No se lo crea: la bolsa no baja siempre en agosto. Ni siquiera lo hace con más frecuencia o con más fuerza que en otros meses. Es una “leyenda urbana”. Y es fácil de comprobar. Solo hay que revisar las estadísticas.
De hecho, desde que se inició el siglo XXI, las grandes caídas nunca han coincidido con el mes de agosto. Ni siquiera con el de julio. El crash de las puntocom fue en un mes de septiembre. El desplome de la crisis financiera se produjo en octubre.
Esto podría llevarnos a decir que vale, verano no, pero justo después sí. Pues tampoco: la caída por la Covid-19 se produjo en un mes de febrero. Y el año pasado, que fue malísimo, porque cayeron a plomo tanto acciones como bonos, el descenso se inició en el mes de enero.
Las grandes caídas nunca han coincidido con el mes de agosto
Como dijo Mark Twain, “agosto es un mes muy malo para invertir. También los son septiembre, octubre, noviembre, diciembre... ” y continuó así con todos los meses del año. Todos son malos si las circunstancias son desfavorables para los mercados. Y viceversa.
Así que no lo olvide: la bolsa no se mueve en función de las estaciones. Si tiene que bajar le da igual que sea invierno, verano, primavera u otoño. Baja porque se producen acontecimientos que provocan que baje. Da igual que haga frio o calor.
La bolsa no se mueve en función de las estaciones
Y entonces ¿por qué se dice tanto que la bolsa baja en verano? Pues porque es un tema muy socorrido cuando un periodista no sabe qué escribir o un influencer no sabe cómo llamar la atención. ¿Y por qué también lo dicen algunos "profesionales"? Pues porque… Bueno, dejémoslo en que si lo dice su asesor o su gestor, mejor cambie de asesor (o gestor).
¿Y entonces cómo me preparo para el verano? Porque si ese verano “toca” que baje la bolsa, vaya faena... Bien, ahora estamos hablando con fundamento y sentido común.
La bolsa puede bajar en verano, pillarnos en la playa y amargarnos las vacaciones. Es perfectamente posible. Así que, primer consejo: si que baje la bolsa en verano le va a amargar las vacaciones, significa que su perfil de inversión no ha sido correctamente establecido con su asesor. A lo mejor hay que ajustarlo, al menos para verano.
Si una bajada del 10% en bolsa –por poner un ejemplo– le va a amargar las vacaciones, significa que tiene demasiada renta variable en cartera. Tendrá que irse a la playa con un porcentaje de activos de riesgo que le permita disfrutar de las vacaciones aunque baje la bolsa. Una cosa es que moleste y otra que te amargue tu periodo de descanso. Imagínese la situación y vuelva a realizar su test de idoneidad.
Si una bajada del 10% en bolsa le va a amargar las vacaciones significa que tiene demasiada renta variable
No pasa nada porque ajuste su test a su situación personal. Su situación puede sufrir cambios. Ojo, hablamos de ajustes, no de cambios radicales. Irse de vacaciones no puede enfocarse como un cambio radical en su situación personal y patrimonial, pero si como un cambio a tener en cuenta.
En el lado opuesto está el inversor que compra para mantener y no mira constantemente la evolución de su cartera de fondos o valores. Ese no tendría porqué verse en absoluto afectado porque baje la bolsa en verano. Y si piensa que lo va a estar significa que su perfil no es tan de “comprar y mantener”. En ese caso también conviene ajustarlo.
Otra solución es tener un buen gestor que gestione la cartera y que sea él quien, previo ajuste del perfil de inversión, otorgue más o menos peso a los activos de riesgo (siempre y cuando no sea “porque estamos en agosto”).
Y si a usted le gusta llevar sus asuntos personalmente y no delegar, contrate un asesor que le diga en cada momento cuál debe ser su exposición al riesgo. Incluido por supuesto el verano.
Porque sea verano no cambian las reglas de los mercados
Para eso tiene usted que estar en un sitio que haya teléfono o internet. No pretenda que el asesor le dé las indicaciones oportunas si se va de trecking al Tíbet. En ese caso la gestión delegada de carteras es mejor opción. O la de “comprar, mantener y no mirar todos los días lo que hacen los mercados”.
Recuerde también que porque sea verano no cambian las reglas de los mercados. Por ejemplo, si un activo se encuentra en tendencia alcista, esa tendencia no tiene porqué cambiar porque la gente se vaya de vacaciones. Que hubiera más gente trabajando no tuvo nada que ver con el inicio de la tendencia. Que se vayan de vacaciones tampoco la cambiará.
El refrán “the trend is your friend” –“la tendencia es tu amiga”– es igual de válido en agosto que en enero
El refrán “the trend is your friend” –“la tendencia es tu amiga”– es igual de válido en agosto que en enero. Si la tendencia es bajista, no luches contra ella (y menos cuando te puede amargar las vacaciones). Y si es alcista, disfrútala: añadirá algo positivo a tus vacaciones (cuál es la tendencia es algo que debe saber contestar tu asesor)
Lo que si es cierto es que en verano suele bajar la liquidez del mercado. A más gente de vacaciones, menos operaciones de compra o de venta. Eso sí que es una realidad. Y significa que en verano los movimientos bursátiles se magnifican. Si la bolsa es bajista, puede ser especialmente bajista. Y viceversa: cuando es alcista puede llegar a subir como la espuma. Conviene tenerlo en cuenta.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.