El año pasado les dijimos que no vendieran en mayo. Que compraran y que no vendieran. Y, puestos a vender, que esperaran y lo hicieran en diciembre, que venderían más caro. Lo hicimos contra la opinión mayoritaria, que se apuntó al refrán de “Sell in may and go away” ("Venda en mayo y váyase").

El refrán sonaba bonito. Seguro que generó muchos clicks y muchos likes. Pero falló estrepitosamente. De mayo a diciembre de 2023 el S&P 500 subió un 16% y el Euro Stoxx 50, un 6%. Por no hablar de Japón, donde espero que no conocieran el refrán, porque tuvo una subida espectacular. Y todavía más espectacular ha sido la revalorización a día de hoy -en los tres caso- para quien haya mantenido lo comprado.

Los refranes están bien, pero las bolsas no bajan porque llegue el mes de junio. Los mercados financieros se mueven en función de expectativas económicas, no en función de refranes. Los refranes funcionan cuando coinciden con los datos, no con los relatos.

De mayo a diciembre de 2023 el S&P 500 subió un 16% y el Euro Stoxx 50, un 6%

Tal y como dijimos a nuestros clientes y a toda la gente que asistió a nuestra jornada abierta de mayo 2023, titulada precisamente Tres ideas para comprar en Mayo, no era muy inteligente vender a las puertas de la llegada de la inteligencia artificial generativa (IA) a las empresas. Primero a las tecnológicas, luego al resto del mercado.

También jugaba a favor la expectativa de que siguiera bajando la inflación, cosa que se confirmó en diciembre. Plenamente en Europa, donde bajó del 7% al 2,4% de abril a noviembre y, en menor medida, en EEUU, donde pasó del 4,9% al 3,1%.

Los refranes están bien, pero las bolsas no bajan porque llegue el mes de junio

Que bajara menos en EEUU no tuvo incidencia bursátil, dada la acertada percepción del mercado de que el gran beneficiario de la implantación de la IA serían las empresas estadounidenses. Los políticos europeos ya iban dejando claro que su prioridad es regular la IA, no que las empresas europeas ganen dinero con ella. Como dijo el filósofo español en un mal día, “que inventen otros”.

Pues bien, una vez puestas las cosas en contexto, nuestro consejo es que en esta ocasión se olviden de nuevo del refrán. Que se centren en los datos y en llevar a cabo un buen cálculo de probabilidades.

“No existe la bola de cristal” es la excusa que utilizan los malos asesores para justificar la falta de una estrategia clara de cara al futuro, pero es que tampoco la necesitamos: en los mercados lo que funciona es el cálculo de probabilidades. Y, en nuestra opinión, las probabilidades de que las bolsas suban de aquí a diciembre son más altas que de que ocurra lo contrario.

Como hemos dicho al principio, el mercado detectó, con toda la lógica del mundo, que las mayores beneficiarias de la llegada de la inteligencia artificial generativa al entorno bursátil serían las empresas tecnológicas. Ahora bien, eso no significa que no se vayan a beneficiar a otras empresas y otros sectores.

La inteligencia artificial es un asistente de primer nivel para la actividad empresarial. Como lo fueron en su día los ordenadores, pero mucho más potente. Y eso es lo que, en nuestra opinión, va a empezar a descontar el mercado a partir de ahora: que la llegada de la IA no solo beneficia a las empresas tecnológicas, sino que también generará un importante incremento de productividad en muchos otros sectores.

Respecto a la inflación, se ha pasado de pensar que en EEUU caería a plomo a creer que ya no bajará nunca. Ya sabemos que los mercados son maníacos depresivos (o bipolares, como se dice ahora), pero, viendo la evolución de los distintos componentes del IPC, le damos más probabilidades a que en esta ocasión en el término medio esté la virtud.

Basta con que la inflación baje del 3% en EEUU para darle una alegría a los mercados

Lo hemos dicho varias veces: en una economía robusta como la estadounidense, es mucho más difícil recorrer la última milla y romper a la baja el 3% de inflación que en una economía estancada, como es la europea.

Ahora bien, la dureza de la Reserva Federal, la estabilización de los costes energéticos y el hecho de que los ahorros generados durante la Covid-19 -que estaban calentando el consumo- empiezan a evaporarse podrían hacer que la inflación baje del 3%. No que llegue necesariamente al 2%, pero basta con que baje del 3% para darle una alegría a los mercados.

En cuanto a la UE, no tendremos empresas digitales, pero tenemos euro esclerosis, que es muy buena para ayudar a que baje la inflación y que el BCE reduzca los tipos de interés. Es más fácil controlar la inflación cuando la gente no tiene mucho dinero para consumir. No hay nada que guste tanto a las bolsas como que bajen los tipos de interés.

Y encima Europa está mucho más barata que EEUU. A largo plazo es mejor tener empresas digitales punteras, pero, a falta de pan, buenas son bajadas de tipos.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.