Fin de año equivale a acordarse de que se ha invertido en planes de pensiones. Se te había olvidado, pero te lo recuerdan las entidades financieras con sus ofertas. También te recuerdan que no te han asesorado correctamente y que se han limitado a vendértelos, porque no estás obteniendo el resultado deseado. Y esas entidades que te vendieron los fondos de pensiones tampoco te ofrecen un asesoramiento serio sobre qué hacer de cara al futuro.
Te vas dando cuenta de que nunca te salió tan cara una vajilla. O que ese dinero que te dieron de entrada es muy poco comparado con lo que se podría haber obtenido si las recomendaciones hubieran sido mejores. El regalo del 2 % se queda muy corto comparado con el coste de oportunidad de no haber invertido en los productos adecuados.
La vajilla, el viaje a Mallorca, el dinero de entrada o la bonificación fiscal te llevaron a invertir en un producto mucho menos dinámico y mucho menos líquido que los fondos de inversión. Pero el caso es que ahora los tienes. Y no puedes disponer del dinero hasta que te jubiles, así que la única opción es gestionar bien ese plan de pensiones.
El regalo del 2 % se queda muy corto comparado con el coste de oportunidad de no haber invertido en los productos adecuados
Afortunadamente los puedes mover. Pero no te vuelvas a basar en lo que te ofrecen por llevarlos a otra entidad. Probablemente ni siquiera necesites cambiar de entidad. Lo único que tienes que hacer es asesorarte bien -un vendedor no es lo mismo que un asesor – y elegir correctamente. Igual que haces con tus fondos de inversión o tus acciones. Y, en caso de disponer de dinero para aportar, dedicar como máximo 1.500 €, que es en lo que se ha quedado el importe con bonificación fiscal, ahora que el Estado y las empresas quieren controlar las aportaciones que hacen los ciudadanos a planes de pensiones. El resto es mejor invertirlo vía fondos de inversión o, en su caso, directamente en acciones.
Es curioso lo cortoplacista que es la gente en la mayoría de las inversiones y como ha calado el relato de la banca de que, como los planes de pensiones son para cuando uno se jubile, pues da igual que vayan mal, “porque son para el largo plazo”. En realidad, para el largo plazo es la mayoría de lo que ahorramos. Tenemos que ser igual de exigentes ya se trate de acciones, fondos de inversión o fondos de pensiones. Por cierto: la denominación técnicamente correcta son “fondos” de pensiones (que forman un plan de pensiones).
Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que el problema no es el producto, sino la gestión del plan. Se puede obtener una rentabilidad muy buena si cada año se elige el activo, país o sector adecuado. Por ejemplo, quien haya invertido una parte importante en EEUU, habrá obtenido rentabilidades de dos dígitos casi todos los años en los últimos 10 años. Hasta en el peor de los fondos de pensiones norteamericanos. Mucho más que quien lo haya hecho en el Ibex. Todos los años hay ganadores y perdedores. También en planes de pensiones.
Por las mismas, quien haya estado bien asesorado habrá cambiado sus planes de pensiones de renta fija de medio y largo plazo a productos de corto plazo cuando hace un par de años entramos en la locura de los tipos de interés negativos, es decir, pagar por prestar. Porque eso es lo que se hace cuando se invierte en bonos -renta fija- con un cupón real negativo.
Se puede obtener una rentabilidad muy buena si cada año se elige el activo, país o sector adecuado
Todos los años hay que pensar qué es lo que puede ir bien el año que viene. No solo en la cartera de fondos de inversión, también en la de fondos de pensiones. Aunque en planes de pensiones no hay la misma variedad que en fondos de inversión, hay suficiente como para sacar un resultado positivo en el medio plazo.
El tercer error es mover esos planes de pensiones solo en una fecha, normalmente a fin de año. De nuevo conviene recordar que es una inversión como cualquier otra, y en las inversiones lo importante es comprar barato y vender caro. Y eso no siempre coincide con las dos últimas semanas de cada año. Y por vender en este caso me refiero a cambiar a un plan de pensiones más conservador, si pensamos que hay que ser más conservador de cara a los próximos meses o años.
La gestión de los planes de pensiones debe realizarse exactamente igual que la de cualquier otro tipo de ahorro, con la única diferencia de que es suficiente un cambio - o como mucho dos - al año, ya que cambiar de un fondos de pensiones a otro es más lento que si se trata de fondos de inversión. Y mucho más si cambiamos a productos de otra entidad. Pero eso no significa que debamos dejarlos ahí quietos perdiendo dinero o generando muy poco “porque son para el largo plazo”.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.