La profesora María Blanco ya explicó en este medio la teoría y la practica del sistema de información de la nómina de los trabajadores por cuenta ajena. Cómo ella afirmaba lo que recibe en neto cada uno de ellos no es el coste que esa nómina para la empresa. El coste incluye los pagos e IRPF, SS, … que se le retienen y la empresa paga al Estado.
Todo vino a raíz de la reflexión de Garamendi (CEOE) de que los trabajadores serían más conscientes de lo que cuestan si recibiesen el coste bruto. Luego cada empleado por cuenta ajena, gestionaría y abonaría sus impuestos, pagos a la Seguridad Social, …. Así se evitaría la sensación de que, por ejemplo, el uso de la sanidad pública es gratis.
La reflexión tuvo la respuesta extemporánea y agria de la ministra/vicepresidenta Yolanda Díaz. Acusó a Garamendi de leer a Trump, Milei y querer desmantelar la Seguridad Social, … Absurdo. Tomó “el rábano por las hojas”; demagogia.
La respuesta razonable y medida hubiera sido: “el señor Garamendi ha querido hacer pedagogía sobre el coste real que para la empresa tiene un empleado; razonable desde su punto de vista didáctico. Pero olvida el coste que su propuesta tendría para millones de empleados por cuenta ajena que deberían autogestionarse sus relaciones económicas con la Administración. Ahora lo hacen a través de sus empresas que hacen de recaudadores de Hacienda y Seguridad Social. En todo caso buscaremos fórmulas para que los españoles seamos conscientes de nuestra aportación a la caja común, incluyendo las pensiones”.
Pero un debate racional y sosegado es imposible de pedir a los actuales miembros del Gobierno.
Lo que recibe en neto cada uno de ellos no es el coste que esa nómina para la empresa
Sin embargo, este no es un problema sólo de las Administraciones públicas. Muchas empresas lo tienen con el “salario en especie”. Por ejemplo: vales de transporte, de comedor, cuotas de guardería infantil, cuotas de seguros sanitarios privados, coche en algunos puestos, planes de pensiones privados,…
A pesar de que estas prestaciones privadas figuren en la nómina, la realidad es que muchos perceptores no son totalmente conscientes de ellas.
Si se le pregunta a uno de ellos cuanto gana al mes, la respuesta suele ser la cifra neta, lo que recibe en su cuenta corriente. Después se le puede repreguntar: ¿y las cuotas de la guardería del niño? Respuesta: ¡Ah, sí! Y ¿ La ayuda al plan de pensiones? ¡Ah sí! ¿Y el coche? ¡Ah sí! ….
Para concienciarlo de lo que realmente la empresa le paga (neto después de impuestos) algunas empresas utilizan el llamado “salario flexible” o “menú”.
A principio de cada año la empresa ofrece una serie de posibles salarios en especie que el trabajador puede elegir. De esta manera, se hace más consciente de lo que está recibiendo. Aparte de que tiene más beneficios. La prestación responde más a las necesidades de cada empleado. Por ejemplo, los jóvenes con familia pueden preferir pagos de guardería a cuotas de jubilación, mientras los de más edad lo contrario. Por otra parte, algunos de esos salarios, como el de guardería están exentos a efectos de IRPF, …
La prestación responde más a las necesidades de cada empleado
Ha sido el interés por hacer más consciente en los empleados y más eficiente el salario en especie el que ha ayudado a elaborar este sistema.
¿Por qué la Hacienda Pública y la Seguridad Social no piensan en algo similar? No valen las campañas generales; cuestan mucho dinero y sirven para poco. Debería ofrecerse a cada ciudadano información sobre cual ha sido su utilización de servicios públicos. En algunos casos como los gastos sanitarios es fácil, en otros como el uso de carreteras, seguridad ciudadana o defensa no tanto. En estos últimos si podríamos recibir de manera general que parte de nuestros impuestos han ido a cada uno de estos servicios.
Con las nuevas tecnologías la recogida de datos se ha agilizado y abaratado. Probablemente seríamos más sabios en nuestras votaciones políticas si fuéramos más conscientes de lo que recibimos, o no, por nuestros impuestos, bajaría el fraude y las Administraciones públicas serían más cuidadosas.
¿Por qué no empezar por informar mejor a cada ciudadano cómo algunas empresas ya lo hacen con sus salarios en especie?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.