Invertir cuando suenan los misiles
Creo que fue el barón de Rothschild quien dijo que en los mercados hay que comprar cuando suenan los cañones y vender cuando suenan los violines. Entiendo que en la versión actual habría que sustituir cañones por misiles.
Créanme: no resulta especialmente agradable realizar recomendaciones financieras en medio de la desgracia, pero algunos tenemos como misión ayudar a la gente a jubilarse dignamente, pagar los estudios de sus hijos o acceder a la mejor sanidad y, desgraciadamente, es en los momentos difíciles cuando se puede invertir a precios razonables.
Y alguien tiene que hacer el trabajo sucio de recordarlo, aunque, en nuestro caso, establecemos ciertas limitaciones, como no recomendar la compra de acciones de empresas de armamento. Que curiosamente es el sector más rentable en este mundo woke tan “buenista” (junto al de los combustibles fósiles, otra ironía).
Si el inversor o su asesor siguen los consejos del barón, lo primero que tendrán que plantearse es hasta dónde puede llegar el ruido de los misiles.
El ataque de Hamás tuvo una intención muy clara: boicotear el proceso de mejora de relaciones que se estaba produciendo en Oriente Medio. Se había llegado a algo tan increíble como que Irán y Arabia Saudí hicieran las paces -al menos para la galería- y que esta última estuviera en la recta final para establecer relaciones diplomáticas, nada más y nada menos que con Israel.
Después de que ya lo hayan hecho países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, etc. Y recordemos que si hay una enemistad enconada en Oriente Medio es la de la Arabia Saudí suní con el Irán (chiita), las dos corrientes enfrentadas del islam.
El ataque de Hamás o bien tenía como objetivo llamar la atención para que no se olvidaran de los palestinos de la Franja de Gaza en el proceso –que sería la visión más benevolente– o simplemente ese tipo de acuerdos no son compatibles con el objetivo de aniquilar al Estado de Israel, objetivo expresado por Hamás en muchas ocasiones.
Justo antes de que Hamás provocara el conflicto, las bolsas se estaban recuperando
Por lo tanto, tenemos dos escenarios extremos: operación limitada al norte de la Franja de Gaza -y que luego continúe el proceso iniciado anteriormente- o guerra que se amplíe al norte de Israel, donde Irán atacaría “vía” Hezbolá (las escaramuzas que hemos visto hasta el momento en El Líbano no se pueden calificar de guerra).
En el primer caso, el momento de compra está claro. Y el qué, también. Justo antes de que Hamás provocara el conflicto, las bolsas se estaban recuperando con buen ritmo de la corrección que habían sufrido en los últimos meses.
Si el precio del petróleo se mantiene controlado, porque se trate de un conflicto controlado, la inflación seguirá bajando, la Fed se seguirá tranquilizando y la oportunidad de hacer cartera en los sectores más atractivos de la renta variable es evidente.
Si le preguntamos al barón de Rothschild sobre el timing, la respuesta sería que cuando esté en marcha la intervención directa del ejército israelí en la Franja de Gaza, que es cuando se van a escuchar más misiles y más disparos. Asumiendo, eso sí, que en ese momento no sabremos si habrá ampliación bélica o no, por lo que solo es una opción para inversores con capacidad de asumir grandes riesgos.
Si el precio del petróleo se mantiene controlado, porque se trate de un conflicto controlado, la inflación seguirá bajando
Quienes no la tengan tendrán que esperar a que se vaya apagando el ruido de los misiles y de los tanques (lo que tampoco significa esperar a que suenen los violines, porque para entonces las bolsas ya habrán subido).
En el otro extremo tenemos el escenario que, para nosotros, es el objetivo real y final de Hamás: que en los países árabes las masas populares fuercen a los gobernantes a tomar partido contra Israel y que en Irán las facciones del poder más radicales aprovechen para atacar (vía Hezbolá).
Utilizando fondos de inversión y, mejor todavía, ETFs, hay muchas y muy rentables formas de proteger el patrimonio
En ese escenario, más que plantearnos cuándo o qué comprar, tendremos que plantearnos cómo proteger nuestro patrimonio. Afortunadamente hoy en día utilizando fondos de inversión y, mejor todavía, ETFs (fondos cotizados) hay muchas y muy rentables formas de hacerlo. Y todas son accesibles a cualquier inversor.
Sería una noticia terrible, porque es imposible saber hasta dónde puede llegar un conflicto así con esos actores. Pero sabemos perfectamente cuáles son los activos financieros que nos protegerían en dicho escenario.
Lo de comprar renta variable lo dejaríamos para más adelante, cuando tengamos cierta visibilidad sobre el nivel de locura de los partícipes, que, visto lo visto y teniendo en cuenta la perspectiva histórica, puede llegar a ser muy alto.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.