaremos el plus de rentabilidad a la cartera si finalmente pesa más el mercado alcista que la Reserva Federal o los Prigozhin de turno, pero sin riesgo de asumir pérdidas abultadas.
Esta es una opción, simple y razonable, pero hay otra que, en nuestra opinión, es mucho mejor: aprovechar el enorme avance que ha supuesto la llegada de los fondos de inversión cotizados, más conocidos como ETF (las siglas de Exchange Traded Funds).
Los ETF le están quitando el puesto a los fondos de inversión tradicionales
Los ETF son fondos de inversión. No son productos raros, ni nada por el estilo. De hecho, le están quitando el puesto a los fondos de inversión tradicionales en el resto del mundo, porque presentan grandes ventajas.
Si no está ocurriendo aquí es porque el sector financiero español se ha dado cuenta de la amenaza -los ETF son mucho más baratos que los fondos tradicionales- y, además afortunadamente para bancos y sociedades de valores, Hacienda los trata como si fueran acciones, es decir, les niega las ventajas fiscales de los fondos tradicionales.
El caso es que otra de las ventajas de los fondos cotizados o ETFs es que se compran y venden como si fueran acciones, es decir, en minutos. Si se produce una crisis y tu cartera está compuesta únicamente por fondos tradicionales y quieres reducir tu exposición al riesgo, no hay tiempo material para hacerlo.
En cambio, si se produce una crisis y una parte de tu cartera son ETF, da tiempo a que tu asesor te avise para que tomes posiciones que se beneficien de esa crisis. Puedes hacer que, en minutos, mientras cae tu cartera de fondos tradicionales, suba el valor de la de fondos cotizados.
Si se produce una crisis y una parte de tu cartera son ETF, da tiempo a tomar posiciones que se beneficien de esa crisis
Luego, si ves que se va enfriando la crisis, vendes, y no sólo has dormido mejor durante la crisis, sino que probablemente te apuntes una pequeña plusvalía. Lo hicimos con nuestros clientes cuando se produjo la crisis bancaria, por poner un ejemplo.
Porque habrá más Prigozhins. Y la Reserva Federal podría pasarse de frenada con los tipos de interés. Y los políticos seguirán tirando de deuda para todo y eso acabará mal. Las crisis son parte de la economía. Pero eso no tiene porque impedirnos ganar dinero. Podemos ponerle amortiguadores a las carteras, sin necesidad de utilizar complejos productos derivados.
En cuanto al argumento fiscal, es como decir que uno no habría invertido en acciones de Apple o Microsoft porque luego hay que pagar impuestos al vender. En el caso de los ETF es como decir que no quieres cubrirte ni ganar dinero en las crisis, porque luego tienes que pasar por Hacienda.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.