Transición energética: más allá de las buenas intenciones

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La tribuna

Transición energética: más allá de las buenas intenciones

26 marzo, 2024 02:07

No dejamos de hablar de sostenibilidad, de renovables, de transición energética. De como nuestro pasado y presente está destruyendo nuestro futuro y de la necesidad de realizar cambios.

Y no solo hablamos de pequeños cambios, ni pequeños gestos al alcance de cualquiera, sino de grandes cambios que implican una transición hacia nuevas realidades.

Este pasado 2023 las renovables generaron más de la mitad de toda la electricidad en España, algo nunca alcanzado. Se trata de una muy buena noticia, la transición energética es necesaria, pero ¿estamos realmente preparados como individuos y como país para soportar este cambio inminente?

Hay que recuperar lo ya previsto por la Unión Europea el pasado año: La capacidad de la red eléctrica española no es suficiente para realmente alcanzar los objetivos de descarbonización propuestos.

La intermitencia y la variabilidad de las fuentes renovables, como la solar y la eólica, plantean desafíos en la integración efectiva en la red eléctrica. La falta de infraestructura de almacenamiento a gran escala y la necesidad de mejorar la gestión de la demanda son áreas críticas que deben abordarse para garantizar un suministro estable y sostenible.

La digitalización de los sistemas y la gestión energética es clave, pero hay otro factor primordial para que funcione: el cambio de hábitos de los consumidores.

Actualmente, en España nos topamos con una realidad, y es que el sistema de transporte de electricidad no ha crecido tanto como lo han hecho las renovables, limitando la integración de estas en el sistema eléctrico español.

En este sentido, además de la dificultad de la red eléctrica, nos topamos también con el reto del almacenaje. ¿Qué podemos hacer con toda esa energía sobrante que no podemos introducir en la red eléctrica? ¿Tenemos espacio y recursos para almacenarla?

Cuando hablamos de almacenamiento, la creatividad es primordial. El almacenamiento tiene muchas formas y, aunque estamos acostumbrados a las baterías tradicionales de litio, que solemos encontrar en dispositivos o vehículos eléctricos, existen otras algo menos convencionales como las pilas de hidrógeno o menos evidentes como las baterías de nuestros vehículos eléctricos.

El objetivo del almacenamiento energético es que no haya energía generada sin uso. Para lograrlo, la digitalización de los sistemas y la gestión energética es clave, pero hay otro factor primordial para que funcione: el cambio de hábitos de los consumidores.

Por ejemplo, si consumes energía a las 12 horas en lugar de a las 23 horas, la cantidad de energía consumida es la misma pero estarías adaptando tu demanda con la generación de la energía fotovoltaica, haciendo por lo tanto que su almacenamiento no sea necesario.

Esto solo es posible si se cumplen dos condiciones: un cambio de mentalidad real acompañado de una buena comunicación formativa y una tecnificación de los equipos (domótica, IoT, etc.). En este sentido, si bien es cierto que no estamos ante una tecnología económicamente optimizada, y que Europa no cuenta con la capacidad de producción necesaria, que actualmente se concentra principalmente en Asia, el almacenamiento es condición indispensable para el cambio del mix energético actual a uno en que reinen la renovables durante todo el día.

Ahora, la aceptación y la participación de la sociedad son fundamentales para el éxito de la transición energética. Sin embargo, persisten barreras culturales y falta de conciencia pública sobre la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles. Y no únicamente eso, sino que realmente la transición hacia fuentes de energía renovable plantea un desafío significativo para la población en términos de adaptación de los horarios de consumo de energía.

A medida que dependemos cada vez más de fuentes intermitentes como la solar y la eólica, se hace evidente la necesidad de sincronizar nuestro consumo con la disponibilidad de estas fuentes.

Sin embargo, esta transición no siempre es fácil para los consumidores, que están acostumbrados a un suministro constante y predecible de energía. La flexibilización de los horarios de consumo y la adopción de tecnologías de gestión energética pueden ayudar a facilitar esta transición, pero se requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad y las autoridades para lograr una transición exitosa hacia un sistema energético más sostenible.

La transición energética en España no es solo una cuestión técnica, sino un desafío integral que involucra a todos los sectores de la sociedad. Superar los obstáculos mencionados requerirá una combinación de políticas progresivas, inversión estratégica y una movilización social activa.

España tiene la oportunidad de convertirse en un líder en la transición hacia un futuro energético más sostenible, pero para lograrlo, se necesitará un compromiso continuo y acciones concretas en todos los niveles. El camino hacia la sostenibilidad energética es un camino arduo, pero es esencial para preservar nuestro planeta y construir un futuro más equitativo y resiliente.

*** Esther Morlanes, directora general de Alterna Energía

David Lucas y Fran Monzó, fundadores de Fixtoe.

Fixtoe amplía su presencia internacional con el objetivo de lograr una facturación de 10 millones en 2027

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