Hubo una ministra que, buscando lanzar un mensaje que fuera del gusto de su jefe, lo que consiguió es pasar a la historia, pero de las exageraciones. Nadie recuerda de qué ministerio era responsable Leire Pajín, pero muchos se acuerdan de aquel "acontecimiento histórico para el planeta" que se iba a producir al coincidir la presidencia rotatoria de Zapatero en la Unión Europea con la de Obama en Estados Unidos.
Yo, para no utilizar la misma frase que Leire Pajín y evitar así el mal fario -dado que finalmente no se produjo el esperado acontecimiento histórico planetario- hablaré de alineamiento de estrellas. Concretamente, del alineamiento que se está produciendo entre los principales índices bursátiles, que podría augurar un periodo muy interesante para los inversores. Para los que sepan aprovecharlo, claro.
El análisis técnico no lo inventó el último que dibujó unas líneas sobre un índice y lo subió a internet. O uno de esos que hacen cursos de análisis técnico que recuerdan a los vendedores de elixires de las películas del oeste. No, el análisis técnico es algo serio, una teoría muy trabajada que inventó un señor que se llamaba Charles Dow, que dedicó gran parte de su vida a analizar el comportamiento de los índices bursátiles para tratar de establecer patrones de comportamiento.
El alineamiento que se está produciendo entre los principales índices bursátiles podría augurar un periodo muy interesante para los inversores
Una de las principales conclusiones de dicho análisis es que las tendencias se refuerzan cuando coinciden en los principales índices bursátiles. Si bien es cierto que no existe una garantía, la estadística demuestra que, en un porcentaje muy alto de las ocasiones en las que se ha producido ese alineamiento, se ha confirmado la teoría. Especialmente cuando el alineamiento ha sido para romper máximos –o mínimos– históricos.
El señor Dow realizó su teoría general del análisis técnico basándose exclusivamente en el mercado norteamericano, motivo por el cual consideraba que los principales índices bursátiles eran el Dow Jones, el Dow Jones del sector Transportes y el Dow Jones de Servicios Públicos (agua, gas y electricidad).
Pero en el mundo globalizado actual y con mercados tan importantes como el europeo o el japonés, no tiene sentido basarnos sólo en los índices norteamericanos. Si Charles Dow viviera seguro que utilizaría como principales índices el S&P 500, el Euro Stoxx 50 y el Nikkei 225.
Y no, no utilizaría China. Pese a su enorme tamaño, la economía china sigue siendo una economía emergente y su mercado de valores no es comparable al japonés, europeo o estadounidense. Además de ser un país comunista. Pero casi con seguridad el señor Dow añadiría el Nasdaq, viviendo como vivimos en plena revolución digital.
Pues bien, el S&P 500 ha roto máximos históricos, el Nikkei también y el Euro Stoxx, aunque no ha roto el máximo que estableció en el año 2000, ha roto el del año 2007, que es un nivel muy significativo.
El Nasdaq Composite no ha roto los máximos históricos que estableció justo antes de que explotara la burbuja de las “empresas puntocom”, pero el Nasdaq 100 sí. Y es mucho más representativo de los grandes valores de la revolución digital.
El S&P 500 ha roto máximos históricos, el Nikkei también y el Euro Stoxx ha roto el del año 2007
Ahora queda por comprobar si esos máximos históricos se consolidan y si lo que hasta ahora era un techo se convierte en un suelo. Esto es fundamental, porque podríamos estar precisamente ante justo lo contrario, es decir, máximos que no aguantan y los índices entran en tendencia bajista.
Afortunadamente aquí entra en juego el análisis fundamental y no es comparable la situación que hubo en el año 2000 con la actual. Empezando por el propio sector tecnológico, puesto que han pasado 24 años de ingresos y beneficios por acción. Todavía menos en el resto de sectores, Japón y Europa, donde los precios están dentro de la media histórica de las bolsas y donde no existe ningún tipo de burbuja.
Queda por comprobar si esos máximos históricos se consolidan y si lo que hasta ahora era un techo se convierte en un suelo
En el caso de los índices estadounidense y del europeo se puede afirmar que están consolidando esa ruptura de máximos históricos, puesto que “consolidar” significa que cuando se realizan beneficios el techo anterior actúa como suelo de la corrección. Todavía no tenemos esa confirmación por parte del Nikkei, pero le damos una alta probabilidad.
A partir de ahí, entraremos en terreno desconocido, donde habrá que saber elegir muy bien para acertar en los protagonistas de ese posible nuevo periodo alcista. Y por supuesto seguir usando el análisis fundamental. Recordemos que el análisis técnico nos dice cuándo comprar, pero es el análisis fundamental el que nos dice lo que hay que comprar.
Habrá que saber elegir muy bien para acertar en los protagonistas de ese posible nuevo periodo alcista
En cualquier caso, si la teoría de Charles Dow es más sólida que la de Leire Pajín -y así lo ha demostrado la historia– sabemos que tenemos altas probabilidades de tener el viento a favor. Y la inversión es el arte de realizar un buen cálculo de probabilidades en base a la información disponible.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.