Hay dos formas de tener perspectiva histórica: leer mucho o hacerse mayor. Si lees mucha historia, aunque no hayas vivido algo, eres consciente de ello. Si lo has vivido, mejor todavía, porque una cosa es que te cuenten las cosas y otra vivirlas.
Quienes llevan en los mercados cinco o incluso diez años, están muy asustados con que a la inflación le cueste bajar del 3%. Quienes han vivido otras épocas -o conocen las estadísticas-, no se sorprenden. Además, saben que no es un nivel de inflación preocupante. Y es hacia donde parece que nos dirigimos a corto plazo.
Una economía puede crecer perfectamente con una inflación del 3%. Es más, con un 3% de inflación se evitan los tipos de interés muy bajos y, por lo tanto, la famosa “represión financiera”, que tanto preocupa a muchos economistas.
Una economía puede crecer perfectamente con una inflación del 3%
Para España, un 3% es una inflación históricamente baja. La memoria es débil, pero los datos no. Si analizamos la inflación desde que España forma parte del euro, la media estaría por encima del 3%. Y eso que incluye el periodo desinflacionista 2009-2020, que además es un caso bastante excepcional, históricamente hablando, consecuencia de una crisis financiera sin precedente.
En otras palabras, en España un 3% de inflación no sería un “nuevo normal”, sino que sería “lo” normal.
La memoria es débil, pero los datos no
Sería mejor que fuera el 2%, porque entonces el BCE no solo dejaría de subir tipos, sino que los bajaría. Pero eso no significa que el 3% sea algo tan grave. Las crisis económicas y las recesiones suelen venir por culpa de los políticos o por descontroles financieros y presupuestarios, no porque la inflación esté al 3%.
En cuanto a la subyacente, se nos olvida que igual que sube más lentamente que la general, ocurre lo mismo cuando baja, es decir, que tarda más. Pero eso no significa que la tendencia actual no sea a la baja.
Si cruzamos el charco, desde el año 2000 en Estados Unidos, la inflación media es ligeramente inferior al 3%. Pero tampoco un 3% es para escandalizarse. Y, desde luego, la economía estadounidense ha sido capaz de crecer con mucha fuerza con ese nivel de inflación.
Y tanto en España como en Estados Unidos la inflación de los últimos 50 años ha sido de media muy superior al 3%, lo que no ha impedido que haya habido crecimiento económico, que las empresas hayan ganado dinero o que suban las bolsas.
Si la inflación “tiende” al 2%, en lugar de alejarse, los bancos centrales están tranquilos
Es más, el objetivo “inflación cercana al 2%” de los bancos centrales ha sido siempre eso, un objetivo, el nivel ideal, pero eso no significa que tengan que seguir subiendo los tipos de interés porque esté al 3%. Si la dirección es la correcta, es decir, si la inflación “tiende” al 2%, en lugar de alejarse, los bancos centrales están tranquilos. Y si los bancos centrales están tranquilos, los inversores están tranquilos.
El resumen es que probablemente nos estamos acercando ya a unos niveles de inflación perfectamente asumibles para las economías avanzadas y para los bancos centrales. No estamos todavía, pero no estamos lejos.
Esto es importante de cara a cómo invertir en los próximos 12 meses, dado que la evolución de las bolsas y del mercado de bonos ha sido tan negativa desde 2022 -aunque ha tenido una recuperación- precisamente por miedo a los bancos centrales.
Evidentemente pueden surgir otros problemas. De hecho, las últimas subidas de los tipos de interés de los bonos, que tanto daño han hecho a las bolsas, se deben más, en mi opinión, al temor al descontrol de gasto de los políticos que al temor a la inflación.
La realidad es que venimos de una década de inflación muy baja
Especialmente en el caso de la administración Biden, cuyo descontrol podría aumentar si, como dice el propio presidente, no tiene problema en financiar dos guerras a la vez (Ucrania y Oriente Medio). El no lo tendrá, pero el mercado de bonos seguramente sí.
Pero, en el supuesto de que el conflicto entre Israel y Hamás no se expanda y siga la presión sobre Biden para que modere el gasto, lo normal es que ese temor de tipo presupuestario vaya moderándose, a la vez que se reduce el miedo a los bancos centrales.
Conflictos geopolíticos aparte, la realidad es que venimos de una década de inflación muy baja y el aumento que hemos sufrido lo único que ha hecho es devolvernos a la media aritmética de las últimas décadas. Ahora solo falta que los mercados asuman que eso es volver a la normalidad, no algo extraordinario.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.