Cómo se 'calienta' una inversión
Hay un libro del escritor francés Émile Zola que se llama El dinero. Cuenta una historia de dinero y poder en la Francia del siglo XIX y se desarrolla, en parte, en la Bolsa de París. Además de lo bien que describe el comportamiento de los inversores o la manipulación de los valores, lo que más llama la atención es que, salvando la parte tecnológica, dichas descripciones serían perfectamente aplicables a los mercados en la actualidad.
Viene esto al caso, porque resulta llamativo que el “calentón” que se ha producido en los tipos de interés de los bonos de largo plazo haya coincidido con comentarios en esa misma dirección por parte de inversores con enorme influencia en el mercado.
Evidentemente, es sólo una suposición, pero no deja de ser curioso que, por ejemplo, un famoso especulador diga que determinados bonos con vencimiento a muy largo plazo tendrían que estar a un tipo de interés muy superior al actual y que, por lo tanto, el precio debería ser más bajo (el precio de un bono se mueve de forma inversamente proporcional a su tipo de interés).
El hecho de que lo diga hace que los inversores tomen precauciones, vendan y baje el precio
Evidentemente, ni él ni nadie sabe dónde puede estar la inflación dentro de 20 o 30 años, pero el hecho de que lo diga hace que los inversores tomen precauciones, vendan y baje el precio.
Y digo que llama la atención porque, o bien ha decidido asesorar gratuitamente a todos los inversores del mundo -lo cual parece demasiado generoso-, o bien había tomado previamente una posición “corta” en dicho bono (tomar una posición “corta” significa pedir prestados unos valores para venderlos sin necesidad de tenerlos y embolsarse la diferencia de precio si el valor baja).
Y, efectivamente, había tomado esa posición. Lo qué todavía no sabemos es si ha vendido ya, o si casualmente, venderá tras una nueva declaración al respecto que, casualmente también, “recaliente” la posición.
Por su parte, un banquero, también con enorme influencia en lo que hacen los inversores, comunicó hace poco algo parecido sobre los tipos de interés de largo plazo. En este caso no sabemos si su banco había tomado o no posiciones cortas. Lo que sí sabemos es que no será la primera vez que hace predicciones que afectan al mercado, predicciones concretas sobre valores concretos, cosa que no suelen hacer los responsables de grandes entidades financieras.
También hay que decir que la última vez se equivocó. Hace varios meses auguró una fuerte recesión de la economía estadounidense, que luego no se ha producido. Y, casualmente también, coincidió con un récord de posiciones “cortas” sobre el S&P 500 (que luego subió e hizo un “roto” importante a quienes hicieron caso al banquero “influencer”)
Lo de los bonos es especialmente significativo, porque, desde hace 14 meses, el nivel de la inflación estadounidense -que es lo que más afecta al precio de los bonos- lo que ha hecho es reducirse, no aumentar. El relato es que va a aumentar, pero el dato es que estaba en el 9,1% y ahora está en el 3,7%.
Desde hace 14 meses, el nivel de la inflación estadounidense lo que ha hecho es reducirse
Que haya habido un repunte reciente (estaba en 3,4% el mes anterior) no significa necesariamente que haya cambiado la tendencia. Y la subyacente también está bajando, sin que ni siquiera haya habido repunte en el último dato. Pero aun así, nunca ha habido tantas posiciones “cortas” sobre los bonos. . ¿Momento adecuado tal vez para calentar un poco la posición corta, calentando las expectativas de inflación y, por lo tanto, de los tipos de interés?
Les pareceré muy mal pensado, pero la dura realidad es que estas cosas ocurren desde siempre en los mercados. Ocurrían cuando existía el “parqué” -y yo las he visto con mis propios ojos, aunque fuera desde la posición de un humilde becario-.
Alguien tomaba una posición y luego dejaba caer en los “corros” de inversores qué tal o cual valor se iba a disparar, porque tal o cual inversor estaba muy interesado en él. En este caso obviamente el objetivo era que el valor subiera, porque en aquella época no estaba muy desarrollada -si es que existía- la operativa de venta a crédito.
Pero el objetivo era el mismo: “calentar” una posición tomada con antelación. Y podemos irnos mucho más atrás. Leyendo a Zola comprobaremos cómo en la bolsa de París en el siglo XIX se hacían cosas parecidas.
Nunca ha habido tantas posiciones "cortas" sobre los bonos
A lo mejor esos comentarios se hacen con la mejor intención del mundo, como una especie de ONG para inversores, pero teniendo en cuenta que quien mueve miles de millones en apuestas contra el precio de un activo gana cientos de millones si baja, qué duda cabe que la tentación debe ser grande. Y más cuando es fácil darse cuenta de que las redes sociales son el instrumento de manipulación más potente y eficaz que haya existido nunca.
Nuestro consejo es que, cuanta más manipulación exista en las redes y en los medios de comunicación, más se centren los inversores en los datos y no en los relatos.
Es fácil darse cuenta de que las redes sociales son el instrumento de manipulación más potente
Por supuesto que la inflación podría subir en el futuro, pero para establecer una estrategia en este sentido es mucho mejor fijarse en los datos y en las tenencias reales. Si cambian los datos y cambian las tendencias se cambia de estrategia, pero no porque lo diga alguien, por muy conocido que sea.
Además, tengo comprobado que, en las redes, en general las opiniones dependen en gran medida de la posición que haya tomado cada uno. Quienes están invertidos siempre ven el vaso medio lleno. Quienes se quedaron fuera de un activo que sube, siempre ven el vaso medio vacío. Y suelen añadir que hay una burbuja y que está muy caro, a ver si cuela. Y luego están los que realmente pueden influir en el precio de las posiciones que han tomado.
Por eso, las redes sociales son tan interesantes desde el punto de vista de la información pura y dura -una buena selección de cuentas de Twitter puede ser la mejor fuente de información del mercado-, pero tan peligrosas en relación con las opiniones. En las opiniones hay voluntarismo, en los datos no.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.