Fiebre por el oro, digital y físico
El bitcoin ha repuntado un 346% desde su mínimo de noviembre de 2022 para alcanzar un nuevo cambio histórico la semana pasada, su primer nuevo máximo en 846 días.
Para poner un poco de perspectiva al extraordinario recorrido de esta moneda digital, equiparable para muchos con el oro físico, conviene recordar que, previo al inicio del rally, en los 365 días precedentes registró una caída en su precio de nada menos que del 78%.
En los momentos más volátiles de los últimos diez años, cada hito superado se ha visto como una anécdota para la inmensa mayoría. Los que estaban dentro pensaban, obviamente, otra cosa. Pero la realidad es que hoy su negociación dista mucho de ser una broma.
Los activos totales en los 11 ETF de bitcoin negociables han aumentado de 28.700 millones de dólares en el primer día de negociación en enero de 2024 a 55.300 millones de dólares en la actualidad. Ya están sólo 1.600 millones de dólares por debajo del total de activos del mayor ETF de oro.
Pero es que el oro también ha vuelto a alcanzar máximos históricos, y se cambia un 5% por encima del cierre del año pasado.
La realidad es que, hoy, la negociación del bitcoin dista mucho de ser una broma
Oro y bitcoin han tenido caminos paralelos. Mientras que la tesis del oro está asentada, otra cosa es que sea entendida, la del bitcoin todavía cuesta que sea aceptada.
La mayoría de inversores desprecia el debate aludiendo a que es especulativa, no confiable, y los más osados, que es una estafa. Con lo bien que quedarían si dijeran simplemente la verdad, que no lo entienden.
El caso es que dos activos con una definición perfecta de dinero han aumentado su valor de forma considerable. Y cuando esto sucede es porque hay demanda y porque la divisa contra la que se cambian, el dólar, se deprecia. Piénselo. El 28 de noviembre de 2013, un bitcoin se intercambiaba por 1.000 dólares. Una década después, para poder comprar el mismo bitcoin, exactamente el mismo, se necesitan 70 veces más dólares.
Ahora es cuando le pregunto a los que rechazan esta tesis de dinero alternativo al concepto fiat si el que está equivocado es quien atesora su patrimonio en una moneda tan devaluada como es el dólar o quien lo deposita en activos monetarios cuyo valor perdura en el tiempo.